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Más apoyo a las familias y más ecología

A semejanza de su presidente Christophe Darbellay, el PDC apuesta por las familias para sumar votos. RDB

Política familiar y abandono nuclear: el Partido Demócrata Cristiano (PDC) apuesta por estos temas de cara a las elecciones legislativas. “No hay Suiza sin nosotros”, reza su lema.

El objetivo del PDC es convertirse en el primer partido en el Senado y sumar tres escaños más en la cámara baja.

26 de marzo : Asamblea de delegados del Partido Demócrata Cristiano (PDC, centro derecha) en un anónimo edificio de cemento en Wettingen, cantón de Argovia. Faltan seis meses para que el pueblo elija su nuevo Parlamento.

El tema central de la asamblea, la seguridad pública – estaba previsto hablar del número de policías y videocámaras de vigilancia necesarias-  pasa a un segundo plano. El accidente nuclear de Fukushima acapara la atención y el debate de los diarios y los delegados.

En su alocución, el presidente Christophe Darbellay aboga por el abandono de la energía nuclear y el desarrollo de las energías renovables. Su colega de partido y ministra de Energía, Doris Leuthard alerta al partido contra decisiones precipitadas y una suspensión precipitada y los “eslóganes simplistas”.

10 de mayo:  “No podemos hacernos ilusiones”, declara Christophe Darbellay a swissinfo.ch. “Suiza abandonará la energía nuclear. La cuestión es saber cuándo y cómo. Fukushima ha cambiado el mundo”.

Darbellay se defendía así frente a las acusaciones de que su partido daba un giro de 360 grados en materia nuclear. “La verdad es que durante los últimos años hicimos en el Parlamento más por la ecología y el desarrollo sostenible, declaró. Somos el único partido burgués del gobierno que se toma en serio la sostenibilidad”.

Christophe Darbellay recuerda el “papel decisivo” del PDC en el programa de  apoyo al saneamiento de las viviendas,  la ley sobre el CO2 y la promoción de energías renovables. “Lo han reconocido las organizaciones defensoras del medioambiente, aunque la opinión pública apenas lo perciba”.

Problema de imagen

En las recientes elecciones en el cantón de Zúrich e incluso en uno de sus bastiones de Lucerna, el PDC ha retrocedido mucho frente a los Verdes y los Verdes liberales. Por lo visto, los ciudadanos no ven al PDC como un partido ecologista.

“Yo creo que los medios de comunicación influyen en ello”, lamenta Christophe Darbellay. “Tienden a presentar la realidad en blanco o negro”. En su opinión, la polarización en el paisaje político lleva a que “se capta ante todo las posiciones extremas y no se preste atención a las buenas soluciones. Este es nuestro problema”.

Para afrontarlo y lograr el objetivo declarado (17% de votos en los próximos comicios federales, 1,6 puntos más respecto a 2007), Christophe Darbellay quiere fortalecer el perfil de su partido. “Debemos adoptar una posición más clara en materia de medioambiente y desarrollo sostenible. La postura del PDC es determinante para la futura política energética. Tenemos que venderla mejor”.

Familia, un tema que moviliza

El PDC ha lanzado dos iniciativas populares que atañen a uno de sus temas tradicionales: la familia. Esas iniciativas exigen que se deje de  “castigar al matrimonio”, es decir las desventajas que afectan a las de los subsidios familiares.

“Creemos que con estos temas podemos activar mucho las cosas. Nuestras iniciativas se dirigen a todas las familias y aportan una ayuda significativa a la clase media que se siente cada vez más desfavorecida”.

El PDC esgrime la iniciativa popular por tercera vez en su historia. En los años 1980 lanzó un texto a favor del servicio civil por examen de consciencia, pero no logró reunir las firmas necesarias. “El partido estaba constituido entonces de manera muy diferente y el tema no era muy popular. Esta vez tenemos un tema movilizador”, sostiene Christophe Darbellay.

El abismo ciudad-campo

Tradicionalmente el PDC ha gozado de un amplio respaldo en los cantones rurales y católicos y más bien escaso en los centros urbanos. El partido busca desde hace décadas seducir también a los indecisos y a los electores urbanos. Y en el seno del partido,  suelen divergir las opiniones entre los representantes de las ciudades y del campo.

En enero, la ministra Doris Leuthard, por ejemplo, presentó posibles soluciones para la ordenación territorial y la lucha contra la creciente cementación. El  ‘Proyecto territorio suizo’ prevé densificar las zonas urbanas, reducir el flujo pendular de viajeros y, al mismo tiempo, preservar los paisajes rurales y naturales del país.

La planificación dejaría de ser competencia única de los municipios para convertirse en una colaboración entre los cantones y Estado. Pero la proposición ha tropezado con la oposición de las zonas periféricas de montaña, donde el PDC está arraigado.

Varias personalidades de esas regiones han criticado duramente a su ministra, sosteniendo que ‘Proyecto territorio suizo’ pretende concentrar la construcción y el desarrollo económico en las ciudades.

Compromiso con la Creación

A juicio de Christophe Darbellay es normal que las opiniones y los intereses diverjan y a veces se confronten. “No hay un gran partido que no tome en cuenta las sensibilidades regionales. Nosotros somos un partido popular y pensamos seguir siéndolo. La diversidad es también una fuerza. No somos un partido adoctrinado ni hacemos lavado cerebral. Nosotros defendemos la cohesión entre las diversas regiones del país”.

El presidente tampoco ve contradicción alguna entre la imagen de un partido progresista en materia de medioambiente y las posiciones más conservadoras que se manifiestan en los bastiones del PDC. “Nuestros miembros de las zonas rurales son muy sensibles con la problemática ecológica”, dice.

“Tal vez tenga que ver con la Creación. El jefe de nuestro grupo parlamentario declaró una vez que el PDC tiene en su programa 2.000 años de defensa de la Creación. Nuestros afiliados no son ‘freaks’ ecologistas, pero actúan con convicción para defender la naturaleza y la Creación”.

El PDC se sitúa en el centro del tablero político. Fundado en 1848 con el nombre de Partido Católico Conservador, se constituye en el órgano político de los círculos católicos suizos.

Excluido durante mucho tiempo de las funciones gubernamentales, entra en el gobierno en 1891 y gana un segundo representante en 1919.

Tras un largo periodo de estabilidad entre 1919 y 1987, el PDC entra a finales de los años 1980 en una fase de erosión y al hacerlo favorece sobre todo a la Unión Democrática de Centro (UDC, derecha conservadora).

Relegado en 1999 al último lugar de los partidos gubernamentales, vuelve a perder votos en las elecciones federales de 2003, lo que determina la pérdida de uno de sus dos ministros en el gobierno.

En las elecciones federales de 2007, el PDC obtuvo 14,5% de votos. En la actualidad dispone de una ministra, 31 diputados y 15 senadores.

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