El primer ministro armenio dice que aceptó un encuentro con el dirigente azerbaiyano
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, dijo este jueves que aceptó una propuesta rusa de mantener conversaciones en Moscú la próxima semana con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, en plena tensión entre ambos países del Cáucaso.
«Recibimos una propuesta de Rusia para celebrar una reunión trilateral al más alto nivel bajo la mediación del presidente de Rusia el 25 de mayo. Aceptamos la propuesta», declaró Pashinyan en una reunión de su gabinete en Ereván.
El presidente azerbaiyano todavía no confirmó su presencia.
Este anuncio se produce coincidiendo con la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de Armenia y Azerbaiyán, que tendrá lugar el viernes en Moscú, para mantener conversaciones de paz.
Las tensiones aumentaron recientemente entre los dos países, enfrentados desde hace tres décadas por el control de Nagorno-Karabaj, un enclave poblado mayoritariamente por armenios que se separó de Bakú con ayuda de Ereván.
Las dos exrepúblicas soviéticas libraron dos guerras en poco más de 30 años. La última, en 2020, se saldó con una aplastante victoria de Azerbaiyán, que recuperó amplios territorios en Nagorno-Karabaj y sus alrededores.
Los enfrentamientos estallan regularmente en este enclave y en la frontera entre ambos países, pese a un alto el fuego patrocinado por Moscú.
El miércoles, el ejército armenio anunció la muerte de un soldado herido por disparos de las fuerzas azerbaiyanas en la frontera. La semana pasada, un militar armenio y otro azerbaiyano murieron en otros enfrentamientos fronterizos.
Los esfuerzos internacionales por calmar la situación se intensificaron en las últimas semanas.
A principios de mayo se celebraron en Washington intensas conversaciones durante cuatro días entre delegaciones de Armenia y Azerbaiyán, patrocinadas por Estados Unidos.
Y el domingo pasado, Aliyev y Pashinyan se reunieron en Bruselas para negociar bajo el auspicio de la Unión Europea.
Pashinyan aseguró el jueves que ambas partes acordaron en Bruselas reconocer la integridad territorial de la otra, una «etapa importante hacia la paz».
Estas iniciativas occidentales están mal vistas por Rusia, que considera el Cáucaso como su patio trasero.