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Los turistas hacen cola por la cultura

Medio millón de personas han visitado hasta ahora la exposición de Tutankamón, en Basilea. Keystone

Exposiciones, conciertos, festivales, tradiciones populares: la oferta cultural suiza aumentó en los últimos años y se ha convertido en un nuevo fenómeno turístico.

El ejemplo viene de Basilea, que con sus grandes museos, no ha sido afectada por la reciente crisis de la baja del turismo.

Basilea es una ciudad con amplia tradición industrial, comercial, y artística. La industria y el comercio para el dinero. El arte para el placer. Pero, en la ciudad del río Rin, hasta el arte sirve para hacer dinero. Desde hace algunos años los responsables del turismo apuntan con éxito sobre el arte y la cultura para atraer turistas suizos y extranjeros.

No es ajeno a esta opción, la construcción dentro del último decenio, de 3 prestigiosos museos realizados por grandes nombres de la arquitectura mundial: la Fundación Beyeler de Renzo Piano, el Museo Tinguely de Mario Botta, y el Schaulager, de Herzog & De Meuron.

Junto al Kunstmuseum, el más destacado museo de arte de Suiza, estas 3 nuevas joyas han transformado la ciudad de la industria química en una de las ciudades más importantes del arte y de la cultura en el ámbito europeo.

Sin olvidar ART, el supermercado del arte que atrae a miles de renombrados propietarios de galerías y ricos coleccionistas de todo el mundo, o los festivales culturales, como la reseña de video Viper.

A prueba de crisis

“Cerca de un millón de personas visitan cada año nuestros museos” señala Raphael Wyniger, responsable de mercadotecnia de la Oficina del Turismo de Basilea. Y este año se conseguirá un nuevo récord con la histórica exposición de Tutankamón, que atraerá medio millón de visitantes suplementarios. Los turistas hacen cola para entrar a los museos.

“Cultura sin límites” es el lema utilizado por la ciudad de Basilea para vender la imagen de Suiza en el extranjero. Funciona incluso en tiempos de crisis turística y económica, como ha sido el caso de los últimos años.

En el 2003, mientras otras ciudades perdieron en promedio el 9% de turistas, Basilea registró un incremento del 5,5%. “Un fenómeno debido, por una parte, al hecho de que Basilea es una ciudad de ferias y congresos, dos sectores que no son afectados por las fluctuaciones económicas. Pero, seguramente, también debido al fuerte desarrollo del turismo cultural,” subraya Raphael Wyniger.

Turistas generosos

Los amantes de la cultura son además huéspedes muy apreciados por su prodigalidad, como destaca Raphael Wyniger: “Los turistas culturales tienen por lo general más de 35 años. A menudo son parejas, con doble salario y un trabajo bien remunerado y gastan sin problemas”.

“Cultura sin límites” atrae sobretodo a turistas de países vecinos, como Alemania, Italia y Francia. Pero también de Gran Bretaña y Estados Unidos. “Hay muchos suizos que se quedan a pasar la noche en Basilea, vienen para las exposiciones y descubren la ciudad histórica, una de las mejores conservadas de Europa.

Hasta el banco UBS está convencido de que el turismo cultural es una buena inversión. El patrocinador de la exposición de Tutankamón invita a sus clientes privilegiados del mundo entero a Basilea para una visita exclusiva de la muestra.

Tendencia general en Suiza

“El turismo cultural se ha desarrollado en todo el país. Basta con mirar la oferta que aumenta cada año”, afirma Silvia De Vito, portavoz de ‘Suiza Turismo’. “Hasta hace poco cuando se hablaba de cultura se pensaba sólo en las ciudades italianas, con su patrimonio histórico. Pero con una buena promoción y una oferta atrayente, también en las ciudades suizas se está difundiendo el turismo cultural.”

Otras de las ciudades que explota la veta turística es Lucerna, con la construcción del Centro de Cultura y de Congresos creado por Jean Nouvel, y la muestra de la colección de arte moderno Rosengart. “Lucerna comenzó a promover el turismo hace ya medio siglo, con las semanas musicales. Pero desde el 2000 la cultura asumió una posición estratégica dentro de la oferta turística”, confirma el director de la Oficina de Turismo, Mario Lütolf.

Con dos museos de fotografía y dos de arte moderno, hasta la periférica ciudad de Winterthur esta desarrollando su turismo cultural. Sigue el ejemplo de Martigny, donde la fundación Gianadda atrae entre 300 a 400 mil personas al año.

En cambio Bellinzona está aprovechando el reciente reconocimiento de la UNESCO, que le concedió a sus castillos medievales el título de patrimonio histórico de la humanidad.

Cultura tradicional

Las ciudades que no tienen mecenas de arte como Basilea o no disponen de un gran patrimonio arquitectónico, optan por la realización de festivales y conciertos, que cada año tienen más éxito. O también la tradición. “Cuando se piensa en cultura, no se olvida la cultura tradicional”, recuerda Silvia De Vito.

Las fiestas populares en Suiza central, el combate de vacas en el cantón del Valais y varios otros espectáculos tradicionales atraen cada vez más a los turistas extranjeros. Incluso de países lejanos. “Los japoneses por ejemplo son muy apegados a la tradición, concluye Silvia de Vito, y cuando viajan se interesan también en las tradiciones locales”.

swissinfo, Armando Mombelli
(Traducción: Alberto Dufey)

El turismo cultural se encuentra en plena expansión en Suiza.

Ciudades como Basilea, Winterthur, Lucerna, Bellinzona y Martigny han desarrollado una rica oferta cultural para atraer con éxito, a turistas del mundo entero.

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