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La próxima exposición nacional, en 2032

Autoridades de Lausana, Ginebra, Berna, Lugano y Zúrich presentan planes para una exposición nacional en 2032. © Keystone / Alessandro Della Valle

La próxima exposición nacional de Suiza, NEXPO, prevista para 2032, promete reflexiones serias e intensos debates sobre la identidad suiza.

“Hay que pensar en el proyecto como un movimiento”, explica la comisaria del proyecto, Sybille Lichtensteiger. 

Los preparativos para este acontecimiento de gran alcance geográfico y conceptual —que va a centrarse en valores suizos como la convivencia social y la participación política— están muy avanzados. Cualquiera en Suiza puede participar y aportar sus ideas. En estos tiempos convulsos que han incitado a buscar el papel de Suiza en el mundo, esta exposición podría sentar las bases para animados debates. Para Lichtensteiger, la cuestión es la unidad en la diversidad.

Un pasado accidentado

Las exposiciones nacionales suizas siempre han sido especiales. Desde su primera edición en 1883, se celebran aproximadamente cada 25 años. Y las muestras se centran en explorar caminos hacia el futuro y destacar la identidad nacional del país, esto es, lo que une a Suiza. Tanto la exposición de 1939, en Zúrich, como la última —celebrada a orillas de tres lagos suizos en 2002— fueron memorables por diversos motivos.

La exposición de 1939 —inaugurada justo antes de la Segunda Guerra Mundial— llamó al país a defenderse y fue el mayor nacionalismo que Suiza jamás ha mostrado a lo largo de su historia. En Suiza mucha gente se refiere a ella como Landi —abreviatura en diminutivo de su título alemán Landesausstellung (exposición estatal)—, aunque los historiadores recuerdan el acontecimiento en términos de defensa nacional espiritual. Para las generaciones posteriores —que culparon al nacionalismo de las guerras mundiales—, el nacionalismo explícito que Suiza proyectó en aquella época fue motivo de vergüenza.

Landi 1939
Vista de la exposición de 1939 en Zúrich. Bundesarchiv

En la exposición de 1964, por su parte, Suiza mostró un alto nivel de optimismo en tecnología. Algo que ahora —mirándolo con cierta retrospectiva— parece un tanto excéntrico, incluso un tanto ingenuo.

La Expo de 2002 se centró en la región que en el país marca la barrera lingüística entre las partes de habla francesa y habla alemana, e invitaba a que la gente se uniera. La muestra todavía se recuerda con cariño sobre todo por sus lúdicas y espectaculares plataformas lacustres —arteplages— que se instalaron en tres lagos de la Suiza occidental.

Expo 02
Monolito, de Jean Nouvel, un cubo de acero que se instaló en Murten —o Morat— para la Expo de 2002. Keystone

Y lo que también permanece en la memoria de la gente es el caótico proceso de planificación: cuando se cambiaba la dirección artística, se retrasaban los actos y se superaban los presupuestos.

Tiempos de incertidumbre

Es probable que la NEXPO 2032 provoque debates porque Suiza batalla con cuestiones intrínsecamente vinculadas a su identidad nacional. Una lucha que se manifiesta en su tensa relación con Europa, el escándalo y la agitación en su sector bancario —habitualmente fuente de orgullo nacional— y los debates sobre la neutralidad y las normas de la exportación de armas en el contexto de la guerra que Rusia libra en Ucrania.

Imagen generada por ordenador para el planteamiento NEXPO. zvg

Quienes se ocupan de su organización sostienen que mientras Suiza se enfrente a tales cuestiones la exposición se hace más necesaria. “En tiempos de incertidumbre, necesitamos cohesión para convivir”, afirma el alcalde de Berna, Alec von Graffenried, que es uno de los representantes de las diez mayores ciudades suizas que —durante una reunión informal en 2016— idearon el planteamiento de esta exposición.

Von Graffenried cree que Suiza necesita trabajar en una visión de lo que quiere ser en el futuro. “Como sociedad, estamos perdiendo momentos compartidos”, dice.

Suiza, ¿una nación unida por elección?

La alcaldesa de Zúrich, Corine Mauch, plantea una pregunta retórica: “¿Somos una nación unida por elección? ¿Vivimos en solidaridad?”. En su opinión, la cohesión social requiere un cuidado constante. Y de ahí que esta exposición sea necesaria.

La dirección del evento describe la exposición como un proyecto en el que el viaje es el destino.

Imagen promocional de la NEXPO. zvg

La propuesta realizada sitúa el presupuesto del evento en 600 millones de francos suizos (665 millones de dólares); del Gobierno suizo debería provenir la mitad. Aunque el Ejecutivo todavía no ha comprometido este dinero. El Gobierno no quiere hablar de financiación hasta el año 2028. 

La exposición se celebrará en todas las regiones lingüísticas, ciudades, aglomeraciones, zonas rurales y regiones montañosas de Suiza. “Tiende puentes entre el centro y la periferia”, asegura el programa de NEXPO. A las 10 ciudades que en 2016 iniciaron el evento, ahora se han sumado otras 26 ciudades y municipios de 18 cantones.

Llamamiento a la sostenibilidad

La planificación del evento se basa en tres consideraciones clave. La primera, que quienes se ocupan de la organización tengan en cuenta los resultados de una encuesta representativa que en 2022 se realizó entre la población suiza. Según los resultados de dicha encuesta, el 74 % de la gente está a favor de una exposición nacional, el 79 % desea participar en ella y el 83 % considera que debe ser climáticamente neutra.  

La segunda consideración es que el evento debe cumplir algunas condiciones fijadas por el Gobierno, que ya estipuló que debe estar anclado ampliamente en la economía y en la sociedad. Otra condición es la sostenibilidad, tanto en términos económicos como medioambientales. Por último, el Gobierno exige un acontecimiento inclusivo, en el que participen quienes ya han presentado ideas para la exposición nacional.

Este evento inicialmente se programó para 2027, por lo que la lluvia de ideas está muy avanzada. Además de la NEXPO 2032, en la actualidad los cantones de la Suiza noroccidental trabajan en su propio proyecto —denominado Svizra— mientras que las regiones montañosas planean otro acontecimiento bajo el nombre de Muntagna.    

Y la tercera cuestión que hay que tener en cuenta es que la descentralización del acontecimiento impone la necesidad de innovar. “La Expo solía celebrarse en un solo lugar; después, en una sola región, y ahora se está ampliando todavía más”, señala Filippo Lombardi, representante de Lugano, en el Tesino (región de habla italiana). Según Lombardi, el objetivo de la edición de 2032 es que la gente “abrace lugares desconocidos y situaciones nuevas”.

Puede que la NEXPO 2032 no reúna grandes multitudes en un único lugar, pero —si la organización logra materializar su visión— creará una experiencia compartida que suscitará un sentimiento de unidad e impulso nacional.

Texto adaptado del inglés por Lupe Calvo

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