Gira latinoamericana del presidente chino: la economía como diplomacia
El presidente chino Xi Jinping culmina este miércoles en Cuba una gira latinoamericana que, bajo una agenda esencialmente económica, marca una mayor presencia de Pekín en un continente tradicionalmente reservado a la influencia de Estados Unidos.
Tras llegar a mediados del mes a Brasil para asistir a la cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), Xi llevó su campaña diplomático-económica a Argentina, Venezuela y Cuba, tres países que encabezan el rechazo al «imperialismo» norteamericano en América Latina.
La atractiva ofensiva comenzó bajo buenos auspicios con el anuncio del BRICS de un Nuevo Banco de Desarrollo, percibido en América Latina como una alternativa a las instituciones financieras internacionales dominadas por Estados Unidos.
Xi anunció además en Brasil un fondo chino de 20.000 millones de dólares destinado a financiar infraestructura en América Latina, en el marco de sus reuniones con todos los presidentes sudamericanos y con el «cuarteto» de la Celac (integrado por Costa Rica, Ecuador, Cuba y Antigua y Barbuda).
«Nuevo comienzo, nueva perspectiva, nueva motivación», declaró Xi el 15 de julio en el lanzamiento del nuevo banco del BRICS, asociado a un fondo de reservas de 100.000 millones de dólares para enfrentar crisis.
Esto interesa particularmente a Argentina, sumida en una guerra contra fondos especulativos estadounidenses, que obtuvieron una victoria judicial en tribunales norteamericanos en un caso de deuda en mora.
El jefe de gabinete del gobierno argentino, Jorge Capitanich, calificó como «fundamental» la cumbre del BRICS en Fortaleza, al criticar a los otros «bancos de desarrollo (que sirven) como herramienta extorsiva de los países más desarrollados».
– Pragmatismo chino –
En Buenos Aires, Xi dio un espaldarazo al gobierno de Cristina Kirchner.
Más de una veintena de acuerdos fueron firmados con Argentina, por varios miles de millones de dólares, en el marco de una «asociación estratégica», bajo el modelo ya existente entre China y Brasil.
Petróleo, minería, transporte y agricultura: «Hoy en el mundo las mejores oportunidades aparecen para los emergentes», declaró en la ocasión la presidenta argentina.
Materias primas y energía estuvieron también en la agenda del presidente chino en Venezuela. Una treintena de acuerdos fueron cerrados con el gobierno de Nicolás Maduro, particularmente en petróleo, minería, diversas industrias y agricultura.
«Venezuela se ha convertido en uno de los destinos con mayor compromiso de inversiones de China», destacó Xi en Caracas.
Venezuela es el séptimo abastecedor de petróleo de Pekín y su cuarto socio comercial en América Latina. Por su parte, China es -detrás de Estados Unidos- el segundo comprador de crudo de Venezuela, que posee las mayores reservas mundiales de petróleo.
Caracas es también el primer receptor de recursos chinos, con 54.000 millones de dólares en los últimos ocho años, y debe pagar con petróleo su deuda de 17.000 millones de dólares con el gigante asiático.
Tanto en Caracas como en Buenos Aires, Xi selló una «asociación estratégica integral» con China, lejos de la prudencia observada por las autoridades y las empresas de Estados Unidos y Europa, que consideran a ambos países como de riesgo político.
El mismo escenario se dio en Cuba, donde fueron firmados 29 acuerdos para el financiamiento de infraestructura, la importación de níquel por parte de Pekín y la exploración petrolera en aguas cubanas del Golfo de México.
El mercado cubano es menor al de los otros países latinoamericanos con los que China firmó acuerdos durante esta gira, pero La Habana, punta de lanza regional antiestadounidense, es un aliado comunista de Pekín.
«La parte china está llena de confianza sobre el futuro desarrollo de las relaciones entre nuestro país y Cuba, y seremos para siempre buenos amigos, compañeros y hermanos de Cuba», afirmó Xi en La Habana, al recibir la más alta condecoración cubana de manos de su par Raúl Castro.
«La expansión política económica de China tiene objetivos de carácter pragmático, donde no juega el tema ideológico o de la competencia internacional con Estados Unidos, sino que básicamente es un tema de la política de China de buscar recursos naturales a largo plazo en varias partes del mundo y en este caso particular en América Latina», explica a la AFP el analista venezolano Carlos Romero.
A cambio, estos países le garantizan a China un «mercado para sus exportaciones, especialmente de bienes intermedios y de bienes de equipo», agrega Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano de Madrid.