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Ginebra y Roma se adjudican sede de la ONU

El ministro suizo de Transportes, Moritz Leuenberger (izq) y el el director de la Oficina Federal para el Medioambiente, Philippe Roch (der), durante la conferencia de prensa en Ginebra. Keystone

La ciudad suiza y la capital italiana se adjudicaron este viernes la Secretaría permamente de la Convención de Rotterdam sobre productos industriales peligrosos.

Este contenido fue publicado el 24 septiembre 2004

La candidatura de Bonn fue descartada en la votación con que concluyó la Conferencia presidida por el director de la Oficina Federal del Medio Ambiente, Bosques y Paisajes (OFEPP), Philippe Roch.

La Convención de Rotterdam reglamenta el comercio internacional de productos industriales tóxicos y de los pesticidas, en particular en los países en desarrollo.

Ginebra y Roma han dirigido la Secretaría desde 1998 y presentaron una candidatura conjunta para albergar la sede permanente.

Ultimamente, los gobiernos de Suiza y de Italia desarrollaron intensas gestiones diplomáticas para conseguir los votos de los países miembros. El principal argumento: ambas ciudades son centros internacionales de inspección en materia de subtancias peligrosas.

Ginebra es sede del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y alberga otras agencias del sistema de organismos internacionales que se se ocupan de productos químicos.

Los pesticidas, en cambio, son una « especiliadad » de Roma, sede de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Designación bien recibida

La decisión de atribuir la sede a Ginebra fue bien recibida por parte de las autoridades suizas y el mundo diplomático.

El director de la Oficina Federal del Medio Ambiente, Bosques y Paisajes (OFEFP), Philippe Roch, manifestó su satisfacción por este "voto de confianza de la comunidad internacional hacia Suiza".

Los expertos suizos del medio ambiente, los representantes de la FAO y del PNUMA estimaron que los debates que tuvieron lugar durante los 5 días que duró la conferencia reafirman la necesidad de reducir los riesgos de las subtancias químicas.

"Los gobiernos entregaron a la Convención de Rotterdam un decidido voto de confianza" estima la vice directora general de la FAO, Louise Fresco.

Productos a vigilar

De hecho, el Convenio de Rotterdam prevé particularmente que toda exportación de un producto inscrito en la " lista que hay que vigilar" propuesta por los países miembros, debe explícitamente haber sido aprobada por el Estado importador.

Permite particularmente a los países en desarrollo intervenir por medio de medidas de interdicción o de restricción.

Hay que saber que estos países utilizan sólo un cuarto de los productos químicos fabricados en el mundo. Pero registran el 99 % de las defunciones provocadas por estas sustancias.

Antes de la Conferencia de Ginebra, la " lista que hay que vigilar " contenía 27 sustancias, entre los que estaban el DDT y el PCB. Los representantes de los 76 Estados partes del Convenio añadieron catorce por consenso. Entre estos nuevos productos, el plomo utilizado en ciertos petróleos.

Países como Australia, Chile y la Unión Europea, que deseaban ver figurar en la lista el amianto (chrysotile) no tuvieron éxito en sus propuestas. Canadá y Rusia - dos grandes exportadores en la materia - opusieron su veto.

Un problema en suspenso

Pero la discusión sobre el tema no quedó cerrada definitivamente según el director del PNUMA Klaus Töpfer. "Debemos insistir para convencer a los países que se oponen a incluir en la lista el amianto", señaló.

"Pienso que este punto no va a disminuir la importancia de la Convención", agrega Töpfer, como una forma de atenuar las virulentas críticas de los defensores del medio ambiente.

En la reunión de Ginebra, un comité de expertos fue constituido para evaluar en el futuro, nuevos productos para agregar a la lista de las subtancias « que hay que vigilar ».

La Convención de Rotterdam es un dispositivo complementario de la Convención de Basilea, que se ocupa de las exportaciones de productos tóxicos, y de la Convención de Estocolmo, que regula los contaminantes orgánicos persistentes.

swissinfo y agencias

Datos clave

La Convención de Rotterdam reglamenta el uso de los productos industriales tóxicos y los pesticidas.
El objetivo es mejorar la seguridad de las personas y del medio ambiente y reducir los riesgos representados por esas subtancias.

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Contexto

La Convención de Rotterdam es un dispositivo complementario de la Convención de Basilea, que se ocupa de las exportaciones de productos tóxicos.

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