Hacia una nueva convención antiterrorista
Una Cumbre del Consejo de Europa trabaja desde este lunes, en Varsovia, en una nueva convención antiterrorismo.
El presidente de la Confederación Helvética, Samuel Schmid, y los responsables de otros 45 Estados, analizarán también los objetivos y las prioridades del Consejo.
Esta cumbre de dos días es apenas la tercera en su género en 55 años de existencia de la más antigua organización política a escala europea, y se inscribe en el marco de los esfuerzos para elaborar un mandato claro en favor del Consejo de Europa.
La atención se concentrará, sobre todo, en encontrar la vía necesaria para que la institución pueda desarrollar una de sus misiones clave: la promoción de los derechos humanos, del derecho y de la democracia en Europa central y oriental, de manera particular.
“Mientras que la ampliación de la Unión Europea rediseña la carta del continente, esta cumbre debe permitir establecer el papel del Consejo de Europa en su calidad de guardián de los valores comunes al conjunto del continente”, indican sus representantes.
Claude Altermatt, responsable de las relaciones de Suiza con el Consejo, estima que el trabajo de esa institución debe considerarse desde una óptica nueva en el contexto de una Unión Europea en continua expansión.
“El objetivo es reforzar el papel y la posición del Consejo de Europa”, indica a swissinfo.
De acuerdo con el diplomático, Samuel Schmid pedirá la realización de esfuerzos suplementarios para reformar la Corte Europea de los Derechos Humanos, instituida por el Consejo en 1959.
“Esta es la piedra angular del Consejo de Europa. Sin embargo, resulta preocupante constatar que es víctima de su éxito y no logra hacer frente al creciente número de casos que le son presentados”, subraya.
Terrorismo y tráficos
Durante la cumbre, tres tratados serán analizados por los Estados miembros:
La Convención para la prevención del terrorismo, que tiende a fortalecer la cooperación entre Estados para luchar contra ese flagelo, y regula también la protección y la compensación de las víctimas.
Otras dos convenciones que serán introducidas durante la cumbre y que buscan suprimir las operaciones de tráfico de seres humanos y de lavado de dinero.
El Consejo pretende implementar un mecanismo independiente de control cuyo objetivo sería asegurar que todos los signatarios adhieran tanto al espíritu como al contenido de los tratados.
Derechos humanos
Claude Altermatt declina opinar si los delegados suizos aprovecharán la cumbre para analizar el contenido de un informe del Consejo con respecto a la política helvética en materia de derechos humanos.
Durante su visita a Berna a finales del año pasado, el comisario de los Derechos Humanos del Consejo, Álvaro Gil Robles, había expresado su “seria preocupación” ante la sobrepoblación de las prisiones en Suiza y con respecto a la situación de los solicitantes de asilo rechazados.
El comisario deberá publicar sus conclusiones a mediados de junio. De acuerdo con un portavoz de esa institución, el informe fue enviado a las autoridades helvéticas para que añadan sus comentarios.
La confirmación de esta publicación se produce una semana después de que el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura manifestara su inquietud con respecto a la situación de los derechos humanos en Suiza.
La preocupación se deriva de una ley que permite el empleo de un arma a electrochoques durante los procesos de repatriación forzada. En sesión en Ginebra, esta comisión evalúa en qué medida el gobierno suizo respeta la convención de la ONU contra la Tortura.
swissinfo, Ramsey Zarifeh
Traducción, Marcela Águila Rubín
Con sede en Estrasburgo, el Consejo de Europa está compuesto por 46 Estados miembros.
Fue instituido en 1949 para defender los derechos humanos, la democracia parlamentaria y las reglas del derecho.
Desde 1989 concentra su acción en la asistencia a los países de Europa oriental, en plena fase de reformas económicas y políticas.
La cumbre de esta semana es la tercera de su género luego de aquellas de Viena en 1993 y de Estrasburgo en 1997.
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