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Tesoros en nuestras basuras

AFP

Cada habitante de Suiza produjo 707 kg de residuos municipales en 2010, un 40% más que la media de la Unión Europea. Pero con un modelo para la disposición y el reciclaje de desechos, el tratamiento de los residuos se ha convertido en un rentable negocio.

Existe demanda para todo tipo de material reciclable, desde escombros de construcciones hasta estiércol de elefante, siempre que resulte económico su traslado.

Con 650 empresas activas en el sector, la competencia aumenta en torno a los 20 millones de toneladas de material usado que se producen cada año.

Una de esas empresas – abfallboerse.ch (intercambio de residuos) – se ha forjado un nicho, al proporcionar un servicio en línea que pone en contacto a quienes producen desechos con quienes los eliminan.

Sin embargo, saber quién se deshace de qué, sigue siendo un tema confidencial. “Con base en lo que una empresa elimina, especialistas de la industria logran estimar su producción, lo que puede ser una información sensible”, revela Kurt Muther, fundador de abfallboerse.ch.

“Salvo material radiactivo, podemos manejar cualquier categoría de desechos, incluidos cartón, papel, plásticos, metales, chatarra, residuos hospitalarios, orgánicos, de la construcción, líquidos y madera”, agrega.

Valor añadido

“Los residuos orgánicos adquieren valor. El estiércol, por ejemplo, es muy solicitado por los fabricantes de compost y las plantas de biogás”, añade Muther.

A través de su plataforma de Internet, abfallborse.ch, que representa a los productores de residuos, analiza el mercado, encuentra el mejor precio y determina si su transporte genera un costo o un beneficio.

“La competencia funciona en general muy bien en toda Suiza con algunas variaciones regionales, sobre todo en la Suiza francófona, donde la falta de competencia eleva en un 20% los costes de eliminación de residuos”,  señala Muther.

“De acuerdo con cifras fiables, se arrojan a la calle más de 20 millones de toneladas de residuos cada año en Suiza. Los costos del transporte y eliminación de ese volumen de residuos, sin incluir la infraestructura para la disposición general, significan un mercado potencial de 2,8 millones de francos”, indica.

Importante sector

El sector de la construcción por sí solo representa más de las dos terceras partes del volumen de residuos en Suiza. La buena noticia es que el 80% de este material se recicla, sobre todo el hormigón. La tasa de la Unión Europea es del 46%.

La Oficina Federal de Medio Ambiente desempeñó un papel clave en el impulso de esa tasa de reciclaje en los sectores de la construcción y la demolición en la última década.

La fortaleza del sistema de gestión de residuos es que la legislación se basa en la consulta. “Como resultado de ello, es muy equilibrada y resulta posible hacerla cumplir de manera eficiente”, dice Robin Quartier, de la Oficina de Medio Ambiente, a swissinfo.ch.

Una normativa importante es el requisito para clasificar los materiales en el sitio de la demolición. “En Suiza no se puede solamente demoler un edificio, juntar una gran pila de escombros y llevarla luego al vertedero de desperdicios más cercano. Se tienen que clasificar los residuos combustibles y no combustibles entre los escombros”, explica Quartier.

Los constructores también obtienen un incentivo por llevar el menos material posible a los vertederos, porque las cargos son relativamente altas.

La piezas de hormigón pueden ser reducidas de manera muy eficiente y utilizadas para hacer concreto fresco. Las autoridades concentraron sus esfuerzos en los últimos 10 años en la creación de una demanda de estos materiales reciclados.

“Construir con materiales reciclados ha sido técnicamente posible, pero la gente prefiere emplear materiales nuevos. Hubo que trabajar mucho, en la introducción de normas técnicas, por ejemplo, para que los ingenieros trabajaran con esos materiales y para facilitar el acceso al mercado”, anota Quartier.

Incinerar todo lo posible

Una ley en vigor desde el 1 de enero de 2000 prohíbe introducir residuos combustibles a los vertederos y obliga a incinerar todo lo que sea factible.

Desde entonces, el 50% de los residuos municipales termina en las 29 incineradoras de Suiza, mientras que el resto se clasifica, se recoge por separado y se recicla.

De acuerdo con la Oficina del  Medio Ambiente, la incineración contribuye a reducir las emisiones contaminantes y a preservar los recursos. El volumen de los residuos se reduce en un 90%.

Las incineradoras, están en manos de los cantones o las comunas y son aceptadas como parte del paisaje y del sistema en Suiza, mientras que en otros países, como Francia e Irlanda, enfrentan resistencias.

Todas las plantas de incineración están equipadas con filtros electrostáticos que atrapan la ceniza y el polvo. La mayor parte de las cenizas son colectadas por los filtros y tratadas en Suiza; el resto es enviado a Alemania, donde es almacenado, de manera segura, en minas de sal en desuso especialmente acondicionadas para tal efecto.

Negocio global

En 2010, Suiza exportó 214.000 toneladas de residuos peligrosos, el 12% del total, e importó 31.000 toneladas.

Suiza presentó una solicitud de adhesión a la Red de la Unión Europea para la Aplicación y el Cumplimiento de la Ley del Medio Ambiente (IMPEL), una de las ventajas de lo cual será “coordinar y resolver problemas en el movimiento transfronterizo de residuos”.

La gestión de residuos es un negocio global y de grandes multinacionales como Veolia, Loacker Recycling and Remondis, también presentes en Suiza. De acuerdo con Muther, esas firmas están comprando empresas locales de mediana importancia. “Esta es la estrategia correcta, porque el conocimiento local es esencial”, comenta.

Con el ciclo de desechos reglamentado y administrado, la atención política se centra ahora en la forma de reducir el impacto ambiental de los bienes y servicios utilizados por la población suiza.

Sin embargo, hay un largo camino por recorrer para alcanzar la sostenibilidad. En un reciente informe, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) estima que, si el resto del mundo viviera de manera similar a los suizos, se necesitarían 2,82 planetas.

Se estima que la generación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se incrementará en aproximadamente un 11% entre 2008 y 2014 en los 27 países de la Unión Europea, más Noruega y Suiza.

Cifras sobre residuos de 2010

Residuos municipales incinerados: 2.760.000 toneladas

Residuos urbanos reciclados: 2.808.000 toneladas

Total de residuos municipales:

5.568.000 toneladas

Residuos peligrosos (incluidos residuos exportados): 1.784.000 toneladas

Lodos de depuración: 210.000 toneladas

Fuente: Oficina Federal del Medio Ambiente

(Traducción: Marcela Águila Rubín)

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