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Navajas con identidad suiza, ¿de manufactura china?

El formato gigante de la navaja suiza. Wenger

En 2008, el Ejército suizo podría adquirirle a un proveedor asiático un millonario lote de 65.000 piezas. Tal posibilidad disgusta a quienes tienen apego a su origen.

Pese a la politización del asunto, Suiza debe someter a licitación la proveeduría de las navajas por acuerdos que adquirió previamente con la OMC.

Si Karl Elsener estuviera aquí, reviviría la indignación que lo hizo presa en 1891, año en el que el fabricante helvético de material quirúrgico descubrió que las navajas de bolsillo del Ejército Suizo se fabricaban en Alemania y decidió remediarlo.

Para ello, fundó la Asociación Suiza de Cuchilleros y le impuso como lemas: “Navajas helvéticas para el ejército suizo”.

Su primer modelo consistía en un mango de madera dentro del cual podían guardarse de forma milimétricamente ordenada una cuchilla, un destornillador (útil para los rifles que utilizaban los soldados), un abrelatas (para los víveres) y un pequeño arnés que les servía para sujetar objetos momentáneamente.

El Ejército de la Confederación Helvética quedó gratamente sorprendido con la utilidad de la propuesta de Elsener y la adoptó de inmediato.

Sin embargo, el cuchillero iría a por más.
Su nueva meta era aumentar la practicidad de su creación, con lo que cinco años más tarde le incorporó un resorte que fungía como pivote para todas las herramientas que integraba la navaja.

Victorinox encuentra competencia

Elsener, fue también el fundador de Victorinox, el genio indiscutible detrás de la navaja que dio la vuelta al mundo en las décadas siguientes bajo el nombre de SAK (swiss army knife).

Ante el éxito del producto, en 1908 el gobierno helvético intentó dar equilibrio a la producción regional y presionó una reducción de los precios de la navaja.

¿Cómo? El Ejército empezó a dividir sus pedidos en dos. Una parte para Victorinox y otra para Wenger, su principal competidor, quien había creado ya su propia versión de la SAK.

Tras la Segunda Guerra Mundial, en la década de los 50´s para ser exactos, el Ejército de los Estados Unidos se convirtió en el segundo principal comprador de SAK´s.

Históricamente, las navajas para el ejército suizo han sido grises, mientras las que se venden al público son rojas. El mango de madera se sustituyó por uno plástico, que hizo a la herramienta más barata, pero también más resistente.

Y hoy, por segunda vez en su historia, son las leyes del libre mercado las que dictan el futuro de la tradicional navaja suiza, ya que su principal cliente, el Ejército, podría comprárselas a partir de 2008 a un proveedor asiático.

Navajas para el 2008

El Ejército helvético ordenó el mes pasado (18.07) un lote de 65.000 navajas de bolsillo para el 2008 que contarán con una serie de especificaciones técnicas particulares.

Por ejemplo, el mango será verde y no gris por primera vez en su historia; integrará dos cuchillas, sacacorchos, destornillador; tendrá que ser diseñada para utilizarse con una sola mano e incorporará un nuevo arnés externo que permitirá a los soldados fijarla a su cintura.

Sin embargo, en esta ocasión, el contrato –que suma 1,7 millones de francos suizos-, no será repartido salomónicamente entre Victorinox y Wenger.

El lote de navajas suizas se someterá a una licitación de carácter internacional, confirmó la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Y de acuerdo con el Ejército helvético, los candidatos más poderosos a ganar la licitación hoy son China, Indonesia y Bulgaria.

La razón de este ejercicio internacional:
Suiza forma parte de la OMC y al adherirse asumió una serie de compromisos en busca de la transparencia de su comercio internacional.

Acuerdo de Contratación Pública

“Suiza es miembro del Acuerdo de Contratación Pública (ACP) de la OMC, un acuerdo de carácter plurilateral, es decir, al que se incorporaron sólo algunos países miembros de la Organización”, explica a swissinfo Josep Bosch.

Desde Ginebra, el portavoz de la OMC detalla que se trata de un acuerdo voluntario en el que los países involucrados se comprometen a elevados niveles de transparencia y apertura de sus mercados a cambio de que otros países les otorguen trato recíproco en sus licitaciones.

Actualmente forman parte de ese Acuerdo de Contratación Pública Suiza, la Unión Europea, Corea, Estados Unidos, Hong Kong, China, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, Noruega y Singapur.

Y la OMC explica:

“En la mayoría de los países, el gobierno y las entidades públicas que de él dependen son compradores de mercancías de todo tipo. Y con frecuencia enfrentan presiones políticas para dar preferencia a los proveedores nacionales sobre los extranjeros.

“La finalidad de ACP, negociado durante la Ronda de Tokio y en vigor desde 1981, es abrir dichas operaciones a la competencia internacional”.

Suiza se ha comprometido a abrir sus licitaciones públicas de productos cuando el valor de las mismas supere el equivalente a 200.000 francos suizos, y el pedido de la armada para el 2008 es nueve veces mayor.

El debate político

China es el país que más imitaciones fabrica de la navaja suiza. Es también la nación que ganaría con mayor facilidad la licitación.

El tema se ha politizado ya en Suiza. La Unión Democrática de Centro –derecha dura- defiende la conveniencia de “nacionalizar” la fabricación de navajas suizas.

Por su parte, Alois Kessels, abogado y ex coronel del Ejército suizo, emprendió una campaña nacional bajo la consigna: “¡Conservemos la nacionalidad suiza de la navaja del Ejército”, incitando a la población a rechazar navajas que digan “made in China”.

Hasta el cierre de julio había conseguido 3.750 firmas para impedir que otra nación fabrique las navajas suizas de la armada y el gobierno helvético comienza a sentir las presiones.

Una iniciativa que cobra adeptos y que podría obligar al Ejército suizo a anunciar antes de septiembre que endurece las características técnicas de la navaja de modo que, sin incumplir con la OMC, los jugadores internacionales capaces de surtir el pedido de las 65.000 navajas, se reduzcan.

swissinfo/Andrea Ornelas

La emblemática navaja suiza forma parte de la colección de objetos de diseño que se exhiben en el Museo de Arte Moderno en Nueva York.

La versión de mango rojo –comercializada entre el público en general- incluye accesorios que van desde una aguja hasta una memoria USB.

La navaja de bolsillo más grande del mundo es suiza: consta de 87 harramientas y 141 funciones. Este “pequeño taller” de bolsillo del mundo fue fabricada por la firma Wenger, en Delémont y ha recibido del comité de selección de récords mundiales de Guiness la denominación de “el mayor cortaplumas multiuso”.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) es un foro de negociaciones comerciales multilaterales que facilita también la solución de controversias comerciales entre países.

La Orden Secreta de la Navaja Suiza fue creada por admiradores de esta herramienta que se reúnen para compartir ideas, fotos e historias personales ligadas al uso de la navaja.

Karl Elsener inauguró en 1884 su primer taller de cuchillería en Ibach-Schwyz y surtió en 1891 el pedido de navajas al ejército suizo.

La navaja suiza, los chocolates y los relojes swatch son los tres productos helvéticos más reconocidos por los consumidores extranjeros.

Suiza es miembro activo de la OMC desde el 1 de julio de 1995.

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