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AI: Libia aplica pena de muerte a refugiados

Entrada a la prisión de Aljudayda en la capital libia. Reuters

El caso de los suizos Max Göldi y Rachid Hamdani muestra, según Amnistía Internacional (AI), qué tan arbitraria puede ser la justicia libia. En el trato con refugiados africanos, Trípoli resulta aún más ruda: Numerosas penas de muerte se dictan y aplican.

La justicia libia es arbitraria, escribe Diana Eltahawy, especialista para Nordáfrica en la conocida organización de defensa de los derechos humanos, en un informe publicado recientemente sobre Libia.

En ese contexto, el bernés Max Goldi permaneció cuatro meses tras las rejas luego de un proceso injusto.

“Cuando las normas internacionales en un caso tan sonado como éste se difunden en los medios y, pese a la presión, las autoridades libias no las respetan, es imaginable lo que puede sucederle entones a una persona desconocida”, subraya Eltahawy.

Miles de africanos intentan pasar por territorio libio para llegar a la Unión Europea. Tan sólo el camino a través del Sahara resulta peligroso, pero aún al llegar al país de destino, los migrantes no están seguros. Las autoridades libias son duras con ellos, afirma AI.

De acuerdo con informaciones de AI, el 17 de junio, Trípoli transfirió a Níger 276 presos, ya procesados por delitos menores o que esperaban ser enjuiciados. De los doce o más nigerianos sentenciados a muerte no se sabe nada. Es creciente la preocupación sobre su destino.

Numerosas ejecuciones

A finales de mayo, Libia ejecutó a 18 “asesinos”, según anunció sobre estas condenas el diario de Trípoli ‘Quryna’. Entre ellos se cree que había ciudadanos de Chad, Nigeria, Egipto y Níger.

El activista para la defensa de los derechos humanos Moustapha Kadi pide al gobierno libio que compense a las familias de estos ajusticiados y que devuelva sus cuerpos. Sabe de los casos concretos de Sani Maïdouka, Saïdou Mohamed y Harouna Dangoda.

Refugiados sin protección

Es difícil estimar la situación de los refugiados en Libia. El 8 de junio, el gobierno expulsó de facto del país al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Esta agencia había registrado 9000 refugiados, de los cuales 3700 habían solicitado asilo.

La marina italiana descubrió a muchos de ellos en el Mediterráneo y los transportó a las aguas jurisdiccionales libias. Sin la presencia de ACNUR, los refugiados no tienen la mínima protección requerida.

Sobre todo extranjeros en peligro

Amnistía Internacional observa especialmente el peligro al que están expuestos los extranjeros en Libia. Con frecuencia se realizan procesos injustos en su contra.

“En diversos casos no son informadas las autoridades diplomáticas responsables y de este modo sus Estados no pueden ofrecerles ningún apoyo”, comenta Eltahawy.

Así, hubo casos en mayo en los que el sentenciado vio por primera vez a su abogado al inicio de un proceso, evitando así una defensa efectiva a su favor. A esto se suma, indica la experta de AI, que los tribunales hacen uso de tortura o maltrato para obtener confesiones forzadas.

Estos métodos son válidos también para procesados libios, agrega Eltahawy, aunque recuerda que los extranjeros resultan aún más perjudicados, debido a que no hablan árabe. “No siempre hay un traductor. Sabemos de casos de gente que ha estado frente al juez sin comprender de qué se le acusaba”.

Bloqueada la última salida

“La ley libia establece que la sentencia a muerte puede ser conmutada por prisión perpetua si la familia de la víctima acepta una compensación financiera por parte del acusado, pero sin familia que lo apoye, el sentenciado no puede negociar esta opción. Además de la falta de dinero suficiente para cubrir las expectativas de la familia de la víctima”, señala Eltahawy.

AI desconoce el estado de las cárceles

La falta de transparencia y cooperación por parte del gobierno libio complican la situación. Amnistía Internacional ha pedido información sobre condenados a muerte y otros presos, pero no ha recibido respuesta alguna. “La cifra de 200 personas se ha publicado, pero sin dar a conocer la nacionalidad de estos sentenciados a muerte”.

Por otra parte, AI sabe poco del estado de las prisiones. “No podemos visitar nunca las dos prisiones donde se encuentran 18 condenados a muerte. De acuerdo con algunos informes, las condiciones allí no son tan malas como en otros reclusorios”.

Situación delicada para los nacionales de Níger

Para terminar con este delicado asunto de los sentenciados a muerte de Niger, este Estado concluyó con Libia un acuerdo de cooperación legal el 6 de junio pasado. Pero el gobierno de ese país vecino declinó comentar de qué modo podrán impedirse más ejecuciones de sus conciudadanos con este convenio.

En abril pasado, AI expresó por escrito al gobierno libio su preocupación sobre la situación de los derechos humanos en el país. El 25 de junio próximo deberá hacerse público el texto del memorándum.

Miembro del consejo de Derechos Humanos

Diana Eltahawy alude a la responsabilidad internacional de Trípoli: “Libia es ahora miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, por lo que tiene una obligación especial en la materia”.

Entre tanto, en las celdas de los condenados a muerte en Libia permanecen cientos de personas con miedo y una vaga esperanza de que finalmente el gobierno libio asuma su responsabilidad formal de justicia para todos.

Laure Pichegru, InfoSüd/IPS y swissinfo.ch
(Traducción: Patricia Islas)

Los dos suizos, Max Göldi y Rachid Hamdani, estuvieron casi dos años detenidos en Libia, luego de que la prensa suiza publicara imágenes sobre la detención del hijo del líder libio Muamar Gaddafi, Hannibal Gaddafi, en Ginebra.

Rachid Hamdani fue liberado a finales de febrero de 2010.

Göldi pudo salir de Libia tras casi 700 días de cautiverio, a mediados de junio de 2010.

El hecho de haber sido llevados por las autoridades libias a un lugar desconocido, tras una simulada visita hospitalaria es calificada por Göldi como un secuestro.

Este suizo pasó 53 días en un cuarto obscuro totalmente aislado. Los vigilantes le trataron de forma correcta, guardando distancia y sin contacto alguno.

La acción planeada para liberar a los dos rehenes suizos del gobierno libio generó polémica en Suiza.

Aún no están claros los detalles sobre estos planes ni cuando se hubiesen llevado a cabo.

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