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Franz Riedweg, el brazo suizo de las SS

Franz Riedweg en 1938, cuando emigró al Tercer Reich. zvg

Franz Riedweg fue el suizo más influyente de la Alemania nazi. Era jefe superior de unidad de asalto de las SS, y como protegido de Heinrich Himmler formaba parte de la élite político-militar de las Waffen-SS en la Europa ocupada.

Durante muchos años, Franz Riedweg fue considerado en Suiza el traidor número uno a la patria. Desde Berlín, durante la II Guerra Mundial, movió los hilos para fundar unas SS suizas.

















En su libro recientemente publicado, “Un Suisse au Service de la SS – Franz Riedweg 1907-2005” (Un suizo al servicio de las SS – Franz Riedweg 1907-2005), el historiador Marco Wyss muestra que Riedweg —que dentro de la jerarquía de las SS solo se situaba dos escalones por debajo de Heinrich Himmler— disfrutaba de facultades muy amplias otorgadas por su jefe.

Riedweg, que fue un nazi empedernido hasta su muerte, organizaba entre otras cosas el reclutamiento y la “formación” de los voluntarios de las Waffen-SS —un cuerpo de combate de élite de la denominada escuadra de protección o Schutzstaffel, conocida por la abreviación SS— en los países “germánicos” Dinamarca, Noruega, Suecia, Holanda, Bélgica, Francia, el Báltico, Croacia, Hungría y Suiza.

swissinfo.ch: Como frontista* mantuvo relaciones muy estrechas con representantes de la derecha burguesa en Suiza, en particular con Jean-Marie Musy, Rudolf Minger, Giuseppe Motta o Heinrich Walther, durante mucho tiempo uno de los personajes más influyentes del escenario político suizo. ¿No eran conscientes estos últimos de su vinculación con el nacionalsocialismo?

Marco Wyss: Por un lado, muchos políticos burgueses tenían convicciones muy derechistas y anticomunistas, por lo que podían comprender el ideario de Riedweg; por otro lado, antes de 1938, algunos políticos no eran conscientes de lo lejos que estaban dispuestos a llegar. Después de 1938, esta excusa ya no era válida, por supuesto.

Los políticos burgueses utilizaban a los frontistas también para obtener mayorías políticas, especialmente en el marco de las votaciones populares.

swissinfo.ch: Riedweg era el arquitecto de las “SS germánicas” y de las asociaciones de voluntarios de las Waffen-SS, y formaba parte de la élite político-militar de una nueva Europa bajo dominio alemán. ¿Cuáles fueron las claves para su rápido ascenso dentro de las SS?

M. W.: La hipótesis que sostiene que su rápido ascenso es debido a su boda con la hija del mariscal de campo von Blomberg, es falsa, porque von Blomberg había perdido ya en 1938 su cargo de ministro de guerra del Reich. El hecho de que Riedweg se convirtiera tan rápidamente en protegido de Himmler, se debió a los círculos anticomunistas en torno a Musy en Suiza, primero, y al despacho de Ribbentrop en Alemania, después.

Su condición de estudiante “germánico” no alemán era otro de los requisitos exigidos. Con una fuerte motivación política podía alcanzar dentro de las SS una posición de mucho poder.

swissinfo.ch: Como director de las “SS germánicas” se movía en una posición muy cercana a Himmler. ¿Hasta dónde llegó la influencia de Riedweg durante la época de “plenitud” de su carrera en 1942 y principios de 1943?

M. W.: Su influencia era bastante grande. Ello resultaba de su capacidad de conectar con personajes influyentes de distintos círculos, no solamente de las SS, sino también de la aristocracia prusiana, del NSDAP y de la Wehrmacht.

Extendió el reclutamiento de los voluntarios para las SS y las Waffen-SS de los países germánicos a los países ocupados no germánicos, y amplió esta tarea con contenidos políticos. Su acceso directo a Himmler le permitió llevar a cabo sus iniciativas.

Al mismo tiempo, sin embargo, su poder era limitado. A pesar de dirigir la Jefatura Germánica, dependía de su jefe inmediato, el Obergruppenführer (teniente general) Berger. Por eso no siempre se le ofrecía la posibilidad de relacionarse de forma directa con Himmler.

swissinfo.ch: ¿Qué sabía Riedweg del holocausto como persona grata de Himmler?

M. W.: Es posible que no lo supiera todo, pero un 99% sí lo tenía que saber. En primer lugar, él se movía entre la cúpula de las SS; y en segundo lugar, los centros de contacto de su Jefatura Germánica redactaban regularmente informes desde los países ocupados, que trataban, entre otros asuntos, también de la persecución y deportación de los judíos de la Europa occidental hacia el este.

Los campos de concentración fueron vigilados por las Divisiones Totenkopf (“calavera”), que en parte estaban integradas en las Waffen-SS. Además, Riedweg visitó en varias ocasiones a las tropas de las SS que combatieron en el este. Tenía que saber del holocausto, ya que Himmler lo mencionó una vez de manera indirecta en su presencia. En cualquier caso, estaba al corriente de lo que ocurría y aparentemente no le molestaban las atrocidades cometidas por los nazis.

swissinfo.ch: Hablemos de su expatriación: en 1943, Riedweg se dio cuenta que Hitler no compartía su visión de una Europa paritaria bajo liderazgo alemán, como él había imaginado. Después combatió en el Frente Oriental. ¿Quería morir por sus ideales?

M. W.: No, era demasiado narcisista para morir como un mártir. Es verdad que Himmler quiso despacharlo al frente, pero Riedweg se dejó transferir a una unidad de las Waffen-SS, cuyo comandante le conocía muy bien. Este ordenó que Riedweg pudiera ejercer de médico en la retaguardia, donde su vida no corría peligro.

