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El inconfundible sabor de los caldos ibéricos

En los vinos españoles de hoy sobresale la fruta. iberimage/H. Hebeisen

A pesar de su escasa tradición vinícola, Suiza es un excelente mercado para el vino. El consumo anual supera los 40 litros por persona.

Una de cada cinco botellas importadas proviene de tierras ibéricas. Y es que los caldos españoles están en pleno auge.

El sector vitivinícola español vive un momento histórico. Los caldos ibéricos han conseguido puestos destacados en los grandes certámenes internacionales y han conquistado los mercados europeo y americano, pero también el helvético.

De los 68 millones de litros de vino embotellado que importó Suiza en el año 2002, cerca de una quinta parte provenía de España (12,26 millones de litros), volumen que sólo superan las otras dos grandes potencias productoras: Italia (20,66 millones de litros) y Francia (18,60 millones de litros).

Lo que ha ocurrido en los tres últimos lustros en España – que posee la mayor extensión de viñedo del planeta y es el tercer productor mundial, detrás de Francia e Italia – “ya no es una evolución”, sino “una revolución”, opina Felix Henschen, propietario de Cava Hispania, tienda que vende exclusivamente vinos españoles en Basilea.

La revolución del vino español

Los nuevos métodos enológicos – control efectivo de las vendimias, vigilancia de los aromas primarios del fruto, pulcritud en las elaboraciones, etc. – han penetrado lenta pero inexorablemente en el tejido vitivinícola español. Y con gran éxito. “Se ha mejorado la manera de hacer vino y ha subido mucho la calidad”, sostiene Felix Henschen.

“Una gran mayoría de los productores españoles hace vinos con métodos modernos en los que sobresale la fruta y hay menos madera”. Son caldos que nada tienen que ver con “esos riojas de gran reserva o reserva que saben a madera, a roble, y nada más”.

Mientras el mercado mundial parece reaccionar con muestras de cansancio ante la avalancha de vinos pulidos y homogeneizados, se observa una valoración al alza de los atributos locales de cada vino.

Los viticultores españoles han sabido responder a esas exigencias del gusto internacional rescatando zonas vinícolas olvidadas (como en el sur de Cataluña) y desarrollando otras nuevas (a menudo sin denominación de origen).

Hoy producen “vinos modernos”, que se distinguen por esa nota de individualismo y personalidad, y que triunfan en el mercado porque, según Felix Henschen, “es lo que pide el público actual”.

Excelente relación calidad-precio

El incremento de la calidad y variedad se debe, entre otros factores, a que “hay un montón de enólogos jóvenes que tienen una formación fantástica y esto se nota en el mercado”.

Pero todos los entendidos coinciden en que el éxito del vino español reside también en su magnífica relación calidad-precio, un aspecto nada desdeñable en el actual clima coyuntural.

“Ha bajado el precio medio que el consumidor suizo paga por una botella”, señala Felix Henschen. Si antes estaba dispuesto a gastarse entre veinte y treinta francos, ahora la gran mayoría compra vinos cuyo precio oscila entre los diez y veinte francos.

Es una tendencia que “va a nuestro favor”, pues Cava Hispania quiere introducir en el mercado helvético vinos españoles “de buena calidad” y “a precios competitivos”. El caldo más caro que vende cuesta 80 francos.

Un mercado exigente, pero interesante

Según un estudio publicado por la empresa editora del ‘Wine Spectator’, el consumo mundial de vino volvió a descender en el 2002 por tercer año consecutivo, hasta situarse en apenas 3,5 litros por persona. Y se espera que disminuya aún más de aquí al 2010.

Llama la atención que en un país como Suiza, de escasa tradición vinícola, se consumieran 41,8 litros por persona – datos oficiales correspondientes al año 2002 -, menos que los franceses (56 l) e italianos (49 l), y bastante más que los españoles (29,6 l) en ese mismo año. Estamos hablando de consumo ‘per capita’, obviamente, y no por volumen.

Todo parece indicar que Suiza es un excelente mercado vinícola. “Yo creo que sí, porque el consumo medio es bastante alto y constante. Y una gran parte es vino de calidad”, opina Felix Henschen.

Y además el consumidor helvético es exigente, porque tiene acceso a vinos de unos 55 países países del mundo, lo que estimula el mercado. “En España y Francia no tienes esa selección, esa competencia tan fuerte.”

“El mercado suizo es duro – como todos los mercados -, pero bueno, porque hay miles y miles de consumidores que saben lo que quieren y que buscan siempre nuevos tipos de vino, nuevas uvas…”, concluye Felix Henschen.

Este reportaje continúa en ‘Más sobre el tema’

swissinfo, Belén Couceiro

Consumo de vino en Suiza (litros/persona):

1981: 49,3 litros
1991: 48,6 litros
2002: 41,8 litros
2003: 40,9 litros

Importaciones 2002 (vino embotellado):

Total: 68 millones de litros
Italia: 20,66 millones
Francia: 18,60 millones
España: 12,26 millones

La Unión Europea produce 164 de los 262 millones de hectolitros de vino que se comercializan cada año en el mundo, según un estudio del banco holandés Rabobank.

Unos 40 millones de hl proceden de España, el tercer productor mundial, detrás de Francia e Italia.

El vino es el producto español que más ha crecido en volumen de exportaciones desde 1997: un 116%.

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