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Mano dura con UBS y Credit Suisse

El ministro suizo de Economía, Johann Schneider-Ammann y el titular de la OCDE, el mexicano José Ángel Gurría, durante la presentación del informe sobre Suiza, este martes (24.01) en Berna. Reuters

Juntos, los dos bancos son cuatro veces más grandes que la economía suiza por lo que cualquier riesgo de caída pone en jaque al país. Por ello, deben fortalecer su capital y crear ‘programas de emergencia’.

Este martes, la OCDE presentó en Berna su ‘Estudio sobre Suiza 2012’ en el que afirma también que el país debe cobrar más impuestos al consumo, gravar menos los salarios y aliviar financieramente a las familias más pobres.

Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, acudió a Berna este martes a presentar el ‘Estudio sobre Suiza’ 2012. El trabajo es un diagnóstico sobre la economía y el sistema financiero que se concentra en las debilidades y reformas necesarias.

El UBS y el Credit Suisse ocuparon un lugar protagónico en el estudio y lo hizo también el sistema tributario suizo, que impone una pesada carga a los salarios de los suizos, penaliza a las familias con menos ingresos y otorga incentivos a los contribuyentes más acaudalados.

“La economía suiza se ha recuperado sin contratiempos hasta hoy, pero pronto podría sufrir los efectos de la desaceleración comercial que viven sus socios europeos y podría pagar también el precio de la apreciación de su moneda”, advirtió Gurría al presentar este informe en presencia del Ministro de Economía de Suiza, Johann Schneider-Ammann.

Planes de emergencia

A lo largo de 100 páginas, la OCDE analiza sobre todo el presente del sector financiero y advierte que los dos principales bancos helvéticos “siguen altamente endeudados”.

Reconoce que Suiza ha dado pasos en el sentido correcto al presentar medidas para acotar los riesgos en caso de quiebra (reformas ‘Too big to fail’ que aprobó el Parlamento en otoño pasado), pero advierte que es vital que los dos gigantes desarrollen ‘programas de emergencia’.

Concretamente, que sean capaces de asegurar que sus operaciones fundamentales seguirán en marcha si enfrentaran nuevas crisis.

La entidad explica el porqué de su inquietud: en Suiza, los dos grandes bancos juntos eran siete veces más grandes que la economía en 2007. En 2010, redujeron su talla, pero aún cuadruplican el tamaño de la economía.

“Pese a la reducción, el peso de los grandes bancos al interior de la economía sigue siendo excepcionalmente importante”, cita la OCDE.

Como dato de referencia, en Reino Unido, la principal plaza financiera que compite con Suiza, los dos principales bancos representan 1,6 veces el valor de esta economía.

La visión de la Organización no es aislada, coincide con la del Banco Nacional de Suiza (BNS), cuyo presidente, Thomas Jordan, ha expresado en reiterados foros durante los últimos meses que ‘Too big to fail’ no busca mermar las utilidades de los grandes bancos, sino proteger a los contribuyentes al evitarles la obligación de rescatar a empresas privadas que asumen riesgos excesivos.

Una posición que –con diferentes matices- comparte también la izquierda, el centro y la derecha de Suiza.

Reforma fiscal

Los impuestos tocan el interés de las empresas y la población. Y el sistema tributario suizo, expresa la OCDE, está fuertemente encaminado a gravar el ingreso de los hogares, lo que resulta dañino para la actividad económica, alertó José Angel Gurría.

La Tasa de Valor Añadido (TVA) es baja en Suiza y existen además muchos bienes exentos.

“Un ligero viraje para permitir menos impuestos sobre los salarios y más sobre los bienes de consumo podría incentivar el crecimiento económico en Suiza”, refiere el documento y estima que Berna tiene el margen de maniobra para ello.

El tema siempre es controvertido porque aumentar el impuesto que se paga sobre el consumo de bienes y servicios deteriora el poder adquisitivo.

A este respecto, la OCDE aclara: “Un alza en la TVA tendría que acompañarse con medidas concretas para amortiguar el impacto sobre las familias con menores ingresos”.

Ante la prensa helvética, el Secretario General de la OCDE enfatizó la importancia de revisar la política de tasas de TVA diferenciadas (ver CONTEXTO) en aras de una homologación, una alternativa cuya exploración no desdeña el ministro de Economía, Johann Schneider-Ammann, aunque considera que no es propicia en este momento.

