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El sector inmobiliario impone barreras al dinero sucio

La región del lago de Zúrich se ha vuelto un objetivo para el blanqueo de dinero de organizaciones mafiosas, según expertos. Keystone

El sector de los bienes raíces trabaja resuelto en compensar eventuales lagunas legales en materia de blanqueo de dinero asegurando que todas transacción se materialicen a través de bancos acreditados en Suiza o en el extranjero.

Los protagonistas inmobiliarios afirman que sus acciones son proactivas y que los riesgos de lavado se mantienen en el terreno de lo anecdótico. Sin embargo, las autoridades evalúan ajustes en la legislación, evidenciando con ello que el problema es significativo.

El Gobierno suizo considera que los bienes raíces helvéticos no son utilizados de forma sistemática para el blanqueo de capitales. Pero reconocen que los “riesgos de abuso” existen, especialmente cuando se pactan negocios inmobiliarios fuera del alcance de  la ley suiza contra el lavado de dinero vía bancos extranjeros, o a través de transacciones que no precisan de ningún asesor financiero formal.

La Unión Suiza de Profesionales del Sector Inmobiliario (USPI por sus siglas en francés), concernida directamente por el problema, aprovecha la oportunidad que tiene de ser parte de la solución. Este jueves presentó una moción parlamentaria sobre el tema, a través de su presidente, Hugues Hiltpold.

El Gobierno suizo considera que los bienes raíces helvéticos no son utilizados de forma sistemática para el blanqueo de capitales. Pero reconocen que los “riesgos de abuso” existen, especialmente cuando se pactan negocios inmobiliarios fuera del alcance de  la ley suiza contra el lavado de dinero vía bancos extranjeros, o a través de transacciones que no precisan de ningún asesor financiero formal.

La Unión Suiza de Profesionales del Sector Inmobiliario (USPI por sus siglas en francés), concernida directamente por el problema, aprovecha la oportunidad que tiene de ser parte de la solución. Este jueves presentó una moción parlamentaria sobre el tema, a través de su presidente, Hugues Hiltpold.

“La idea es asegurar que toda transacción inmobiliaria pase por un establecimiento controlado por leyes antiblanqueo, ya que esto garantizaría que los fondos utilizados vengan de bancos suizos, o foráneos, sujetos a la legislación helvética en la materia. Con ello alejaríamos capitales sospechosos y reduciríamos los riesgos de blanqueo“, señala a swissinfo.ch el diputado del Partido Liberal Radical (derecha).

Hiltpold rechaza la idea de que el camino sea enfocarse en la gestión de los agentes de bienes raíces, notarios y otros profesionales independientes del sector que participan en la compra-venta de propiedades. Y tampoco está de acuerdo con incluirlos en la legislación antilavado de dinero, como sucede en el resto de Europa y como sugiere el internacional Grupo de Acción Financiera (GAFI).

“Los agentes del mercado inmobiliario no necesariamente manejan dinero; algunas veces sí, pero no de forma sistemática“, explica el legislador. “Por ello, sería mejor modificar la ley de modo que podamos seguir las huellas del dinero y conocer quiénes son los compradores“.

Cabe recordar que el Gobierno decidió en el pasado no incluir a los agentes de bienes raíces dentro de la ley, debido a que las transacciones inmobiliarias suelen ser manejadas por intermediarios financieros que sí están sujetos a la ley. Y también porque inquieta el hecho de que incluirlos en la legislación aumentaría los costes de gestión de las transacciones inmobiliarias.

Medida a medias

El parlamentario socialista, Carlo Sommaruga, quien presentó recientemente una moción en materia de lavado de dinero, califica de “interesante” la idea de Hiltpold porque no complica el sistema de control vigente.
 
Pero Ursula Cassani, profesora de Derecho en la Universidad de Ginebra, describe la iniciativa como “una medida a medias“. “Una medida integral sería incluir las transacciones inmobiliarias en el ámbito de la Ley contra el Lavado de Dinero de Suiza, pero esto es mejor que nada“, dice a swissinfo.ch
 

“Es fácil suponer que el sector inmobiliario prefiere este tipo de iniciativa que verse inmerso en la ley antilavado, porque esto le implicaría un gran papeleo y responsabilidad, y ellos prefieren que sean los bancos quienes lleven la carga a cuestas“, añade.

