Perspectivas suizas en 10 idiomas

Los mexicanos se tienden la mano

La Red Social de Ayuda a los Mexicanos, un mecanismo de sociedad civil y autoridades. Keystone Archive

Desde hace ya unos 10 años, Susana Frankhauser estableció una 'línea abierta' para aconsejar a aquellos mexicanos que se sentían desamparados.

Hoy, con el apoyo de la sociedad civil y de las autoridades, esa estrategia solidaria se convirtió en la Red de Apoyo Social para los Mexicanos en Suiza.

“Sabemos que hay muchos mexicanos en Suiza y que muchos, a pesar de hablar el idioma local, no tienen todas las informaciones necesarias que les permitan una buena integración”, explica Susana Frankhauser-Pérez de León, al frente de ese operativo que busca “construir un puente” entre los mexicanos residentes en Suiza y las instituciones locales.

A seis meses de la entrada en operación de la Red, la respuesta ha sido satisfactoria, merced a la campaña de sensibilización emprendida por sus organizadores entre los consulados honorarios y las asociaciones de mexicanos (AMEX).

“Les expusimos este programa y ellos han canalizado a todas las personas que tienen problemas o que quieren tener informaciones”. Las consultas se llevan a cabo por teléfono o por correo electrónico con lo que las personas interesadas no requieren desplazarse.

Entre las llamadas que la Red ha recibido hasta ahora, la mayoría se relacionan con dos temas básicos: la solicitud de informes sobre aspectos generales para los recién llegados (funcionamiento de la sociedad, estudios de idiomas, trámites) y, problemas derivados de separaciones y divorcios.

El proceso de integración, un proceso personal

La Red Social busca facilitar la integración de los mexicanos mediante el suministro de informaciones en los ámbitos de protección social, educación y salud. Pretende asimismo contribuir con ellos en el mantenimiento de sus vínculos con México e impulsar programas conjuntos en pro de la comunidad.

Inquirida sobre si ese mecanismo evitaría a los mexicanos recién llegados los problemas que enfrentaron sus coterráneos de arribo previo, Susana Frankhauser es contundente: “Evitar no creo que se pueda, porque el proceso de integración es un proceso personal que cada individuo vive de acuerdo a la historia que ha tenido”.

Añade sin embargo que la Red si facilitaría el proceso de integración.

“Los problemas están ahí y seguirán lo mismo y así habrá mujeres y hombres mexicanos que llegarán a Suiza y que tendrán los mismos problemas pero ya será una facilitación. Habrá un lugar a donde pueden acudir y preguntar cómo pueden hacer esto o aquello, cómo entrar en contacto con la comunidad mexicana o con la suiza.

En los últimos 30 años

Cuando Susana Frankhauser llegó a Suiza hace unas tres décadas, la forma en que el pueblo y las autoridades locales entendían y abordaban el fenómeno migratorio era muy diferente a la de ahora. Entonces, dice, los recién llegados –del país que fuere- tenían que asimilarse, “hacer como los otros” a despecho de sus propias historias, de sus valores o de su cultura.

Más tarde la percepción cambió y la estrategia hacia los inmigrantes favoreció más bien la integración. Sólo en los últimos años esa fase evolucionó para dar cabida a la participación de los extranjeros, al reconocimiento pleno de sus habilidades y conocimientos. (En más sobre el tema: La evolución del proceso migratorio).

A lo largo de ese tiempo, la problemática que enfrentan los expatriados sufrió cambios importantes. Nuestra interlocutora, por ejemplo, casada con un ciudadano suizo y psicóloga de formación, con estudios de postgrado en París, debió continuar su formación académica en la Universidad de Friburgo a fin de contar con un diploma suizo y poder así ejercer su profesión.

Recuerda que asistió a clases primero embarazada y luego con su pequeña porque simplemente no existía la infraestructura necesaria para actuar de otro modo. Uno de sus profesores le cedió la plaza del estacionamiento a donde cada mañana la esperaban dos de sus compañeros para ayudarla a subir la carriola.

Cuando se despertaba, la chiquita pasaba de brazo en brazo de los condiscípulos de Susana y, al final del curso, justo el día de la entrega de los diplomas, regaló a una y otros con la emoción inolvidable de sus primeros pasos.

Mayor apertura social

Ahora la situación ha cambiado. Sin ir más lejos, y aunque aún insuficiente, existe una infraestructura de guarderías. “La sociedad se ha vuelto tan flexible que las mujeres pueden trabajar y estar al frente de su familia. Es decir, este aspecto se ha abierto mucho y los jóvenes que vienen ahora tienen más posibilidades de desarrollarse que los jóvenes que vinieron hace 30 años”.

La diferencia también se advierte en el entramado social.

“Hace 30 años había un hombre joven mexicano, una mujer que venía a Suiza, no sabía si había otros mexicanos, mientras que actualmente eso existe y la Embajada tiene un papel también muy importante que desarrolla cada vez mejor en donde se pone en contacto a estas personas con las diversas comunidades. Es decir, ya hay una infraestructura para recibir a los mexicanos (as) que llegan a Suiza”.

Profesionista, esposa de un ciudadano suizo, con un profundo compromiso social, Susana Frankhauser, encarna el prototipo de la mujer mexicana con domicilio en Suiza. Su balance, luego de una vida en un país diferente al que la vio nacer es positivo:

“Encuentro que el hecho de haber nacido y haber sido educado en un país y desenvolverse como adulto en otro, siempre es muy enriquecedor. No quiere decir que no haya problemas de integración, incluso si uno se desarrolla en una atmósfera conveniente, pero creo que es algo muy enriquecedor y no solamente para nosotros como mexicanos, sino también para los suizos”.

Un aspecto esencial:

“Yo pondría hincapié en nuestros hijos, porque nuestros hijos no solamente tienen el bagaje cultural suizo, de donde viven, sino nuestro bagaje cultural mexicano. Ese es un gran enriquecimiento para la humanidad, en el futuro, en donde esas barreras, esas fronteras, a través de nuestros hijos pudieran aligerarse un poco….”

Y, en lo personal:

“Me he desarrollado como Susana Frankhauser que no es ni suiza por el apellido 100%, ni mexicana 100% por el nombre, sino que siento que he podido desarrollarme como mujer con una identificación propia, con mis raíces mexicanas y con lo que he adquirido del país que me ha acogido”.

swissinfo, Marcela Aguila Rubín

La comunidad de origen mexicano que radica en Suiza cuenta con alrededor de 3,500 personas.

Unas de 2,000 de entre ellas mantienen las dos nacionalidades.

Cerca de 1,500 llegaron a Suiza en los últimos cuatro años.

La dirección electrónica de la Red de Apoyo Social es redsocial@swissonline.ch. Su teléfono: 079, 738 04 40.

En enero pasado, autoridades y sociedad civil mexicanas en Suiza establecieron una Red de Apoyo Social a sus compatriotas.

La estrategia busca contribuir a la integración de los mexicanos, construir un puente entre las autoridades locales y los mexicanos y poner en contacto a éstos últimos.

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