Su pragmatismo y oportunismo también tuvieron un papel importante porque Riedweg, seguramente, supo que la guerra estaba perdida. Y por ello no quiso seguir ejerciendo una función destacada en Berlín.

swissinfo.ch: En la vida de Riedweg no hubo una ruptura con respecto a sus ideales después de la derrota de la Alemania nazi; además, jamás después expresó arrepentimiento por el exterminio de los judíos. En su libro usted ha rastreado el perfil de Riedweg, ¿cómo lo caracterizaría?

M. W.: Como persona joven tenía sus ideales, así lo demuestra su participación en el movimiento de Coudenhove, que, por cierto, sigue considerándose uno de los movimientos fundamentales de la Europa Unida.

Después se fue aproximando a idearios derechistas; su marcado anticomunismo le acercó cada vez más a la Alemania nazi, donde encontró un credo de formas cada vez más extremistas, hasta que se convirtió en un verdadero nazi, cuyo comportamiento era inexcusable.

Lo peor es que después de la guerra nunca abjuró de sus ideales. Al contrario, con la nueva configuración de las potencias mundiales durante la Guerra Fría, intentó encontrar una nueva patria política. Nunca cuestionó su actuación, ni siquiera el aspecto racista de la ideología nazi. Por ello, en la conclusión le tacho de “nazi incorregible”.

swissinfo.ch: En Suiza, Riedweg fue condenado en ausencia a 16 años de prisión en 1948. ¿Por qué Suiza nunca solicitó su extradición? ¿Jugó en esto un papel la influencia de algunos de sus protectores, como Heinrich Walther por ejemplo?

M. W.: De una parte, hubo influencias, no solo por parte de Walther, sino también por parte del hermano de Riedweg, un abogado. Todavía en los años 1950 intentaron conseguir un indulto. Por otra parte, políticos y funcionarios en Berna, o el diplomático Frölicher en Berlín, tuvieron seguramente cierto interés en que Riedweg no acudiera al proceso en Suiza por miedo a que les pudiera implicar.

Es cierto que solo se trata de una suposición, pero los indicios apuntan a ello, ya que después de la guerra, cuando Riedweg fue hecho prisionero por los británicos, éstos le hubieran extraditado si Suiza lo hubiera pedido. Sin embargo, Berna no solicitó su extradición. Esto nos permite concluir que ciertas personas de alto rango tendrían interés en impedir resultar implicados por sus relaciones comprometedoras con Riedweg antes o después de la guerra. 

* Miembro del frontismo, un movimiento de la extrema derecha suiza formada a semejanza del nacionalsocialismo alemán.

El historiador Marco Wyss es licenciado en Letras por la Universidad de Neuchâtel. En 2008 se licenció en Historia y Política Internacional en el Instituto de Altos Estudios Internacionales y del Desarrollo (IHEID) de Ginebra.

Desde 2006 trabaja como asistente en el Instituto de Historia en la Universidad de Neuchâtel. Sus investigaciones se centran en las relaciones de seguridad entre Suiza y Gran Bretaña durante la Guerra Fría.

Actualmente también colabora con el Centro de Investigación para la Política de Seguridad de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ).

Su libro Un suizo al servicio de las SS – Franz Riedweg (1907-2005) se publicó en la editorial Editions Alphil – Presses Universitaires Suisses de Neuchâtel.

Franz Riedweg nace en 1907 en el seno de una familia de hoteleros adinerados de Lucerna. A la edad de 16 años, se involucra en el movimiento Coudenhove que promueve la visión de una Europa federalista y cristiana para hacer frente a la amenaza comunista.

En los años 1930, es miembro de dos comités políticos: uno que milita por la adopción por el pueblo de una reorganización y financiación del ejército suizo, y otro que combate una iniciativa popular de la izquierda para luchar contra la crisis. Durante esta fase, frecuenta a personalidades influyentes de la política suiza, como el ministro de Defensa, Rudolf Minger.

En 1937, se une a la Acción Nacional Suiza contra el Comunismo donde se convierte en la mano derecha del antiguo consejero federal Jean-Marie Musy. En 1936-1937, es coproductor de La peste roja, la película suiza más cara de todos los tiempos. Estas actividades le proporcionan muchos contactos con la Alemania nazi.

En 1938, se establece en Alemania donde obtiene la nacionalidad y se asocia a las SS. Médico de formación, es destinado primero al servicio sanitario, y más tarde, se erige en cabeza de la Germanische Leitstelle, una jefatura que se ocupa en primer lugar del reclutamiento de voluntarios en los países ocupados.

Al final de la guerra, trabaja como médico en una tropa de las Waffen-SS en el Frente Oriental. Acaba la guerra ostentando el grado de Obersturmbannführer (teniente coronel).

En 1947, el Tribunal Federal lo condena en rebeldía a 16 años de prisión por actuar en contra de la independencia de Suiza y por prestar servicio activo en un ejército extranjero. Franz Riedweg jamás cumplió esta condena. A partir de 1949, trabaja como médico en Múnich, ciudad dónde fallece el 22 de enero de 2005 a la edad de 98 años.

Según cifras del Tribunal Penal Federal, 1.360 suizos se registraron en Alemania hasta enero de 1945 para servir en las fuerzas armadas del Reich.

La inmensa mayoría de ellos —un millar— se incorporó en las Waffen-SS, particularmente en las divisiones Wiking y Eggers, así como en los diferentes batallones de cazadores de montaña.

El suizo que obtuvo el rango más alto fue Johann Eugen Corrodi de Biel (cantón de Berna), que alcanzó el grado de Gruppenführer (general de división).

Traducción del alemán: Antonio Suárez Varela

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