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Libre circulación: prueba social helvética

En Suiza, los empleados de establecimientos comerciales al menudeo no cuentan con CCT. RDB

Entre la población suiza merma el apoyo al libre ingreso de mano de obra de la Unión Europea (UE). Patrones y sindicatos respaldan más medidas de protección salarial, aunque difieren en el tema del salario mínimo.

Competencia reforzada en el mercado laboral, trenes repletos, mayor tráfico vial, oferta insuficiente de vivienda, aumento de la población a más de ocho millones de habitantes: cada vez más suizos aúnan estos fenómenos al acuerdo en vigor de la libre circulación de personas con la UE.

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Proteccionismo salarial, ¿justificado?

Este contenido fue publicado en En opinión del especialista del mercado laboral suizo, George Sheldon, la libre circulación de trabajadores de la UE provoca una presión insignificante en los salarios suizos y solo hay algunos efectos negativos en el caso de mano de obra poco cualificada, que no proviene de la UE. ¿A favor o en desacuerdo?

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“El escepticismo por la inmigración ha crecido, se ha producido una cierta erosión en la aceptación de la libre circulación de personas”, advierte Thomas Daum, Director de la Unión Patronal Suiza (UPS).

“La población no solo juzga de modo racional el tema, sino que también se encuentran en juego emociones, que deben ser tomadas en serio”, opina.

Como telón de fondo han surgido dos iniciativas populares. Una exige límites al acceso de inmigrantes de la UE. La otra, evitar que el acuerdo de libre circulación con la UE se amplié a Croacia. 

Si el voto ciudadano helvético apoyase en las urnas estas iniciativas, Bruselas no solo revocaría el convenio citado, sino todo el paquete de acuerdos contraídos para intensificar sus relaciones con Suiza, que no pertenece al bloque de la UE.

Para calmar los ánimos a buen tiempo, el Gobierno de Suiza anunció ampliar, a partir del próximo mes, la denominada cláusula de salvaguarda a todos los países de la UE, una medida para limitar, aunque ligeramente, el acceso de mano de obra durante un periodo de doce meses.

No obstante, a partir de junio de 2014 habrá libre acceso de mano de obra de la UE a Suiza.

En ese tenor, se prevé que los precursores de las campañas contra la libre circulación de personas centren sus argumentos en la protección salarial y en el mejoramiento de las condiciones socio-laborales de la mano de obra local.

Las autoridades, por su parte, este año han reforzado las obligaciones de registro laboral de los trabajadores independientes extranjeros con actividad en Suiza. También han endurecido las normas de la declaración salarial de las compañías extranjeras contratadas en suelo helvético.

Además, a mediados de año se ampliará la responsabilidad solidaria de las empresas en el sector de la construcción. Las sociedades contratistas en Suiza se verán obligadas a asumir la responsabilidad de mantener una cuota mínima salarial en la cadena de subcontrataciones que realizan a través de otras compañías.

En 2012 aumentaron los controles salariales en el marco de las medidas de acompañamiento para evitar abusos en los honorarios de los trabajadores, ante la apertura del mercado laboral a la mano de obra de la Unión Europea, a través del Acuerdo de Libre Circulación contraído entre Berna y Bruselas.

Se detectaron más violaciones a la ley en las empresas extrajeras que laboran en Suiza, en comparación con el año precedente (2011).

También aumentó el número de empleados de la UE:

203.000 trabajadores para una actividad menor a 90 días (+13%). Una cuarta parte, independientes.

152.000 trabajadores y cerca de 40.000 negocios fueron controlados.

En sectores con CCT, las comisiones de control infraccionaron al 42% de las empresas extranjeras controladas (+9%, con relación al 2011) y al 23% de las compañías suizas controladas (-1%).

En los sectores sin CCT: 11% de las empresas extranjeras fueron sancionadas (-3%, con relación a 2011) y 10% de las firmas suizas controladas (= a 2011)

Lagunas en la equidad salarial

Por otra parte, aún es muy prematuro valorar los efectos de las medidas en vigor desde enero pasado, concuerdan sindicatos y asociaciones patronales.

Empero, “el número de controles es demasiado reducido”, lamenta Paul Rechsteiner, presidente de la Unión Sindical Suiza (USS).

Su crítica principal: Pese al reforzamiento de medidas y de controles, existen aún grandes lagunas en esta lucha contra el dumping salarial, sobre todo en sectores sin Contrato Colectivo de Trabajo (CCT).

“Pese a que en 10% de los casos controlados se observan grandes diferencias salariales en la parte germanófona helvética, las autoridades cantonales respectivas no imponen Contratos Normales Laborales (CNL), a diferencia de lo que ocurre en la parte francófona de Suiza”.

