Escritor suizo analiza la sociedad berlinesa de hoy

Perikles Monioudis, cofundador del grupo de jóvenes literatos suizos "Netz".

El celebrado escritor suizo de origen griego, Perikles Monioudis, ha presentado su más reciente novela, "Palladium", una historia de amor con connotaciones inspiradas en la mitología de la Antigua Grecia que tiene por escenario el Berlín actual.

El título de la obra alude a las imágenes de Pallas Atenea, la diosa del pensamiento, las artes, las ciencias y la industria, que los antiguos griegos llevaban consigo siempre para protegerse y asegurarse la toma de una ciudad.

El lugar de la presentación no podía ser más apropiado: el altar de Zeus, padre de Atenea, de la antigua ciudad de Pérgamo, que se conserva en el Museo del mismo nombre en la capital alemana y en cuyo entorno se desarrollan algunos episodios de la historia.

Un abogado cambia de bufete y decide también alterar el orden de las cosas en su vida. Se enamora de una compositora de música y la relación, que dura tres semanas, cambia definitivamente sus vidas durante un verano en Berlín.

Monioudis, cofundador del grupo de jóvenes literatos suizos “Netz”, ha recibido varias distinciones desde que publicó en 1993 su primera novela, “Die Verwechslung”, elogiada por su lenguaje brillante y estilo seguro, y premiada por la ciudad de Zúrich.

En 1995 Monioudis publicó “Das Passagierschiff”, distinguido por la Fundación suiza Schiller. Sus relatos, entre los cuales se cuenta “Eine Erzählung aus den Bergen”, fueron también bien acogidos por la crítica. La Asociación de Escritores de Suiza le otorgó en 1998 el premio Conrad Ferdinand Meyer.

“Mis padres son de origen griego, nacieron en Alejandría (Egipto) y nunca vivieron en Grecia, pero se trasladaron a Suiza en 1964”, afirma Monioudis en una entrevista con swissinfo. “Yo nací en 1966 en Glarus, en un estrecho valle en las montañas, en Suiza oriental, entre Zúrich y la frontera con Austria”.

El joven escritor suizo estudió sociología en la Universidad de Zúrich y hace cinco años recibió una beca del gobierno de Berlín. “Estuve medio año en el Coloquio Literario, me gustó mucho y considero que fue muy importante para mi evolución como escritor”, agrega.

Así como los antiguos griegos creían en la buena estrella de las imágenes de Pallas Atenea, los personajes de su novela se obsequian mutuamente estos “Palladium” como amuleto protector.

La obra es “un poco autobiográfica”, admite Monioudis. “La literatura siempre es un poco autobiográfica, como la vida misma” explica el escritor.

Aquel verano en la Isla de los Museos, donde se encuentra el Museo de Pérgamo junto a otras instituciones que albergan colecciones arqueológicas y pinacotecas berlinesas, el abogado Martin Hilbert y Katharina llegan a un punto en sus vidas en que tienen que decidirse.

Así da comienzo su tórrido romance, no en una cálida isla bañada por el sol del Mediterráneo, pero sí en una pequeña ínsula en medio de los canales del río Spree, cargada de antiguos testimonios históricos y de cultura, como la que reúne a algunos de los principales museos de Berlín.

Al igual que toda ciudad grande y mundana, Berlín es una urbe con una gran proporción de personas que viven solas. Los jóvenes vienen de muchos lugares de Alemania y no siempre permanecen por largo tiempo en la ciudad.

“En Prenzlauerberg, el distrito donde vivo (en el este de Berlín), el promedio de edad es de 35 años y es difícil encontrar gente que permanezca unida por mucho tiempo. Muchos regresan a sus lugares de origen y no establecen esa relación de confianza que sirve de base para unir a una pareja”, afirma Perikles Monioudis.

“Puede ser que esto tenga que ver con la secularización de la sociedad alemana, un apartarse de las religiones tradicionales, aunque la gente en realidad sigue manteniendo la fe, tal vez en creencias sucedáneas” reflexiona.

“Pero también puede ser que ahora con los avances sociales la gente ya no siente la necesidad de mantener aquellos vínculos tradicionales, porque se puede vivir y morir sin la asistencia de sus familiares y basta simplemente con la ayuda de los seguros sociales”, concluye.

Juan Carlos Tellechea