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Naturalización para nietos de inmigrantes, en juego

El voto ciudadano decidirá el futuro de la propuesta. Keystone

Los recién nacidos en Suiza, cuyos abuelos inmigraron a este país, deben poder obtenerla de forma automática.

Sólo sus padres podrían oponerse a este derecho… o el rechazo en las urnas a esta modificación legislativa, el 26 de septiembre. El sector de derecha encabeza a los opositores.

Las personas nacidas en Suiza, de la tercera generación de inmigrantes, deben tener más oportunidades de participación en la vida política y social de la Confederación Helvética: con todos los derechos y obligaciones de un ciudadano suizo.

Ese es el deseo del Gobierno y de la mayoría de los miembros del Parlamento Federal helvético, que apoyan la modificación a la Constitución en el apartado de derechos civiles.

De acuerdo con ese cambio constitucional previsto, deben obtener automáticamente la nacionalidad suiza los nietos de la comunidad inmigrante radicada en el país.

Derecho a veto

Para esas personas Suiza es su patria y por ello deben obtener la nacionalidad desde su nacimiento y no pasar por los complicados procesos para obtenerla, como está regulado actualmente.

Hoy en día deben cumplir las siguientes condiciones: uno de sus padres debe pertenecer a la segunda generación de inmigrantes, haber llegado con sus padres a este país y haber realizado, como mínimo, 5 años de la escuela obligatoria dentro de la Confederación.

El padre del recién nacido debe contar con un permiso de residencia o establecimiento en el país que ya haya comprendido, por lo menos, 5 años de duración.

De acuerdo a la modificación prevista, los padres del pequeño también tienen derecho a rechazar la naturalización automática de su hijo.

En ese caso, el niño puede, al llegar a la mayoría de edad, revocar la decisión paterna para obtener la nacionalidad suiza. Pero podrá hacerlo sólo si continúa viviendo en el país.

Ventajoso también para los suizos en el extranjero

La ley prevista también concierne a los suizos que viven fuera de las fronteras suizas que hayan perdido o renunciado a la ciudadanía.

Ellos deben tener la posibilidad de poder, desde sus lugares de residencia, solicitar de nuevo la nacionalidad. Una condición para obtenerla es tener una estrecha relación con Suiza.

Ciertos criterios son analizados para otorgarla, criterios tales como haber mantenido contacto con personas que viven en Suiza, realizar visitas en el país, tener conocimiento de una de las lenguas nacionales y participar en las asociaciones de suizos del extranjero.

Esta ley no tiene validez alguna para los solicitantes de asilo, ya que ellos no poseen permiso de estancia o residencia alguno. Y por ello, sus hijos nacidos aquí no tienen derecho a la ciudadanía suiza.

Pros y contras

La naturalización para los extranjeros de la denominada tercera generación (nietos de los inmigrantes que llegaron a Suiza el siglo pasado), es apoyada tanto por los partidos de izquierda como por los liberales.

En cambio la derecha, liderada por el partido de derecha dura Unión Democrática del Centro (UDC), se opone a la modificación constitucional.

Los defensores subrayan el importante papel que tienen estas personas para el futuro demográfico, económico y político-social del país. Con la medida prevista se les ahorra un proceso largo y caro para obtener la nacionalidad.

“Si los propios padres ya se han establecido en Suiza, esos niños permanecerán definitivamente aquí”, sostiene la diputada Vreni Hubmann, del Partido Socialdemócrata. “Y entonces tiene total sentido que desde un principio se integren y posean la nacionalidad suiza”.

Las voces contrarias sostienen que las personas interesadas en obtener la nacionalidad deben decidir por sí mismas, en la etapa adulta, si ponen en marcha la solicitud para obtenerla.

¿Demasiado caro?

“Esto conduce a que, teóricamente, cientos de miles puedan conseguirla de un plumazo, y eso ningún país puede permitirse”, dice el diputado federal de la UDC, Hans Fehr, quien encabeza la acción a favor de una Suiza independiente y neutral.

Un punto de vista contrario al de Hubmann, quien puntualiza: “Esa gente habita con nosotros, vive y trabaja con nosotros. Y gracias a ella, a los suizos nos va bien.”

Pero para Fehr, incluso se trata de un problema financiero: “La naturalización en masa cuesta al Estado más que lo que éste puede sacar como ventaja de ella. Creo que el referéndum se justifica y es urgentemente necesario.”

Y como se trata de una revisión de ley que modifica la Constitución, la ciudadanía y los cantones están llamados a las urnas este 26 de septiembre de 2004 para emitir su voto a favor o en contra de la reforma.

swissinfo, Christian Raaflaub
(Traducido por Patricia Islas)

Población en Suiza: 7 383 600
Extranjeros: 1 518 600 = 20,5% del total.

En Suiza nacen cada año alrededor de 18.000 niños extranjeros. De acuerdo al último censo poblacional, 2.500 de ellos cuentan con un progenitor que ha nacido en Suiza.

La Oficina Federal para la Inmigración, Integración y Emigración (IMES) calcula que entre 2.500 y 5.000 niños al año podrían obtener la ciudadanía con la modificación.

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