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“El voto suizo no influirá en los comicios europeos”

El Parlamento Europeo tiene su sede en Estrasburgo, pero suele reunirse también en Bruselas. Reuters

Del 22 al 25 de mayo, la Unión Europea elige un nuevo Parlamento. El avance de los euroescépticos no cambiará nada en la clara mayoría que conforman los grupos parlamentarios europeístas, sostiene el politólogo Dieter Freiburghaus. Y si los comicios tienen repercusiones para Suiza, serán negativas.

El Parlamento Europeo (PE), único órgano comunitario que eligen directamente los ciudadanos, es sin duda alguna una institución importante, según Dieter Freiburghaus, pues cerca del 90% de la legislación europea necesita su aval. Además, con el Tratado de Lisboa, en vigor desde el 1 de diciembre de 2009, el PE ha ganado influencia, sobre todo en política exterior.

swissinfo.ch: Desde que estalló la crisis financiera los euroescépticos han ganado terreno. ¿Puede producirse un cambio de rumbo en estas elecciones europeas?

Dieter Freiburghaus: En absoluto. En los comicios celebrados hace cinco años, el Partido Popular Europeo (PPE, demócrata cristianos) obtuvo 262 y el Partido Socialista Europeo (PSE) 190 de un total de 766 escaños. Juntos consiguen aprobar todo lo que se propongan. Además, los europeístas pueden contar con el respaldo de los 75 eurodiputados de los Liberales. Incluso si los euroescépticos superaran a los Verdes o los Liberales, apenas cambiaría la relación de fuerza en el Parlamento Europeo.

En el país alpino residen 1,75 millones de ciudadanos con pasaporte de uno de los países miembros de la UE (22% de la población): 1,23 comunitarios y alrededor de 525.000 dobles nacionales. Cerca de 1,4 millones tienen derecho de voto.

En la UE viven 325.000 suizos con pasaporte europeo. En total, 850.000 ciudadanos helvéticos tienen la doble nacionalidad, el 13% de la población del país.

Fuente: Delegación de la UE en Berna

swissinfo.ch: Los euroescépticos y la derecha populista avanzan, por ejemplo en Francia y Gran Bretaña. ¿Corre peligro la Europa comunitaria si cada vez más eurodiputados le dan la espalda?

D.F.: No lo creo. Hasta ahora, los partidos que ven con escepticismo o rechazan una ulterior integración europea suman alrededor de 100 escaños de un total de 766. Aunque su número se duplique, seguirán siendo minoría. Y tampoco es previsible que los partidos nacionalistas formen un grupo parlamentario, ya que defienden posiciones completamente diferentes. Quiero decir que las formaciones favorables a la integración seguirán representando una mayoría de dos tercios en el Parlamento.

Ursula Häne, Zürich

swissinfo.ch: Cerca de 500 millones de personas pueden moverse libremente en la Unión Europea. Para muchas, sin embargo, la apertura de fronteras representa más peligros que beneficios. ¿La movilidad de la mano de obra se mantendrá a largo plazo?

D.F.: Desde luego. Estas críticas a la libre circulación son puntuales. Cuando los ingleses se quejaban del excesivo turismo social, la Comisión Europea les respondió que podían combatir las repercusiones negativas mediante la legislación nacional. Y esto vale también para los franceses.

Cabe recordar que solo entre el 2,5 y el 3% de los ciudadanos comunitarios viven en otro país miembro de la UE. Por razones económicas, la movilidad debería ser mayor.

La mayoría de los países reciben mucha menos inmigración que Suiza y, por tanto, no tienen problemas reales. En Suiza también tenemos partidos populistas que culpan a la población extranjera de cualquier problema.

swissinfo.ch: Aun así, hay grandes disparidades entre los países ricos de la UE, como Alemania, y los más pobres, como Rumanía o Bulgaria. Es inevitable que tarde o temprano esto genere problemas…

D.F.: Para esos países es naturalmente una ayuda que sus jóvenes se muden a países más prósperos para estudiar o proseguir su formación. Desde el inicio, los ingleses acogieron a los polacos con los brazos abiertos. Entre tanto, muchos de estos polacos han vuelto a su país con una buena formación y capital y hoy aportan su granito de arena a la construcción de la economía polaca.

Otro ejemplo es España: Mientras dejemos la puerta abierta a jóvenes inteligentes y sedientos de cambiar de país no se producirán disturbios. El intercambio es beneficioso para ambas partes. Incluida Suiza. Podemos aportar algo al desarrollo de estos países si acogemos a esa gente.

Nació en 1943 en Laupen, cantón de Berna.

Estudió Economía y Ciencias Políticas en San Gall y Berlín.

Entre 1988 y 2007 fue profesor titular del Instituto de Altos Estudios en Administración Pública (IDHEAP), en Lausana.

