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La memoria en peligro

Los nuevos soportes digitales tienen una vida limitada y poco segura para conservar la memoria de nuestra civilización. swissinfo.ch

Entre los principales desafíos de la nueva sociedad de la información figura la salvaguardia del inmenso patrimonio cultural digital que genera.

La rapidez de los cambios tecnológicos y la cantidad de datos producidos diariamente hacen cada vez más difícil esta tarea.

Diciembre 2003. Diariamente se produce un nuevo “bombardeo” de noticias, datos y cifras. Toneladas de impresos, millones de palabras e imágenes dan la vuelta al mundo al instante.

El flujo de información no se apaga ni siquiera durante la noche. Una telaraña infinita de impulsos electrónicos transporta voces y fotogramas a través de líneas subterráneas, fibra óptica, antenas y satélites.

Telecomunicaciones en plena labor, las nuevas tecnologías están en pleno apogeo.

Pero la llamada “Sociedad de la Información” sitúa a los usuarios ante una dura prueba. ¿Cómo seleccionar, verificar, asimilar y después utilizar tanta cantidad de información?

Misión imposible

Incluso los especialistas comienzan a desesperarse. Archivos, bibliotecas, museos y todos los expertos en salvaguardar del patrimonio no logran seguir el ritmo de esta “pandemia” de información.

“Hacemos como todos, lo mejor que podemos. Probablemente mal”, admite Jean-Frédéric Jauslin, director de la Biblioteca Nacional (BN). Según la ley, es esta institución la encargada de recuperar y conservar toda la información relacionada con Suiza y publicada en cualquier tipo de soporte.

“En la práctica debemos conservar todo: impresos, todas las páginas Internet, todas las transmisiones radiofónicas y televisivas. Una tarea imposible. Ni siquiera las bibliotecas más grandes de Francia, Inglaterra o de los Estados Unidos lo consiguen”, se consuela Jauslin.

Una montaña de basura

No solamente no se puede salvaguardar la información. También se hace imposible cuantificar la masa de datos producidos cada día en nuestro planeta.

“Una empresa estadounidense, Internet Archivo, trata desde 1996 de archivar todas las páginas publicadas en la Red. En 7 años ya acumuló 3000 tetrabytes de datos. Se trata de una cifra demencial que supera todas las páginas de los libros producidos desde cuando la humanidad aprendió a escribir”, agrega el director de la Biblioteca Nacional (BN).

Y lo que es peor, como subraya Jauslin, el 99% de esta información es simplemente una montaña de basura. Debajo quedan sepultados para siempre importantes testimonios de nuestra civilización.

Estrategia internacional

De guardianes de documentos, los archivistas y bibliotecarios deberán transformase ahora en operadores culturales, encargados de seleccionar el patrimonio que será conservado.

“Pero no es a nosotros: bibliotecarios o tecnócratas, definir los criterios de selección. Es una responsabilidad que en Suiza como en otras partes es asumida por los políticos. Estos no parecen todavía tener conciencia de este problema”, subraya el director de la BN.

Una solución debe buscarse, lógicamente, a escala mundial para no dispersar fuerzas y energías inútilmente. Sobre todo porque está en juego la memoria de la humanidad, su riqueza histórica y cultural.

Con ocasión de la cumbre mundial de la información, los directores de bibliotecas de 70 países han hecho un llamamiento a los dirigentes internacionales instándoles a forjar una estrategia común.

Intereses comerciales

Pero además del escollo político queda por superar el técnico y comercial.

Desde el comienzo de nuestra actividad, hace 15 años, copiamos cerca de 600.000 horas de documentos musicales y hablados en Suiza en cassettes ‘Dat’, explica Ombretta Fontana, responsable de los catálogos y del archivo de la Fonoteca Suiza.

Por intereses evidentes, la industria lanza al mercado cada 5 o 10 años nuevos soportes audio, liquidando los viejos. Pero también desde el punto de vista técnico, todos los actuales soportes – cd, dvd, minidisc, y otros- no ofrecen una duración de vida superior a 20 años.

Los archivos y bibliotecas desconfían también de la memoria de los computadores. El riesgo de ‘black-out’, crash y virus es aún considerado como demasiado alto.

Usar y tirar

Como la selva tropical y muchos ecosistemas, nuestra memoria está en peligro. Cada momento desaparecen para siempre millones de informaciones importantes.

La alarma fue activada también por la UNESCO. La organización que se ocupa de la educación, de la ciencia y la cultura, considera a esta altura que la salvaguardia del patrimonio digital es una de sus prioridades.

Sin embargo, los especialistas son pesimistas. “La gente no se preocupa mucho de la memoria. Todo es una carrera hacia una información rápida y rentable, es decir “usar y tirar nuestro saber”, constata Ombretta Fontana.

swissinfo, Armando Mombelli
(Traducción: Alberto Dufey)

3,5 millones de documentos de todo tipo almacena la Biblioteca Nacional suiza.
5,2 millones son los textos publicados en Suiza desde 1900.

El 99% de esta información es simplemente una montaña de basura. Debajo quedan sepultados para siempre importantes testimonios de nuestra civilización.

De guardianes de documentos, los archivistas y bibliotecarios deberán transformase ahora en operadores culturales, encargados de seleccionar el patrimonio que será conservado.

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