Cabe decir que entre las medidas de acompañamiento para evitar abusos salariales, existe una que permite a los cantones establecer salarios mínimos obligatorios en sectores sin CCT.

“El problema es particularmente evidente en la venta al menudeo, que ocupa entre 80.000 y 90.000 trabajadores“, advierte el presidente de la USS.

En este ámbito, solo las dos grandes cadenas de supermercados, Coop y Migros, cuentan con sendos CCT. “Pero todas las grandes cadenas de ropa y zapatos, como H&M y Zara, cuyos propietarios son millonarios, no tienen CCT para sus filiales suizas. Por eso la USS ha lanzado la iniciativa ‘Nadie con un salario menor a 4.000 francos’, que reclama la introducción del salario mínimo.

También el sindicato Travail.Suisse, más moderado, exige disposiciones para establecer topes salariales mínimos que vayan más lejos de las actuales medidas de acompañamiento de las autoridades.

Pero Travail-Suisse quiere encarar la cuestión directamente a nivel federal y no cantonal, como es la idea de la USS.

“Sería sensato que Berna pudiera imponer a los cantones la adopción de salarios mínimos, sin que primero haya que comprobarse abusos repetidos. Esto proporcionaría mayor claridad en las actividades de las empresas extranjeras en Suiza”, indica el presidente de este gremio, Marin Flügel.

El director de la Unión Patronal Suiza, por el contrario, considera suficientes las disposiciones de control actuales. “Pero nos oponemos a que se abuse de las medidas de acompañamiento para gestionar una política salarial y social, tal y como lo hacen los sindicatos”, añade Thomas Daum.

Pero Flügel arremete: La “curva demográfica“ (es decir, el aumento del número de jubilados y un número paralizado de mano de obra activa) requiere un mercado laboral abierto; pero Suiza debe prepararse para este contexto con inversiones de infraestructura y adaptaciones en la política de vivienda y urbanización.

Las medidas de acompañamiento a la libre circulación entre Suiza y la UE estipulan que las autoridades cantones helvéticas pueden instaurar Contratos Normales Laborales (CNL) o ‘contratos-tipo’ para establecer salarios límite al sector que no cuente con CCT. Una decisión fundamentada en el Código Suizo de Obligaciones (Art. 360ª), válido para todos los empleadores.

Pero existe una condición para establecer este CNL: que con anterioridad los controles salariales hayan advertido de violaciones salariales repetidas.

Comisiones tripartitas –cantonales, patronales y sindicales- deben presentar sus recomendaciones a los cantones concernidos a fin de establecer los CNL.

En Argovia, en el sector de la jardinería, y en Berna, en el sector de ventas, las comisiones tripartitas han informado de casos de trabajadores sin preparación profesional en esos ramos con salarios por debajo de los 3.000 francos mensuales. Sin embargo, en estas comisiones no ha habido las recomendaciones pertinentes, puesto que los representantes patronales y cantonales no han dado su acuerdo para emitirlas, denuncia la parte sindical.

 Solo tres cantones han establecido el CNL:

     Ginebra, en los sectores de cosmética y tareas domésticas.

     Tesino, en los ámbitos de salones de belleza, centros de llamadas telefónicas y mantenimiento de autos.

     Valais, en los sectores de la construcción, mantenimiento y limpieza.

“Hoy vive más gente en Suiza que hace una década. Exigir a la par crecimiento económico, desarrollo de infraestructuras, alto nivel en salubridad y asistencia y bajos impuestos no es sostenible a largo plazo”, considera el sindicalista.

Y lejos de la posición meramente sindicalista, el profesor en mercado laboral y economía industrial, George Sheldon, de la Universidad de Basilea, estima que las medidas de acompañamiento son “en cierto modo, superfluas”.

“El único efecto negativo pudiera observarse entre la mano de obra menos cualificada que proviene de Estados que no integran la UE, como de la otrora Yugoslavia”, indica el autor de un estudio sobre las consecuencias del Acuerdo de Libre Circulación de Suiza con los 17 “antiguos” integrantes de la UE.

La evolución y la repartición salarial entre 2002 y 2010 en Suiza han permanecido “relativamente equilibradas y, en este periodo, sorprendentemente estables“, considera la Secretaria de Estado de Economía (seco).

George Scheldon recuerda: “Suiza no es un país de inmigración clásica, como EE.UU. o Canadá, cuyos mercados laborales deben absorber a los recién llegados con la consecuente presión salarial. En Suiza, los trabajadores extranjeros no vienen sin ser solicitados por un empleador aquí, que no se encuentra al trabajador en el mercado local. Por eso, estos nuevos empleados no provocan una competencia directa a la mano de obra local”.

Traducido del alemán por Patricia Islas

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