En 2009, publicó Königsweg oder Sackgasse? Sechzig Jahre schweizeriche Europapolitik (¿Solución ideal o callejón sin salida? Sesenta años de política europea de Suiza), en la editorial NZZ libro.

swissinfo.ch: La aprobación el 9 de febrero de la iniciativa ‘Contra la inmigración masiva’ pone en tela de juicio la libre circulación de personas, un pilar de la UE que para Bruselas no es negociable. ¿El voto de los suizos puede influir en las elecciones europeas?

D.F.: No. Varios países hablaron de la votación, a diferencia de lo que suele ocurrir con la actualidad suiza. Pero estamos sobreestimando su repercusión debido a la amplia cobertura que tuvo la noticia en los medios.

Estoy seguro de que la mayoría de los ingleses y franceses no tienen la menor idea de lo que ocurrió el 9 de febrero en Suiza. Se habla de la cuestión exclusivamente en los gremios competentes de la UE que intentan preservar una relación amistosa, antes de proceder a medidas más contundentes.

Pero es verdad. Suiza se convierte en un problema, y no solo por esta votación sino por las que seguirán. Puede ser que este movimiento que ha salido a la superficie arrase a medio plazo nuestra política europea. Si fracasa el acercamiento a la UE, de la que tanto depende nuestra economía, las consecuencias serán nefastas para Suiza, no para Europa.

Los europeos eligen a los miembros de su Legislativo común desde 1979. Cerca de 400 millones de ciudadanos de los Veintiocho están convocados a ejercer su derecho de voto entre el 22 y el 25 de mayo para designar a los 751 eurodiputados.

El nuevo Parlamento controla las actuaciones de varias instituciones de la UE y nombra al presidente de la Comisión Europea (Ejecutivo). Tiene también competencia para decidir las leyes y el presupuesto. Los acuerdos internacionales que la UE negocia con países terceros, como Suiza, necesitan el aval del Parlamento.

El Partido Popular Europeo (cristiano conservadores) constituye actualmente el grupo parlamentario más grande. Incluye, entre otros, a los demócrata cristianos alemanes (CDDU/CSU), la italiana Forza Italia y el ÖVP austriaco.

El segundo grupo parlamentario es el Partido Socialista Europeo (PSE), que integra al PSOE español, los socialistas franceses y el SPD alemán.

swissinfo.ch: ¿Qué importancia tienen estos comicios para Suiza, que no es miembro de la UE, pero a la que está estrechamente vinculada a través de los acuerdos bilaterales?

D.F.: De las negociaciones con Suiza se encarga exclusivamente la Comisión Europea. El Consejo de Ministros tiene que avalarlos. Pero una vez dado su visto bueno, es poco probable que un acuerdo fracase en el Parlamento, a no ser que el Consejo de Ministros, por los motivos que sea, haga concesiones a Suiza en cuestiones clave como la libre circulación de personas. En ese caso, me imagino que el Parlamento diría: Esto no procede. Pues el Parlamento se concibe como el guardián de los principios europeos. Y entre ellos está la libre circulación. Y si las elecciones tuvieran alguna influencia sobre Suiza, seguramente no será favorable.

swissinfo.ch: ¿Qué podemos esperar después del 9 de febrero en lo que a libre circulación de personas se refiere?

D.F.: La UE no anulará sencillamente la vigencia del acuerdo, a no ser que de repente se prohíba a ciudadanos comunitarios trasladarse a Suiza, lo cual violaría las disposiciones. En tal caso, la UE no tendría más remedio que reaccionar con vehemencia. Y dispone de muchos medios para fastidiarnos, pensemos en el programa de investigación Horizon 2020 o el de intercambio Erasmus+.

swissinfo.ch: ¿Quiere decir que se avecinan tiempos difíciles para Suiza?

D.F.: Sí, porque la confianza está minada, crece la incertidumbre y también aumentarán las contramedidas por parte de Bruselas. La cuestión es saber cuánto tardará todo esto en repercutir en las inversiones, pues la incertidumbre y la falta de confianza son un veneno.

swissinfo.ch: En Suiza residen 1,4 millones de ciudadanos comunitarios que pueden votar. Muchos tienen la doble nacionalidad, al igual que 325.000 suizos. ¿Cuánto puede influir el voto de Suiza?

D.F.: No sé qué porcentaje de suizos con pasaporte comunitario suele acudir a las urnas, esto depende del derecho de voto en el país de origen: Si pueden emitir el voto por correspondencia, si tienen que viajar a su país o no tienen derecho de voto al residir en un país que no es miembro de la UE.

Pero sí podemos decir que los que han llegado a Suiza gracias a la libre circulación, probablemente no forman parte de los euroescépticos. Yo diría que tienden a fortalecer las formaciones que defienden la integración europea y se muestran reacios hacia esa Suiza que pretende echarla por la borda.

Traducción del alemán: Belén Couceiro

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