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El partido inaugural despejará muchas incógnitas

El equipo checo con su entrenador Karel Brückner en la fase de preparación para el partido inaugural en Basilea. Keystone

Suiza y la República Checa inauguran este sábado en Basilea la Eurocopa. Un encuentro de mucha tensión, cuyo desenlace podría resultar decisivo para el combinado helvético.

Los suizos conocen a su adversario en el primer partido desde diciembre pasado, cuando se realizó el sorteo de grupos en el Centro Cultural y de Congresos de Lucerna, joya arquitectónica del diseñador francés Jean Nouvel.

Desde entonces, todos los analistas se pierden en conjeturas sobre las conclusiones que habrá que sacar de los encuentros amistosos, la convocación de los 23 jugadores definitivos, la gestión de la presión que acarrea un partido de inauguración, la necesidad de una victoria o la obligación de evitar una derrota a toda cuesta, las lesiones, el valor real de los adversarios de Suiza o incluso la influencia que puede tener la hospitalización de la esposa del técnico Köbi Kuhn…

Hormigueos en las piernas

“La preparación ha durado… y ahora ya es tiempo de que por fin comience el torneo”, afirma Gelson Fernandes, que pasea en chancletas por los pasillos del hotel de los suizos en Feusisberg en su camino a la sala de prensa.

¿Cómo gestionan los jugadores la presión de este partido de inauguración? El centrocampista del Manchester City y de la selección suiza responde con evasivas:

“El equipo está listo. Todos los jugadores están acostumbrados a jugar partidos de alto nivel ante grandes multitudes. La presión se la dejamos a los seguidores y periodistas. Este sábado se tratará simplemente de jugar bien al fútbol.”

“Está claro que para varios jugadores como yo, supone un estreno en un gran torneo de fútbol”, reconoce Stéphane Lichtsteiner, defensa del Lille y del equipo suizo, cortejado desde hace algún tiempo por el Real Madrid.

“Pero nos ilusiona disputar este torneo”, continúa. “Y el placer le gana a la presión. A fin de cuentas, si estás tenso, suspenderás la prueba.”

Un partido “excepcional”

Eso no impide que, después de este discurso tranquilizador y las ganas y el placer de jugar, la presión del primer encuentro sigue siendo enorme.

“Jugar el partido de apertura es un honor, puesto que no ocurre con frecuencia que le toque a Suiza organizar un tal evento. No pueden fallar en esta cita. Y eso ejerce una gran presión en los jugadores”, afirma el entrenador y ex internacional Umberto Barberis.

Consultor de swissinfo durante la Eurocopa, éste cree que “el partido inaugural es un escaparate. Es el encuentro más televisado y más visto junto con la final. Todos quieren hacerse una idea del país anfitrión —que no ha tenido que clasificarse— y saber si la organización va a estar a la altura de las expectativas. Además, el país que acoge el torneo debe permanecer lo máximo posible en la competición.”

Y eso se conseguirá haciendo un buen resultado en el partido inaugural, aunque una victoria inicial no necesariamente garantiza un desenlace triunfante. En la edición de 1996, Suiza había plantado cara a Inglaterra (1-1) en el partido inaugural, pero luego no logró ir más lejos al perder los dos siguientes encuentros.

Cech, Baros, Koller y… Brückner

Este sábado, contra la República Checa, Suiza intentará ‘lanzar’ de la mejor manera posible el torneo; es decir, tendrá que imponerse a los checos para poder anotarse tres puntos importantes. El adversario, sin embargo, está lejos de ser un equipo advenedizo.

Claro, varios pilares de la selección checa, como Nedved, Smicer o Poborsky, han abandonado el barco, y el capitán Tomas Rosicky (compañero de equipo de Johan Djourou y Philippe Senderos en el Arsenal) está lesionado. Pero el conjunto entrenado por el astuto Karel Brückner tiene referencias muy sólidas.

Táctica y colectivamente a punto, puede contar, en particular, con un portero de primerísimo nivel, Peter Cech (Chelsea) y con atacantes de gran valor, como el ‘gigante’ Jan Koller (Nuremberg) y el lunático Milan Baros (Porthmouth).

“No hay que olvidar a David Rozehnal que juega conmigo en la Lazio de Roma”, añade el mediocampista suizo Valon Behrami.

“Es un jugador excelente, la pieza maestra de la defensa checa que, además, está formada por jugadores que juegan en la liga italiana. Los conozco muy bien a todos porque me he enfrentado con ellos en varias ocasiones.”

Finalista sin suerte en la Eurocopa 1996 y eliminada en semifinales hace cuatro años en Portugal, Chequia acabó la fase de clasificación siendo primera del grupo por delante de Alemania.

“Es un equipo muy compacto con una defensa bien dispuesta que no encaja prácticamente goles. Además, con Jan Koller dispone de un delantero muy dotado que es capaz de marcar la diferencia en cualquier momento del partido”, dictamina Umberto Barberis.

Es quizás en el centrocampo donde el equipo no es tan fuerte… pero eso habrá que comprobarlo todavía. Hoy, a partir de las 18 horas, ya sabremos más.

swissinfo, Mathias Froidevaux
(Traducción del francés: Antonio Suárez Varela)

El seleccionador Köbi Kuhn reparte su tiempo entre su equipo concentrado en Feusisberg y su esposa, hospitalizada desde el martes pasado.

Algo desbordado tras el último amistoso disputado contra el Principado de Liechtenstein, el defensa central Patrick Müller (recuperado de una lesión) declaró no estar al cien por cien de sus capacidades y que considera la posibilidad de dejar su posición a otro jugador en el partido inaugural.

Está previsto que se solventará esta duda en una charla con Köbi Kuhn antes del inicio de los festejos de inauguración de la Eurocopa 2008.

País de Europa Central, la República Checa tiene diez millones de habitantes. Obtuvo su independencia en 1993, tras la escisión de la antigua Checoslovaquia.

Finalistas sin suerte en la Eurocopa 1996 en Inglaterra (perdieron 1-2 frente a Alemania en la prórroga), los checos no se clasificaron para la edición de 2000 en Bélgica y Holanda y quedaron eliminados en semifinales hace cuatro años contra Grecia, el actual defensor del título.

Con la selección checoslovaca, los checos se llevaron el título en la Eurocopa de 1976 al ganar a los alemanes en la tanda de penaltis, sobre todo gracias a la célebre finta de Antonin Panenka.

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