Matteo Salvini, acusado por su antiguo Gobierno por el caso Open Arms
Roma, 13 ene (EFE).- El ex primer ministro italiano Giuseppe Conte se enfrentó hoy al que fuera su vicepresidente, el líder de la ultraderechista Liga Matteo Salvini, por la estricta política migratoria que impulsaron desde 2018, durante el juicio por el bloqueo del barco de la ONG española Open Arms con 147 personas a bordo.
El Tribunal de Palermo (sur de Italia) juzga a Salvini por impedir en agosto de 2019 como ministro de Interior el desembarco de los rescatados en el Mediterráneo por Open Arms, en el marco de su férrea política de «puertos cerrados».
Conte, por aquel entonces al frente de la coalición entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga, testificó hoy en la audiencia para renegar de aquella política que, aseguró, fue «propuesta por Salvini», pese a ser firmada por su Gobierno.
En su declaración, Conte contradijo a su exministro al señalar que nunca había «oído hablar de terroristas a bordo del Open Arms», como este argüía para bloquear el atraque de este barco con inmigrantes.
«En un momento determinado surgió un tema crítico en este asunto y entendí que se estaba manteniendo en el mar a personas frágiles», admitió.
La situación se desbloqueó gracias a la intervención del Tribunal Administrativo del Lacio, que permitió el desembarco en la isla de Lampedusa (sur de Italia) por la situación a bordo tras veinte días de bloqueo.
Conte aseguró que esta política formaba parte de la estrategia de «propaganda» de Salvini que quería presentarle a él como «débil» y a sí mismo como «riguroso» y, de hecho, aquel mismo mes el político ultraderechista rompió la coalición de Gobierno en un intento -vano- de adelantar elecciones.
En la audiencia de hoy también testificó el por entonces vicepresidente y ministro de Desarrollo Económico, Luigi Di Maio, quien confirmó que aquella política migratoria tenía por objetivo «obtener consenso» electoral.
Di Maio defendió que muchas veces no estaban al tanto de las decisiones de Salvini.
«La mayoría de las veces nos enterábamos de la negativa de dar puerto por los medios. Nunca hubo reuniones del Consejo de Ministros, ni informales ni formales, sobre la cuestión del permiso de entrar en puerto a naves con inmigrantes», señaló.
Una tesis secundada por la sucesora de Salvini al frente de Interior, Luciana Lamorgese, quien defendió que «siempre» priorizó «el salvamento de las personas».
Salvini está acusado del delito de secuestro de personas por aquella política que impedía la entrada en aguas italianas y en sus puertos a los barcos de las ONG, a las que acusaba de fomentar la inmigración desde el norte de África y de colaborar con los traficantes de seres humanos.
Su defensa ha denunciado que había fotos y vídeos tomados por un submarino de la Marina italiana sobre la actividad del barco de Open Arms y que esto no ha sido incluido en el sumario del proceso.
Mientras que Open Arms pide que se incluya en el sumario su denuncia contra la tripulación del submarino «Venuti» por la falta de salvamento y negativa a prestar ayuda.
“Las ONG del mar han sido investigadas, difamadas, obstaculizadas, bloqueadas durante 7 años, pero hasta ahora el único sospechoso es el exministro del Interior Matteo Salvini. La verdad es sólo una: salvamos vidas”, dijo el fundador del Open Arms, Oscar Camps, a su llegada a Palermo para participar en el juicio.
El político ultraderechista siempre ha sostenido que aquella política de «puertos cerrados» había sido consensuada por la coalición y, hoy, su equipo de comunicación denunció que con este juicio «corre el riesgo» de ser condenado a 15 años de prisión.
Cuatro años después, desde el pasado octubre, Salvini ha regresado al Gobierno, esta vez presidido por la nueva líder de la ultraderecha italiana, Giorgia Meloni.
En un primer momento el líder de la Liga intentó hacerse con Interior pero, debido sobre todo a este proceso, se tuvo que conformar con la vicepresidencia y la cartera de Infraestructuras, con competencias en puertos.
En Interior sin embargo colocó al que fuera su jefe de gabinete aquellos años, Matteo Piantedosi, que ha cambiado la política de «puertos cerrados» por la de «puertos lejanos», ya que asigna a estas naves puntos lejanos de desembarque para impedir su labor. EFE
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