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Los hijos del exilio irrumpen en la política local

Tres suizos de origen latinoamericano se suman al Concejo Municipal de Ginebra. Keystone Archive

Exiliados políticos de la época de las dictaduras latinoamericanas logran ser elegidos en el Consejo Municipal de Ginebra.

Su elección confirma el proceso de integración y el grado de aceptación dentro de la sociedad suiza.

La integración de los extranjeros en Suiza es un tema contingente. Excluidos de los derechos políticos, sin posibilidades de expresarse, la integración para ellos pasa por la naturalización, un proceso que dura varios años. Sólo una vez convertidos en ciudadanos suizos tienen posibilidades reales de participación política.

Es el fruto de la experiencia y el largo camino hacia la integración que recorrió toda una generación de exiliados latinoamericanos, convertidos ahora en ciudadanos suizos y recién electos concejales municipales.

Es un hecho que al mismo tiempo ratifica la aceptación de esta nueva realidad, marcada por el mestizaje de culturas, y en ese sentido, Ginebra, ciudad internacional, es un verdadero laboratorio.

En el cantón de Ginebra fueron electos concejales por su diferentes partidos y comunas, un chileno, dos uruguayos, y una nicaragüense, la primera mujer de origen latinoamericano en ser elegida para ese cargo.

Otros 6 no lo consiguieron, pero con su participación confirmaron que la sociedad helvética los reconoce como sus pares, y a la vez ratifican el irreversible proceso de integración.

Los electos ginebrinos comparten, en su mayoría, la suerte común de provenir del exilio político de izquierda iniciado hace unos 30 años atrás.

También llama la atención el número de candidatos que se presentaron en estas elecciones, en un cantón donde el 40% de la población es extranjera, y donde por primera vez consigue representación la Unión Democrática de Centro, (UDC) un partido de la derecha nacionalista, xenófobo y poco amigo de los extranjeros. Pero también la UDC llevó a un candidato de origen latino, un peruano que no fue electo.

Necesidad de expresarse y organizarse

La primera generación de exiliados se organizó en torno a organizaciones de solidaridad, reconstituyeron sus propias redes y partidos políticos en el exilio, crearon centros culturales, publicaron boletines y periódicos, unos más, otros menos, cada uno dio su grano de arena para apoyar la resistencia a las dictaduras.

Fueron años de militancia concentrados en actividades directamente relacionadas con sus países de origen.

Con esta generación de exiliados llegaron también muchos jóvenes, hijos de desaparecidos, niños aún menores, y adolescentes que conocieron sus respectivas patrias a través del relato de sus padres, o de los esporádicos viajes familiares, cuando se les permitía volver al país.

Aprendieron el idioma y comenzaron una rápida integración en la sociedad Suiza. Casi 30 años después, en el caso de los chilenos que se quedaron o que después volvieron, irrumpieron con éxito en la vida política de sus respectivas comunas de domicilio.

Electos de la primera generación de exiliados

De 10 candidatos que se presentaron a las elecciones comunales del pasado mes de marzo, 3 fueron elegidos en el primer turno: el uruguayo Javier Alonso, el chileno Patricio Herrera, y la nicaragüense Luisa Pentzke, la primera mujer de origen latino en ocupar un escaño de concejal. Alberto Pérez-Iriarte asumirá por tercera vez en el cargo al encontrarse en lista de espera. Elecciones significativas, porque en estos 3 casos de trató de personas de la primera generación de exiliados.

Luisa Pentzke, nació el 29 de febrero de 1956 (“y cumplo años cada cuatro”, dijo en broma.) Es originaria de León en Nicaragua. Pertenece a la generación de la Revolución Sandinista. Hace 25 años que vive en Suiza, donde trabaja como especialista en el diagnóstico de cáncer en las células. Políticamente se integró muy temprano en el Partido Socialista ginebrino.

Le preguntamos ¿cómo una latinoamericana militante de la Revolución Sandinista efectuó ese traspaso cultural y de realidad para terminar integrada en la sociedad suiza?

La solidaridad, su Norte

Luisa Pentzke responde que “para nada se olvida la realidad latinoamericana. Vivimos la realidad como podemos, pero no se puede vivir dos vidas a la vez, no se puede vivir en dos partes, aquí no vivimos la verdadera realidad de nuestro continente”.

