La francofonía mira el modelo helvético

El secretario general de la Organización Internacional de la Francofonía, Butros Ghali, y el titular suizo de Exteriores, Jospeh Deiss (drcha). Keystone

Parlamentarios francófonos exaltan en Berna la diversidad lingüística y se inquietan por el avance del inglés.

Al cabo de dos días de reunión en la capital suiza (08.-9.07.), la Asamblea Parlamentaria de la Francofonía ha formulado un llamado en favor de la diversidad lingüística y ha citado a Suiza como un ejemplo en ese campo.

200 diputados de unos 40 países, que comparten el francés como lengua, han participado en la 28ª sesión anual de la Asamblea.

Lucha por la pluralidad

“Cada vez más, el inglés se afirma como lengua de referencia en la Unión Europea. El movimiento de la francofonía intenta defender la pluralidad lingüística de la Unión y una de sus prioridades es ese combate”, afirmó el senador francés Jacques Legendre, secretario general de la organización parlamentaria.

En la misma perspectiva Liliane Maury Pasquier, presidenta de la Cámara suiza de Diputados, ha invitado a que se hagan mayores esfuerzos para defender la lengua y la cultura de expresión francesa. “La lengua es más que un medio de comunicación. Es parte de la cultura y de las almas”, señaló la parlamentaria helvética.

Instancia consultiva de la comunidad francófona, la Asamblea Parlamentaria de la Francofonía se propone contribuir a la irradiación de la lengua francesa y al desarrollo del conocimiento recíproco entre los pueblos y culturas que la utilizan.

Modelo suizo

Butros Butros Ghali, ex secretario general de la ONU y actual secretario general de la Organización Internacional de la Francofonía, así como Joseph Deiss, ministro suizo de Relaciones Exteriores, figuraban entre los participantes.

“Suiza es un verdadero modelo de cohabitación de las lenguas y nos da una buena imagen de lo que podrían ser las instancias futuras de la Unión Europea”, subrayó Jacques Legendre. “Con una vasta tradición humanitaria, Suiza puede desempeñar un importante papel en la francofonía”, dijo, por su parte, Butros Ghali.

Fue sólo en 1989 cuando Suiza ingresó oficialmente en la Organización Internacional de la Francofonía (OIF), constituida en 1967, integrada por representantes de 61 países y con sede en París.

Según, Joseph Deiss, jefe de la diplomacia helvética, Suiza ponderó calmamente su decisión de adherir a la OIF, porque su convivencia reposa precisamente en el equilibrio de sus distintas comunidades lingüísticas.

Amenaza del inglés

Con más de un 18% de su población que habla francés como lengua materna, Suiza sabe hoy cuál puede ser su papel dentro de la comunidad de la francofonía que, además de promover la lengua francesa, trata de fomentar la democracia. En diciembre próximo, la ciudad de Lausana será sede de la conferencia ministerial de la OIF.

Las advertencias sobre la creciente influencia del inglés, en detrimento de la lengua de Molière, como lengua dominante en el mundo también han tenido eco en el encuentro de Berna.

“El inglés no es una amenaza para el francés, sino para la diversidad lingüística, como cualquier otra lengua que logre la hegemonía”, indicó a swissinfo François Grin, profesor en la Universidad de Ginebra, para quien esas advertencias son exageradas.

En su opinión, el dominio del inglés puede reducir el poder de mucha gente que no ha tenido acceso a la educación.

En una resolución adoptada al final del encuentro, la Asamblea Parlamentaria de la Francofonía pide a los países miembros tomar todas las medidas para mantener el francés como lengua oficial y de trabajo en las instituciones y organizaciones internacionales en igualdad con el inglés.

swissinfo