Endeudamiento y “burbuja”

El endeudamiento del sector privado es otro tema álgido para Suiza.

La reforma fiscal que propone la OCDE ayudaría en este sentido, según palabras de la propia Organización.

Concretamente, el derecho que hoy existe a deducir los intereses que pagan los contribuyentes (por los créditos) deben ser eliminados, explica la entidad, excepto para los créditos hipotecarios de las viviendas habitadas por los deudores y no adquiridas como mera inversión.

La OCDE asegura que la decisión del Banco Nacional de Suiza (BNS) de fijar un tipo de cambio mínimo entre el franco y el euro ha provocado tasas de interés históricamente bajas.

“Mantener las tasas bajas por algún tiempo es apropiado, pero esto ha acicateado el mercado del crédito hipotecario y el alza en el precio de las viviendas. Y otorgar incentivos al endeudamiento puede potenciar los riesgos futuros de inestabilidad financiera y un efecto de redistribución indeseable”, refiere el documento.

En una conferencia de prensa en Berna, José Ángel Gurría añadió que esto distorsiona el mercado y anima a los suizos a contratar más créditos que en periodos previos.

Superfranco

Para Suiza, afirma la OCDE, la recuperación económica ha sido esencialmente positiva pese a la apreciación de su moneda. Pero, los problemas de la deuda soberana de países vecinos le atañen directamente y afectan la competitividad de sus precios de exportación.

Hasta ahora, “Suiza se ha visto parcialmente compensada por una mayor demanda de sus productos en el extranjero, pero en 2012 esta tendencia comenzará a debilitarse, por lo que debe estar alerta”.

“Suiza podría sufrir los efectos de la desaceleración económica y del comercio de sus vecinos, especialmente europeos, y de una moneda fuerte. Sus exportaciones podrían debilitarse y afectar el crecimiento en 2012, por lo que es necesaria la vigilancia para ayudar a la economía a atravesar estas dificultades”, puntualizó el titular de la OCDE.

El Estudio de Suiza 2012 también presentó pronósticos para los principales indicadores económicos del país.

Concretamente, la OCDE estima que el PIB crecerá 0,8% este año, frente al 1,8% del 2011.

La inflación será de cero en 2012, frente al 0,4% del año previo.

El desempleo afectará a 4,3% de la población en edad de trabajar, en lugar del 4% actual.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es un organismo internacional basado en París –fundado en 1961- que cuenta con una treintena de miembros.

Su meta es promover políticas económicas y sociales internacionales que generen desarrollo y estabilidad.

La OCDE busca también una mayor transparencia fiscal entre sus países miembros y ha sido el timón de una reforma internacional que condujo a Suiza y a muchos otros países considerados como “paraísos fiscales” a reformar sus reglas internas para flexibilizar el secreto bancario y ampliar la colaboración con otros gobiernos ante sospechas de evasión.

El ‘Estudio de Suiza’ es elaborado por la OCDE cada dos años, pero antes del 2012, la edición más reciente fue la del 2009.

En Suiza, la Tasa de Valor Añadido (TVA) fue puesta en operación en 1995, pero se maneja a partir de tasas diferenciadas. Existe un nivel general de 8%, con excepciones para los servicios hoteleros (3,8%) y para los alimentos, productos agrícolas, diarios o libros (2,5%).

La OCDE propone a Suiza ir más allá del ‘Too big to fail’.

Este paquete de medidas fue diseñado proteger a la economía helvética y a los contribuyentes de eventuales quiebras de los principales bancos helvéticos.

Esto implica que entidades como UBS o Credit Suisse deben tener a partir del 2012 un índice de capitalización Tier 1 –capital siempre disponible para emergencias- por el equivalente al 10% de sus activos en riesgo.

Además, deben contar con una protección adicional equivalente a 9% de esos activos riesgosos bajo formas de capital como los llamados ‘Bonos contingentes convertibles’, conocidos como CoCos.

El requerimiento sumado de 19% de capital para asegurar su solvencia en caso de crisis duplica los requerimientos internacionales, contenidos en las Reglas de Basilea III, pero dado el tamaño y peso de los bancos suizos sobre la economía helvética, podría ser un “colchón” insuficiente para enfrentar nuevas crisis.

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