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La foto tradicional pronto será un lujo

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Tras Canon, Nikon, Kodak, Polaroid y Agfa, es el turno de Ilford Imaging Switzerland de sacrificar la fotografía análoga. La empresa, 125 años después de su fundación, reduce su efectivo a la mitad y se libra de la quiebra. La revolución digital marca el fin de un mundo.

“Es una tragedia. Es como decirle a un carpintero que ya no hay madera: una vez que acabe con su reserva para fabricar armarios, deberá ponerse a hacer violines, con un material tan raro como el oro”, indica Roland Wirtz, fotógrafo de Berlín, que  trabaja desde 2004 con la tecnología y materiales de Ilford Suiza.

Wirtz realiza el positivado directo de sus imágenes gigantes en ilfochrome, el reconocido papel de poliéster que ha inventado y desarrollado la empresa suiza. El trabajo de este fotógrafo también depende mucho de la máquina de tratamiento de Ilford.

Todo comenzó a inicios del pasado verano, cuando Ilford Imaging Switzerland, especialista en productos fotográficos desde hace 50 años, anunció desde su sede en Marly, cerca de Friburgo, que su propietario británico Paradigm Global Partners le escindió los recursos, imposibilitando el pago de los salarios a sus 230 empleados.

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Ilford cambia de rumbo

Este contenido fue publicado en El edificio de la empresa consagrado a la producción tiene su ‘túnel’, donde aplica su tecnología de emulsión de capas químicas sobre soportes diversos. (Imágenes: Thomas Kern, swissinfo.ch)

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El precio de la diversificación

Y la racha continuó: a falta de un comprador, los directivos adquirieron la empresa; despidieron a 66 personas, vendieron buena parte de los bienes inmuebles para financiar un plan social y apareció un nuevo socio japonés… hasta que, el 11 de septiembre, la justicia civil archiva el procedimiento de  insolvencia.

Tras diez años de cambios de propietarios y reestructuraciones a un ritmo casi anual, Ilford Imaging se salvó de la bancarrota, pero al precio de una diversificación renunciando a las actividades relacionadas con la fotografía industrial. Sin embargo, su tecnología de ‘vertido multicapas de soporte flexible’ podrá aplicarse en otros ámbitos que no sean la fotografía ni la impresión: filmes ópticos para pantallas de televisión, difusores de luz o captores de gas para aparatos médicos.

Como le sucedió a sus competidores, le toca también pagar las consecuencias del éxito de la foto digital, considera Jean-Noël Gex, responsable del soporte técnico de la empresa: “La fotografía análoga es muy exigente, hay que trabajar en la oscuridad, sin saber verdaderamente lo que uno hace. Con la impresora es más simple, uno ve de inmediato los errores y se pueden corregir. Por otra parte, la gente ya no imprime sus fotografías, las mira en pantalla. El grupo japonés Fuji produce aún papel, ¿pero por cuánto tiempo? ¿Y hasta cuándo producirá los carretes fotográficos?

1826: Nicéphore Niepce logró fijar la vista desde su ventana sobre una plancha de peltre recubierta de betún de Judea (derivado del petróleo).

1904: Louis Lumière presenta a la Academia de Ciencias el ‘autocromo’, la primera foto en color.

1879: Fundación en Ilford (cerca de Londres) de Britannia Works, que retomará el nombre de Ilford y producirá aparatos cámaras de fotos entre 1899 et 2005.

En la década de 1960, se fusiona con la empresa suiza Ciba Photochimie (de Basilea). Esta última había comprado el grupo Tellko (activo en la década de 1930 Friburgo) y se instaló en 1963 en Marly.

Ilford se especializa en los papeles y las tintas para impresoras de calidad fotográfica. Su instalación de derrame de tinta permite que se coloquen simultáneamente varias capas finas.

Comercializado desde 1963, el papel Cibachrome, después bautizado como Ilfochrome, es el florón de esta tradición.

1998: El centro de investigaciones de Ciba abandona su sede en Marly e Ilford pasa a manos inglesas.

2005: La marca se divide en dos empresas independientes, pero relacionadas a través de acuerdos de distribución de sus productos.

La rama moderna de productos para de impresión a tinta y fotografía ena color se vende (al japonés Oji, después a Paradigm Global Partners) bajo la forma de Ilford Imaging Switzerland GmbH. De 2006 a 2013, esta compañía perdió 300 empleados y ahora solo cuenta con 130 puestos. Su cifra de negocios actual debe ser actualmente de unosrondar los 30 millones de francos.

La rama histórica de foto argéntica en blanco y negro y blanco fue adquirida por los directivos de la empresa para crear el sello inglés Harman Technology Limited, autorizada a utilizar la marca Ilford Photo.

(Fuentes: Ilford Imaging y ‘Fribourgo, ciudad en los siglos XIX XX’, 2007)

Ilfochrome: el “mejor del mundo”

La desaparición anunciada del célebre papel Cibachrome, llamado hoy Ilfochrome es lamentable para los especialistas en la fotografía artística o en la preservación. “Este procedimiento tan particular permite tener una fotografía directamente a partir de un positivo, sin necesidad de hacer el negativo”, recuerda Jean-Marc Yersin, director del Museo de la Cámara Fotográfica de Vevey. Y este papel se conserva mucho mejor que los otros, ¡hasta 200 años!, por lo que resulta ideal para los museos y los artistas.

