
Francia baraja endurecer su normativa para expulsar extranjeros tras el último atentado
París, 24 feb (EFE).- El Gobierno francés estudia cambios legislativos para endurecer la normativa con los extranjeros que tienen pendiente una orden de expulsión, tras el atentado islamista del pasado sábado en Mulhouse, cometido por un argelino fichado por terrorismo al que se había intentado repetidamente expulsar.
La portavoz del Gobierno, Sophie Primas, subrayó este lunes que hay que cambiar la legislación, sobre todo en lo que se refiere a la posibilidad de mantener retenido a un extranjero pendiente de expulsión, en una entrevista con la emisora RTL.
«Hay que encontrar una solución que sea compatible con nuestro derecho constitucional» porque las medidas que se han tomado hasta ahora en ese terreno han sido invalidadas por el Consejo Constitucional, explicó Primas.
Un primer paso podría venir con una proposición de ley que se está tramitando en el Senado para aumentar de 90 a 120 días el tiempo en que un extranjero puede estar recluido en un centro de retención en espera de su expulsión.
«Tal vez habrá que ir más lejos, pero hay que cambiar la ley», insistió la portavoz, que es miembro de Los Republicanos (LR, el partido de la derecha clásica).
Esa cuestión ha cobrado actualidad porque el autor del atentado del sábado, Brahim A., había sido condenado a seis meses de cárcel por apología del terrorismo tras ser detenido a finales de 2023 y a su salida de prisión fue confinado en un centro de retención con vistas a su expulsión, pero tuvo que ser puesto en libertad al cabo de 90 días porque Argelia no aceptó que fuera devuelto a su país de origen.
En libertad, este hombre de 37 años diagnosticado como esquizofrénico, tenía que fichar cada día en comisaría como parte de su control judicial, pero el sábado no lo hizo, y en lugar de eso atacó a varias personas en el centro de Mulhouse al grito de «Alá akbar» (Alá es el más grande), mató a un portugués de 69 años e hirió a cinco agentes municipales.
Estos hechos han vuelto a reactivar la polémica en Francia, e incluso dentro del Gobierno, sobre cómo presionar a Argelia para que acepte las expulsiones de sus nacionales, en un momento de grave crisis diplomática entre los dos países, en particular desde que el verano pasado París se alineó completamente con la posición marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Mientras el ministro del Interior, Bruno Retailleau (de LR) quiere mantener un pulso y una «relación de fuerza» con Argelia, el titular de Exteriores, el centrista Jean-Noël Barrot, se decanta por continuar por la vía diplomática, con el argumento de que la primera vía en el pasado se ha mostrado contraproducente.
Todas esas cuestiones se abordarán el miércoles en un comité de control de la inmigración que ha convocado el primer ministro, François Bayrou, para revisar la política migratoria, en particular en lo que concierne a las expulsiones. EFE
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