Leopardo de Honor a Ermanno Olmi
El director italiano, de 73 años, recibió el premio del Festival de Locarno en reconocimiento a su brillante trayectoria cinematográfica.
En la entrega de la presea estuvo presente Bud Spencer, actor protagonista en el último filme de Olmi.
La entrega del premio tuvo lugar el lunes (09.08.) durante la quinta jornada el 57° Festival Internacional de Cine de Locarno.
Ermanno Olmi dirigió películas inolvidables como ‘Árbol de los zuecos’ (1977), Palma de Oro en Cannes, y ‘La legenda del santo bebedor’ (1987), Oso de Oro de Berlín. Ahora recibe el Leopardo de Honor 2004, como premio a una trayectoria cinematográfica que forma parte irrenunciable de la historia del cine mundial.
Un gran maestro y un hombre de gran humanidad y modestia. “Soy una persona común y corriente, y todo lo que me sucede ‘de más’, me hace sentir casi perdido”, afirmó el cineasta nacido en Bergamo.
Una vez terminada la entrega del galardón, se proyectó en la ‘Piazza Grande’ la última cinta de Ermanno Olmi, ‘Cantando detrás de los biombos’ (2004). El filme es una fábula un tanto didascálica, pero que logra convencer, ya sea por la belleza de las imágenes o por su idea de juego a la vez teatral y cinematográfico.
“La memoria es nuestro futuro”
“Todos los abusos se combaten con la memoria”, afirmó el director de cine camboyano, Rithy Panh, en la conferencia de prensa ‘Filme, desarrollo y derechos humanos’, a la que acudió también la ministra suiza de Relaciones Exteriores.
Micheline Calmy-Rey recordó que la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) apoya varias iniciativas humanitarias y culturales del Festival de Locarno, “apoyo que se manifiesta de tres maneras”:
“Trámite la sección del festival ‘Puertas abiertas’ que este año está dedicada a los países del Mekong (Laos, Camboya y Vietnam) y cuyo cine independiente merece ser apoyado; favoreciendo la presencia del cine africano en la sección francófona de cortometrajes y en la sección ‘Cineastas del presente’; y contribuyendo económicamente a la campaña publicitaria de las cintas más valiosas”, puntualizó.
Un viaje entre las imágenes de la mente
La sección del festival ‘Appellation Suisse” (denominación suiza) pretende ser una vitrina de la más reciente producción cinematográfica helvética. Entre otras cosas, el pasado martes (10.08.) se proyectó el largometraje ‘Aleluya, el Señor está loco’, de Alfredo Knuchel.
Este antiguo periodista de Radio Suiza Internacional y ex director del Centro suizo de cinematografía creció en el Tesino, pero reside en Berna.
Su filme se refiere a la clínica psiquiátrica de Waldau, a las afueras de la capital suiza, donde a principios del siglo pasado, el doctor Walter Morgenthaler comenzó a guardar cuidadosamente los dibujos, pinturas y esculturas realizados por pacientes internados en el centro.
El dar importancia a la expresión artística ayuda a una consideración relativa de la enfermedad, que pasa a un segundo plano, y a reconocer el proceso creativo como motor terapéutico.
Mirando al Leopardo de Oro
Entre las películas más interesantes que se presentan en esta 57ª edición del Festival de Locarno, se perfila ‘Yasmin’, del británico Kenny Glenaan, una cinta sobre la comunidad paquistaní emigrada al norte de Inglaterra.
La película está ambientada en los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 y describe con eficacia algunos aspectos dramáticos surgidos en las comunidades islámicas occidentales.
Digna de mención es la cinta del suizo Michael Beltrami ‘Promised Land’ (Tierra prometida, 2004), inspirada en un personaje real. Beltrami, autor de documentales, pasa ahora a la dirección del filme de ficción.
“Sentía la exigencia de realizar una película que jugara en el límite entre realidad y ficción. Al mismo tiempo tenía que vérmelas con mi personaje, un hombre obsesionado por la fama, que vive su vida como si estuviera dentro del celuloide”, confiesa el joven director suizo italiano.
“He escogido para ello lugares que hicieran pensar en una escena real, pero que al mismo tiempo formaran parte del patrimonio ya asentado en la imaginación colectiva”.
swissinfo, Lupita Avilés, Locarno
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