La fotógrafa suiza Stefania Beretta expone en Zúrich y París

Stefania Beretta

Dos exposiciones subrayan la publicación del nuevo libro de fotografías de la artista originaria del cantón Tesino. Algunos de los trabajos de Stefania Beretta ya pueden ser admirados a partir de ahora en la galería Zwischenraum Bei Scalo, de Zúrich.

El libro, publicado por “Trans Photographic Press”, casa editorial parisina especializada en arte fotográfico, lleva el título de “Rooms” (estancias) y consta de 60 fotos en blanco y negro realizadas entre 1979 y el 2000.

La estancia como lugar íntimo, refugio de amor, de reflexión, de éxtasis, pero también como un espacio geográfico determinado.

Marruecos, Portugal, India, Lituania, Francia, Egipto, Italia, Suiza son lugares de la memoria que se revelan a través de ventanas, donde pedazos de cielo, de mar y de tierra con árboles y edificios nos hablan de una vida cotidiana que se desenvuelve allí, detrás del muro.

O que se adivinan lentamente, a medida que la mirada descubre detalles delatadores: un mosquitero, un ventilador a hélice, el radiador para la calefacción central o los residuos del consumado desayuno “continental” en una vasija puesta allí con abandono; vestigios de vida vivida cuyos rastros son los únicos testimonios de noches y días pasados.

Es el caso de las fotografías del Hotel Palace, de Lugano, sugestivas espías de unos años que fueron de esplendor, “ayeres” perdidos entre ruinas, ventanales rotos, manchados, y salones desvencijados.

Son momentos del pasado rescatados por una voluntad de memoria que quiere donar a la mirada de los otros la propia experiencia y que, justo por su sinceridad y transparencia, llega a ser memoria humana universal. El tiempo de lo vivido se transforma poco a poco en melancolía, en “saudade” que sólo salva el recuerdo.

Estamos ante fotografías que no intentan ser ni vanguardia, ni testimonio o reportaje. Son simple y rigurosa “poesía visual”, como la define Pino Bertelli en la presentación del libro, pedazos del mundo real tal y como lo ve una joven artista, que no se esconde y que se muestra, con su vida, sus amores, su experiencia y su mirada.

Entre las técnicas usadas por la fotógrafa tesinesa está la “Polaroid”, que le permite una inmediata verificación de su trabajo y le deja al mismo tiempo la posibilidad de intervenir ulteriormente en el negativo.

Un ejemplo de ello son las fotos hechas en el taller de París. Allí Stefania Beretta trata de hacer resaltar las huellas que anteriores ocupantes del estudio han dejado en las paredes, como “grafitos” a los que sobrepone las imágenes de los cuerpos que en ese momento ocupan las estancias.

Stefania Beretta, como toda artista que se respete, no piensa ya en “Rooms”, sino en un trabajo que está realizando sobre “la sociedad del exceso”. Esta vez se medirá con el color, un desafío que ya había vencido con la serie de fotografías sobre la India, con el tema de las ceremonias fúnebres del Ganges.

Algunos de sus trabajos figuran entre las colecciones de la Fundación Suiza de Fotografía, de Zúrich; el Centro Pompidou y la Biblioteca Nacional, de París; el Banco del Gotardo, de Lugano; la filial en Chiasso del banco Credit Suisse y el Fondo Cantonal de Decoración y Artes Visuales, de Ginebra.

La exposición se inaugura el próximo 12 de diciembre en la galería “La Chambre Claire”, de París.

El libro, que corona un año de preparación y casi 20 de carrera fotográfica, se puede adquirir en las galerías de las exposiciones o en las librerías de París, Zúrich y Lugano.

Lupita Avilés