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Por qué el voto por correo no es una solución fácil

Posting voting papers
Una persona deposita su sobre de voto en un casillero de la Administración comunal de Lausana en 2019. Keystone

En este período de pandemia, cada vez más ciudadanos están considerando votar por correspondencia para evitar cualquier riesgo de contagio por coronavirus. Las experiencias en Suiza, Estados Unidos y Polonia demuestran que este tipo de votación es segura, pero se necesita tiempo para instrumentarla correctamente.

Como ciudadano noruego participante en una votación popular, usted solo necesita una hoja de papel, tres sobres y un sello postal.

En el papel usted escribirá el partido y candidato de su elección, o se decantará por un “sí” o por un “no” si se trata de un referéndum. Después, debe introducir dicho papel el primer sobre, que en la parte frontal solo llevará escrita la palabra “voto”.

Este sobre irá dentro del segundo, que llevará rotulada toda su información personal (nombre, fecha de nacimiento y dirección). Posteriormente, este segundo sobre estará resguardado por el tercero, donde usted colocará como destinataria a la a la comisión electoral de su comuna de origen. Lo único que resta es acudir a una oficina o buzón postal y ya está.


Posiblemente, el sistema de votación por correspondencia de Noruega sea uno de los más liberales del mundo, pero hay muchos más. Más de 50 países poseen lineamientos para el voto por correo en lecciones o votaciones diversas. Una posibilidad que se ofrecía a la gente desde antes de la pandemia de coronavirus, pero ahora luce inevitable para poder organizar una votación sin riesgos sanitarios.
 

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“Casi 70 estados han tenido que posponer sus votaciones populares debido al coronavirus”, dijo Nana Kalandaze de IDEAEnlace externo, agencia intergubernamental dedicada al apoyo de la democracia vía el monitoreo de elecciones y votaciones en el mundo.

Las autoridades han justificado estos aplazamientos destacando la importancia de garantizar la seguridad de los votantes durante la emisión de sufragios, pero también han aceptado su incapacidad para organizar una campaña o debates públicos. Unos 50 países han mantenido sus votaciones a pesar de la pandemia, a menudo gracias a los sistemas de voto por correspondencia, algunos de ellos organizados en el último minuto.

“Algunos países intentan ahora introducir formas de foto por correspondencia rápidamente, pero son procesos que están llenos de obstáculos y dificultades”, dice Nana Kalandaze.

EE.UU.: ataques presidenciales

Según ERICEnlace externo, una organización no gubernamental dedicada a la supervisión de elecciones, la tasa de posibles fraudes en las votaciones estadounidenses (como votar dos veces o recibir un sufragio en nombre de una persona fallecida) es de 0,0025%, es decir, de 376 votos en un universo de 14,6 millones cuando emiten a través del sistema postal.

Sin embargo, la pandemia y la cercanía de las elecciones presidenciales, programadas para noviembre han provocado un acalorado debate sobre la votación por correo, que es ferozmente impugnada por el presidente Donald Trump y por una parte del Partido Republicano, actualmente en el poder.

Donald Trump, por ejemplo, escribió en la red social Twitter en julio: “Las elecciones del 2020 estarán totalmente amañadas si se permite el voto por correo y todo el mundo lo sabe”. Éste es uno de los más de setenta ataques del actual inquilino de la Casa Blanca a la votación remota que han sido documentados desde marzo.

Sin embargo, la cruzada contra el voto por correspondencia de Donald Trump “está complicando los esfuerzos de participación de los propios republicanos en muchos estados clave como Pennsylvania, Ohio e Iowa”, afirma Amy Gardner, reportera política del Washington Post. Lo anterior debido a que hay muchos electores mayores que apoyan al Partido Republicano que encabeza Trump, pero que serán reacios a acudir a los centros de votación por temor al coronavirus.

Joe Matthews, observador y defensor de la democracia basado en Los Ángeles, sostiene que al cuestionar el voto por correo “el presidente quiere sabotear todo el proceso electoral preparar el terreno para luego decir que si él pierde en noviembre fue porque la elección era amañada”.

Polonia: un intento de último minuto

Actualmente, el voto por correspondencia también es un tema muy debatido en Polonia luego de la reciente elaboración de reglas para la realización de votaciones a distancia. Cuando la pandemia azotó a este país en abril, el gobierno estaba ansioso por conseguir la reelección del presidente Andrzej Duda, candidato del populista partido gobernante Ley y Justicia. La elección, prevista para el 10 de mayo, se mantuvo en pie. Pero el confinamiento hizo imposible el voto físico de los ciudadanos. El gobierno intentó entonces acelerar la puesta en marcha de una nueva ley para autorizar el voto postal.

“En general, todo se hizo mal”, dice Magdalena Musiał-Karg, profesora de ciencias políticas en la Universidad Polaca Adam Mickiewicz. Ansioso por lograr la victoria en una elección controvertida, el gobierno trató de eludir a la comisión electoral nacional introduciendo el voto por correo,  agrega.

Pero una reforma de esta naturaleza está prohibida por la legislación europea cuando un país está en medio de un proceso electoral, que era el caso polaco. Además, el servicio postal de este país aún tenía que entregar previamente todo el material necesario para la votación a miles de ciudadanos. Por todo ello, la votación del 10 de mayo se pospuso en el último minuto  tras una intervención de la comisión electoral nacional. Finalmente, se llevó a cabo en dos rondas (junio y julio) y una estrecha victoria favoreció la reelección de Andrzej Duda frente al alcalde de Varsovia, Rafał Trzaskowski.

Magdalena Musiał-Karg y una colega publicaron recientemente un análisisEnlace externo de este intento del partido gobernante polaco por acelerar la puesta en marcha del voto por correo, en el que afirman que “a Suiza le tomó 30 años probar y desarrollar su sistema de voto por correspondencia y Polonia pretendía lograrlo en dos meses”.

Instrumentación reciente en Suiza

Suiza es el país del mundo que más utiliza el voto por correo, ya que los ciudadanos son llamados a las urnas varias veces al año para votar asuntos diversos. Sin embargo, esta herramienta de participación a distancia es mucho más reciente que en países como Estados Unidos, ya que en Suiza solo inició luego de introducir el sufragio femenino durante la década de 1970.

“Al principio, solo los enfermos tenían derecho al voto por correo”, recuerda Hans-Urs Wili, quien durante varias décadas fuera director de derechos políticos de la Cancillería FederalEnlace externo. En la década de 1990, una iniciativa parlamentaria de la demócrata cristiana (centro) Eva Segmüller y del radical René Rhinow (centro derecha) abrió la posibilidad a procesos electorales más liberalizados. Hoy, las estadísticasEnlace externo de Swiss Post muestran que más del 80% de las papeletas electorales y los votos se envían por correspondencia.

Durante su periodo al frente del gobierno suizo, el fundador de la conservadora Unión Democrática del Centro (UDC), Christoph Blocher, expresó repetidamente a la Cancillería que el voto por correo estaba “radicalmente amañado”. En 2006, ordenó al gobierno enviar una circularEnlace externo a todos los cantones pidiéndoles que emplearan determinadas medidas cautelares. Concretamente, todos los sobres de votación debían llevar la siguiente advertencia: “Quien no quiera ejercer su derecho al voto debe romper su tarjeta de legitimación antes de tirarla”.

Andrea Ornelas

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