Explica que su trabajo de solidaridad recobra mayor importancia con su elección como concejal. “Continuamos ayudando a la solidaridad, cómo sabemos lo que hace falta, porque vivimos esa realidad, estamos en mejor condición que cualquiera para atender las peticiones de ayuda”, dice, y da como ejemplos las campañas financieras para comprar una radio-emisora para una asociación de argentinos, y muchas otras ayudas puntuales para países de Centroamérica.

El primer chileno concejal ginebrino

El caso de Patricio Herrera es también particular, pues se trata de un antiguo militante de la resistencia chilena. Hace parte de la primera generación de exiliados, toda una vida entregado primero a su partido, el Radical, y luego en el seno de la Asociación de Chilenos Residentes en Ginebra, donde es y ha sido varias veces su presidente.

Trabaja como asistente social en el Hospicio General, donde se ocupa de atender a los requirentes de asilo, que hoy en su mayoría provienen de la ex -Yugoslavia. Fue electo concejal por el Partido Socialista y por la populosa comuna de Vernier.

Se naturalizó suizo, proceso en que se involucró la mayoría de los chilenos que se quedaron definitivamente en Suiza, o de los que se fueron y volvieron después desilusionados. Su integración hace parte entonces de la continuidad de toda una vida, y de una elección personal.

Sobre el tema de la integración y la supuesta renuncia a los orígenes latinos que significa el haberse naturalizado, Patricio Herrera estima que se trata de un problema resuelto, tanto legal como culturalmente:

“Del punto de vista legal y normativo, la cuestión de la renuncia a la nacionalidad de origen esta resuelto por una toma de posición política en lo que concierne a Suiza”, explica. “Suiza reconoce el hecho legal de tener dos nacionalidades. Aquí el problema está resuelto porque la Confederación acepta la doble nacionalidad, así que no hace falta elegir ni renunciar.

“Del punto de vista cultural, sentimental, emocional, quizás se cae mucho en el racionalismo, porque el futuro de la humanidad es el mestizaje, no solo de razas sino que también de culturas y donde los límites políticos de las fronteras van a tener cada vez menos importancia”, agrega.

Un suizo uruguayo

Javier Alonso es oriundo de Montevideo. También llegó con el exilio en 1978. Es Trabajador Social desde hace 25 años, y en sus ratos de ocio se convierte en músico concertista. Fue elegido en las filas del Partido Socialista y para él fue una verdadera sorpresa ya que sólo hace 5 años que es residente en la comuna de Lancy. “Antes vivía en Vernier donde también integraba el Comité del Centro comunal de reencuentro”, cuenta.

Explica que su elección se inscribe también en el proceso de participación en actividades asociativas a nivel de los barrios, donde siempre estuvo presente como directivo y también con su música.

Javier Alonso se siente un verdadero suizo y de entrada nos precisa sus proyectos en calidad de electo concejal. “Buscar una política partidaria de un concepto de apoyo social permanente. Mi prioridad es la acción social y cultural de proximidad, y trabajar en lo que toca al ordenamiento territorial”.

Entre sus mayores anhelos, está conseguir el derecho a voto de los extranjeros y conseguir también su plena participación en la vida política local.

Pero, por extraño que parezca, estos concejales a pesar de su confesado grado de integración en la sociedad suiza, siguen sintiendo que sus corazones laten todavía por la patria lejana que los vio nacer.

swissinfo, Alberto Dufey

Para ser electos los extranjeros deben primero naturalizarse suizos.
La naturalización se obtiene después de 10 años de residencia.
La elección de candidatos latinos significa su aceptación por la sociedad suiza.

En 1997, Antonio Hodgers, de origen argentino se convierte en el concejal ecologista más jóven de Suiza.

Alberto Pérez-Iriarte y Javier Alonso, ambos de origen uruguayo, concejales por el Partido Socialista en el municipio de Lancy.

El chileno Patricio Eduardo Herrera es el primer exiliado político en ocupar un escaño comunal en Suiza.

Luisa Pentzke, de origen nicargüense, es la primera mujer en ser elegida en un Parlamento suizo.

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