No más jalones de orejas a los niños
La organización de derechos de los niños, 'Terre des Hommes' se pronunció porque se lleve a cabo un mayor debate público en Suiza en torno a los menores y los castigos corporales.
Durante un coloquio celebrado en Berna, la ONG recordó que Suiza no se encuentra entre los 19 países europeos que han prohibido totalmente esa práctica.
“Si usted golpea a un perro, incide en maltrato; si golpea a un adulto, en un delito, pero si usted golpea a un niño eso es considerado en la familia como algo bueno para el niño”, apuntó Elda Moreno del Comité de los Derechos de los Niños del Consejo de Europa. “Queremos librarnos de esta idea perversa.”
La mayoría de los participantes en la reunión no podía aceptar que la iniciativa parlamentaria “Mejor Protección para evitar la Violencia contra Niños”, presentada en diciembre pasado por la social-demócrata Ruth-Gaby Vermot-Mangold, hubiera sido rechazada por la diputación suiza bajo el argumento de que la legislación actual protege de manera suficiente a los niños.
Para el especialista en la materia, psicólogo y profesor Franz Ziegler, no hay discusión: “¿Por qué podemos golpear a nuestros niños, pero no a los adultos?”
Golpes a los niños, sinónimo de impotencia
Ziegler interpreta el castigo corporal contra los niños como expresión de impotencia: “No sólo eso, es también la expresión de un pensamiento retrógrada.”
Jean Zermatten, vice presidente del Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, destacó, por su parte, el hecho de que en momentos en que hay una intensa discusión sobre la violencia de la juventud, el castigo corporal contra los niños todavía es tolerado.
El especialista suizo explicó que las sanciones físicas implican cualquier forma de violencia corporal, incluyendo las bofetadas, patadas, sacudones, tirones de cabello, de orejas; la orden de permanecer en una posición inconfortable o de comer jabón.
Zermatten, advirtió que las puniciones no deben conllevar a una degradación, y recordó la violencia no-corporal proscrita por la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño y que incluye insultos, humillaciones o situaciones en las que el niño sea ridiculizado.
“Un niño es también una persona íntegra. Sus derechos humanos son inalienables.”
Mali Nilsson, de la agencia sueca ‘Save the Children’, explicó a swissinfo.ch porqué la situación en su país era tan diferente a la de Suiza.
Suecia como precursor
En julio de 1979, se aceptó en la ley sueca los siguientes principios: “Los niños tienen derecho a cuidados, seguridad y a una buena educación. Los niños deben ser tratados con respeto a su integridad e individualidad, y quedan prohibidos los castigos corporales u otros tratos degradantes”.
La Ley contra los Castigos Corporales contra Niños y la protección a los jóvenes no establece puniciones. Los daños considerados como leves no son castigados, mientras que los modos más graves son castigados conforme al Derecho Penal.
Estas medidas han tenido un resultado positivo, según considera Mali Nilsson: En Suecia, en la década de los 60, la mayoría de los menores de 6 años eran maltratados una o más veces al año, y un tercio del total, recibían este tipo de agresiones de modo regular.
En la década de los 70, menos de la mitad de los niños aún recibía golpes. De acuerdo a estudios de la década siguiente, alrededor del 51% de los padres utilizaron castigos corporales. En 2006, la cifra se redujo al 4%.
De acuerdo a un estudio de la Universidad de Friburgo, en Suiza, hay niños entre las edades de 2 a 5 años que reciben maltratos corporales, Mil setecientos incluso son golpeados con algún artefacto, trece mil reciben jalones de orejas y cerca de 35 mil, nalgadas.
El 75% de los adultos cuestionados en una encuesta no representativa de 2005 de la revista FACTS indicaron utilizar jalones de orejas en sus métodos de educación.
Con ese panorama positivo, Mali NIlsson no comprende porque fue rechazada la Iniciativa parlamentaria de la otrora legisladora suiza Ruth-Gaby Vermot-Mangold.
“Es una vergüenza que los parlamentarios no reaccionasen con un sentido algo humano ante los derechos del niño. Ellos tienen el deber de establecer leyes que garanticen una educación que proteja lo mejor posible a los niños”.
Las leyes por sí solas, insuficientes
Pero la evolución en materia de protección al niño no se debe sólo al marco legislativo, aduce Nilsson: “Para lograrla debimos iniciar en toda la sociedad muchas conversaciones, para abordar la manera de proteger lo mejor posible a los niños en nuestro papel de padres de familia. El camino para ello no es provocando miedo”.
En las escuelas suizas están prohibidos los castigos corporales. En la familia, no es el caso.
Instancias internacionales como el Comité de Naciones Unidos para los Derechos del Niño y el Consejo de Derechos Humanos, también de la ONU, han incentivado a Suiza para que prohíba también los golpes contra niños en el círculo familiar, justo lo que buscaba la iniciativa parlamentaria referida, pero rechazada en la cámara baja de la Asamblea Federal helvética.
La inversión del modo de pensar antes imperante en el trato hacia los niños se logro poco a poco en Suecia. “Ya hoy día nadie daría un jalón de orejas a su niño en público, pues entonces habría una reacción de los demás. Si alguien hiciera algo así, sería observado como una mala madre o un mal padre.
Para el éxito de esos avances también se destaca la labor de las autoridades, que forma parte activa en la denuncia de este tipo de actos.
“Es importante proteger también a los niños de otras familias; no porque queramos castigar a sus padres, sino porque queremos apoyar a las familias, antes de que ocurra algo peor. Y a esto se suma que debemos mostrarle también al niño que no todos los adultos reaccionan así. La violencia es, sencillamente, inaceptable”.
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