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Mientras haya diálogo, habrá esperanza

El Consejero de Estado del cantón de Vaud, Jean-Claude Mermoud, anuncia la decisión de expulsar a los solicitantes de asilo. Keystone

Aunque lamentaron que el Consejo del Estado de Vaud no hubiera satisfecho a cabalidad sus demandas, las iglesias cristianas aceptaron su llamado.

En entrevista con swissinfo, representantes de las Iglesias Católica y Protestante explican la necesidad de participar en la convocatoria de las autoridades.

“Esperamos que el máximo de personas, parlamentarios y movimientos, se reúnan para trabajar juntos con el Consejo de Estado, con las Iglesias. Me parecerá… no normal, respecto a los refugiados, negarse a dialogar. Pienso que no será responsable”, asienta Antoine Raymond, del Consejo Sinodal de la Iglesia Evangélica Reformada del Cantón de Vaud (EERV).

“Lo que también puede pasar es que trabajando muchos en el caso del mandato que otorga el Consejo de Estado para estudiar la forma que debe tomar el acompañamiento de regreso, podamos ser llevados a decir: hemos visto y nos parece que el regreso, de hecho, no es posible”.

¿Eso significa que el llamado de las autoridades abre otras vías, otras posibilidades?

“Ah sí, sí. Y si no utilizamos juntos estos tres meses (de la nueva tregua acordada por el cantón de Vaud) y nos encontramos dentro de tres meses en la misma situación, son esas personas (los refugiados) los que van a sufrir”.

“El tiempo que pasa permite también a un cierto número de procedimientos, en particular, judiciales, llegar a buen término; en todo caso, concluir. Y es posible que en ese marco haya personas que puedan quedarse”, enfatiza.

Pedirían a Berna cambiar de política

Por su parte, el vicario general de las diócesis de Friburgo, Lausana, Ginebra y Vaud, Rémy Berchier, aduce que si en los tres meses acordados por el Estado se constata que es imposible crear padrinazgos en el lugar, si es imposible cambiar la mentalidad y acompañar a las personas afectadas, instrumentarán otras medidas, junto con el Estado, para pedir a Berna que cambie de política y de posición.

“Si las condiciones de apadrinamiento no pueden ser satisfechas, vamos a reflexionar seriamente y ver cómo podemos actuar para que esas personas puedan quedarse o para que logremos una prolongación del lapso hasta que el apadrinamiento pueda instrumentarse”, anuncia.

Insistimos: ¿la decisión del Consejo de Estado permite entonces una luz de esperanza?

“Sí, lo espero. Del número de personas que deben partir, hay todavía 181 que están en reexamen; entonces, tenemos muchas esperanzas por ellas. En cuanto a aquellos que no están en reexamen, vamos a intentar acompañarlos lo mejor posible en ese pasaje que tienen que hacer”.

Retornos obligados

De manera contraria a otras organizaciones de apoyo a los refugiados, que exigen que la totalidad de entre ellos se queden en Suiza, las Iglesias consideran la posibilidad de que algunos deban volver a sus hogares:

“Si nos damos cuenta que para tal caso el regreso no sería posible, lo diremos. Si nos damos cuenta que para este otro caso, aún si es difícil, el regreso puede ser posible, lo diremos también”, subraya Antoine Raymond.

Rémy Berchier, responsable también de la Iglesia Católica de Vaud, destaca su intención de “poner a disposición todos los medios que tenemos en nuestro poder como Iglesia, manteniendo nuestra especificidad de Iglesia, con nuestros medios de Iglesia, Caritas, o los obispados en el lugar, para intentar vivir en lo mejor de la dignidad y la humanidad ese pasaje”.

Una decisión que abre puertas

En la lectura del representante del EERV, la decisión del Consejo de Estado del cantón de Vaud abre una pista interesante para la situación de los solicitantes de asilo por dos razones:

Por una parte, al señalar que hay que ponerse a trabajar para estudiar la forma que debe tomar el acompañamiento a los retornos, abre un margen de maniobra “que nosotros queremos utilizar para el bien de las personas concernidas”.

Por otra, el hecho de que una delegación del Consejo de Estado –y no del ámbito federal- se encargue del caso, abre nuevas perspectivas desde el punto de vista jurídico, y también un margen de evolución y de negociación. “Proporcionar esa posibilidad de discusión es darse tiempo para encontrar soluciones”, dice.

Dignidad y humanidad

A su vez, Rémy Berchier ratifica que las Iglesias lamentan que todo lo que pidieron no hubiera sido concedido, pero dice que en la decisión de las autoridades hay un avance en la vivencia del Evangelio.

“De manera precedente, la Iglesia militaba porque hubiera dignidad, humanidad en el tratamiento de solicitantes de asilo. Conscientes de que no todo el mundo podía quedarse en Suiza, lo que reivindicamos entonces fue, sobre todo, la supresión de medidas coercitivas, que se dieran explicaciones a la gente, que tuvieran la posibilidad de proceder a un recurso y que se les proporcionara un espacio de tiempo antes de su salida”, indica el prelado.

Cabe señalar que en el comunicado emitido el martes 18 de enero, el Consejo de Estado “afirma su voluntad de asegurar a las personas concernidas un regreso en un marco de dignidad. Por eso decidió prolongar más allá del 2004 el ofrecimiento de los programas de ayuda al retorno voluntario”.

”No los dejaremos solos”

La semana próxima tendrá lugar el encuentro al que convocan las autoridades para ese diseño de la estrategia de “acompañamiento” y de “padrinazgo” de los retornos que, de no encontrarse una solución, tendrían que efectuarse dentro de tres meses. Sin embargo, alrededor de una treintena de solteros podrían ser obligados a repatriarse en el curso de las próximas semanas.

Las Iglesias manifiestan su decisión de mantenerse al lado de los refugiados y de conservar abiertas las puertas de sus templos para darles abrigo:

“Siempre estaremos con ellos. No los dejaremos solos, los vamos a acompañar siempre. Ahora, aquí, y a acompañarlos para que puedan vivir de una manera decente, digna, humana, a donde irán”, concluye Rémy Berchier.

swissinfo, Marcela Águila Rubín

El Consejo del Estado de Vaud confirma su decisión de repatriar al total de solicitantes de asilo.

Otorga asimismo un plazo de tres meses para reevaluar la situación de los refugiados.

La decisión de las autoridades es recibida con una gran decepción por parte de sectores de la izquierda y entre los movimientos de solidaridad con los refugiados.

Las Iglesias Católica y Protestante, manifiestan su decepción por la respuesta parcial de las autoridades pero consideran que el respiro de tres meses puede abrir nuevas posibilidades.

Las autoridades cantonales convocan a los sectores involucrados en la causa de los refugiados a participar en el diseño de medidas de acompañamiento para el regreso.

Lanzan una iniciativa de “apadrinamiento” para la vuelta de los solicitantes rechazados.

La cita para el encuentro es el 27 de enero.

Las instituciones cristianas exhortan a todos los sectores a participar en el diálogo con las autoridades y a tratar de encontrar juntos nuevas soluciones.

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