“Ironía del destino: La fotografía digital llegó en el momento en que se producían los mejores carretes y papeles de la historia de la fotografía química a color. La calidad alcanzada se esfuma, junto con todo el conocimiento y la destreza que se logró en la producción fotográfica análoga”, lamenta Yersin.

Roland Dufau, fotógrafo y propietario de un laboratorio en París, reconoce que está vez se pierde un distintivo de la ‘verdadera fotografía’. “Para algunas aplicaciones, como la prensa y la publicidad, lo digital y la impresora están bien, pero no se trata de fotografía en sí misma, sino de impresión mejorada. Con el método analógico o argéntico se ve la transparencia de la imagen. Para el arte, el Ilfochrome es único, con el mejor rendimiento del mundo”.

Dufau, de 62 años, es cliente de Ilford Imaging desde hace 35 años. En mayo de 2014 terminará todas sus reservas de papel y, con ello, se jubilará. “Hace 15 años éramos 77 laboratorios en Francia. Ahora somos dos. Es el último golpe duro, se acabó, punto final”.

El blanco y negro sigue marcando tendencia

Durante sus 26 años en Ilford, preocupado por comprender el trabajo de sus clientes y mejorar al máximo el producto final, Jean-Noël Gex desarrolló las aplicaciones en colaboración con otras manos profesionales. “En nuestros mejores tiempos teníamos una base de unos 50 laboratorios, cada uno agrupaba entre 5 y 10 fotógrafos. Actualmente, hay 4 o 5 en EE.UU. y en Gran Bretaña, 3 en Francia y en Rusia, 2 en Alemania, uno en Suiza, y algunos pequeños laboratorios muy especializados en piezas únicas”, resume el ingeniero químico.

Por el contrario, el argéntico en blanco y negro sigue marcando tendencia. También adquirida por sus directivos, la ramificación inglesa de Ilford, Harman Technology Limited, la produce aún. “Desde el punto de vista químico, es más fácil, más simple”, subraya Jean-Noël Gex. Los colorantes son materiales muy complicados, algunos ya no están autorizados por razones ecológicas o de salud. Para el blanco y negro, uno emplea la plata, que no es tóxica y que existe aún de modo suficiente”.

La situación es trágica para algunos, pero Jean-Noël Gex (que forma parte de los 66 despedidos de Ilford) la relativiza: “Es el fin de la industria fotográfica, cierto, pero no hay que paralizarse ante esta evolución. Lo dramático es que todo llegó mucho más rápido de lo previsto”. El ingeniero pensaba que este fenómeno ocurriría en 2020 o 2025. “Pero nos encontramos ya en la postrevolución numérica”.

En Suiza existe una formación profesional básica (oficio) y una formación superior que enseñan aúnincluyen la fotografía numérica y análoga.

“Los estudiantes utilizan el argéntico para las tomas y el desarrollo revelado clásico (en blanco y negro y color, pero raramente solo en color); o un filme carrete argéntico y una impresora digital de tinta, o como tercera opción, una aparato cámara y una impresora digital”, indica Nocolas Savray, maestro profesor de la Escuela Superior de Fotografía de Vevey.

Nicho artístico de lujo

Para Radu Stern, responsable de los programas educativos en el Musée de l’Elysée de Lausana, se trata solo de un cambio de utensilio, un deslizamiento. “Lo que separa lo análogo de lo digital es menos importante que las propiedades comunes de ambos procedimientos. Los dos siguen generando imágenes, la fotografía sigue siendo creadora de imágenes. No es el fin del mundo, pero sí el fin de un mundo”.

El historiador de la fotografía hace un paralelismo con la litografía, inventada a finales del siglo XVIII, un instrumento importante para la impresión. “Cuando se inventó la rotativa y el método de reproducción de documentos e imágenes sobre papel a finales del siglo XIX, la litografía no desapareció, sino que se volvió una suerte de nicho artístico de lujo, utilizado por los artistas. Ocurrirá algo similar con la foto análoga”.

Radu Stern agrega que la foto (numérica) y el vídeo remplazaron los medios tradicionales (pintura, escultura) en el arte contemporáneo. “La ‘facilidad’ y la rapidez del resultado permiten pasar más tiempo en la conceptualización que en la realización física del objeto. Es todo el concepto del virtuosismo que fue puesto en cuestión cuestionado y el artista se descargó de todas las obligaciones técnicas”.

El precio de la memoria

Falta resolver la suerte de los millones de negativos y microfilmes que duermen en los archivos públicos, militares o privados. ¿Quién va a pagar su transformación en archivos digitalización? ¿Cómo se podrán leer o ver en 50 años? ¿Serán conservados en los archivos de los servidores gigantes de Google y Microsoft, que, según se predice, un día significarán un desafío ecológico y financiero por su gran consumo de energía?

Para Jean-Noël Gex, se trata de una elección política. “Archivar no genera beneficios económicos, sino gastos. Por ello es necesario establecer a qué precio es interesante, considerando el riesgo de perder definitivamente las cosas. Por ejemplo: todas las informaciones recaudadas en tiempos de la conquista lunar se perdieron, ya no hay los aparatos que permitían leer las cartas perforadas. ¡Afortunadamente quedan las fotos y los objetos recolectados en el lugar!

Traducido del francés por Patricia Islas

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