En tanto, Sommaruga asegura que un par de ideas adicionales a explorar serían reforzar los alcances de la Autoridad Supervisora de los Mercados Financieros de Suiza (FINMA) y extender, a escala nacional, la obligación de publicar todas las transacciones inmobiliarias que se realizan, una práctica que ya se sigue en Ginebra y otros cantones.

Escala opaca

Desde la primavera pasada, los ministros de Finanzas y Justicia exploran la conveniencia de reformar la Ley contra el Lavado de Dinero con miras a incluir provisiones que incluyan al sector de los bienes raíces.

Pero la magnitud del problema en Suiza no es del todo clara.

El número global de casos de lavado de dinero reportados aumenta consistentemente, el año pasado superó los 1.000 –el grueso de ellos notificados por el sistema bancario, por lo tanto, no necesariamente vinculados con el mercado inmobiliario.


En 2010, la Policía Federal declaró en un reporte: “Ndrangheta y otras organizaciones mafiosas aumentaron sus actividades criminales en Suiza, entre ellas, el blanqueo de ccapitales. Y numerosos casos de lavado de dinero fueron cometidos en 2010 a través de agentes financieros“.

Stephanie Oesch, experta y autora de libros sobre el crimen organizado en Suiza, afirma que el lavado de dinero vía el sector inmobiliario es más que un puñado de ejemplos.

“Sabemos que las mafias rusas e italianas utilizan al sector inmobiliario para blanquer capitales, especialmente en las regiones que comprenden los lagos de Zúrich y de Ginebra,  y en el Ticino. Un fenómeno que se ha hecho especialmente evidente durante los últimos cinco años“, dijo Oesch a swissinfo.ch.

El especialista en crimen organizado Nicolas Giannakopoulos coincide: “Lo que oímos con respecto a la región del lago de Ginebra son inversiones de la mafia italiana”.

La situación mejora

GAFI afirma que aunque aún existen lagunas jurídicas con respecto a la gestión de los agentes inmobiliarios, Suiza trabaja desde 2005 en mejorar la situación.
 
Cassani cita que un número importante de reportes de transacciones sospechosas fueron transmitidos a los fiscales encargados de investigaciones criminales –un 86% en 2010, frente al 2 o 3% registrado en Francia-, mientras en países como Gran Bretaña los informes de transacciones sospechosas “simplemente desaparecen en un gran agujero negro“.
 
Pero Giannakopoulos critica los esfuerzos realizados: “La legislación está ahí. Sí. Pero el problema después es finalizar las investigaciones y otorgar sentencias de prisión efectivas. Desafortunadamente, el Ministerio Público de la Confederación abre muchos casos basados en hechos, pero luego no se sigue ninguna investigación, y esto es difícil de entender“.

“Quizás el nuevo fiscal federal se haga cargo del asunto. En el fondo, se trata de un problema de dirección y visión“, agrega Giannakopoulos.

El relevo del actual fiscal federal, Erwin Beyeler –quien no fue elegido por el Parlamente en junio pasado para repetir mandato – será anunciado en otoño y asumirá el cargo el 1 de enero de 2012.

Los clanes de la mafia en Suiza no ejercen el control íntegro de ningún sector en particular como sucede en Nápoles o Sicilia, de donde son originarios.
 
No obstante, existen indicios de que estas organizaciones han acordado las áreas de oportunidad que tienen en el país.

La pequeña talla de Suiza y su entorno plurilingüe aseguran que los clanes de la mafia puedan operar esencialmente alrededor de las fronteras con Italia.

El código del silencio es aplicado tan severamente en Suiza como en otros países. Los testigos son pues raros, lo que complica la persecución y comprobación de delitos cometidos por la mafia.

Adicionalmente, las estructuras familiares de estos clanes son difíciles de penetrar por parte de personas externas.

 
Las organizaciones de la mafia italiana tejen relaciones con especialistas del sector financiero y bancario para facilitar sus actividades ilegales, con miras a fortalecer su presencia en Suiza.

Fuente: Oficina Federal de Policía, 2010

(Traducción: Andrea Ornelas)

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