Posponen decisión sobre entrega de bin Laden
Mientras que el presidente George W. Bush prosiguió este miércoles su búsqueda de apoyo internacional contra los responsables de los atentados del martes negro, centenares de clérigos musulmanes pospusieron su respuesta a la exigencia internacional de entregar a Osama bin Laden. El ex gobierno afgano, a su vez, lanzó un "no disparen contra la población civil".
Representantes de la Iglesia musulmana, reunidos en Kabul, decidieron aplazar hasta el jueves (20.09) su decisión de entregar al millonario saudita o de respaldar al gobierno talibán en su llamado a una 'guerra santa' (yihad) ante eventuales ataques por parte de Estados Unidos.
Por otra parte, en Washington, el proyecto de 'guerra' estadounidense en contra del terrorismo focalizó las discusiones de este miércoles entre el jefe de la Casa Blanca y sus tres visitantes especiales: el presidente Jacques Chirac, el jefe de la diplomacia rusa, Igor Ivanov y el ministro germano, Joschka Fischer.
Jacques Chirac fue el primer jefe de un Estado extranjero en visitar al presidente estadounidense, George Bush, luego de los atentados que conmocionaron a la Unión Americana.
Bush insistió ante Chirac en que la proyectada ofensiva "de un nuevo tipo" necesitará del "esfuerzo internacional". El presidente francés aseguró la "determinación sin reserva" de Francia para luchar con toda eficacia en contra del nuevo tipo de mal absoluto que es el terrorismo.
Chirac declaró que una operación como la que planea EE UU es concebible, pero requiere una concertación previa, entre los participantes, sobre los objetivos y las modalidades de la operación. "Francia se reserva el derecho soberano de apreciar las modalidades y la naturaleza de esta intervención militar eventual", puntualizó.
"No disparen contra civiles"
En Ginebra, el representante del ex gobierno afgano ante las Naciones Unidas, Humayun Tandar, destacó su apoyo a los Estados Unidos en el caso de una ofensiva contra el terrorismo. Empero, el diplomático manifestó su temor de que la población pueda salir nuevamente lastimada ante un ataque semejante.
En entrevista con swissinfo el diplomático subrayó el hecho de que ni Osama, ni ninguno de los 19 aeropiratas identificados tras los ataques a Estados Unidos son de nacionalidad afgana y aludió a las atrocidades sufridas por su pueblo:
"Ya no queda nada por destruir en Afganistán. Lo único que queda son los afganos que han tenido que soportar años de guerra, de ocupación extranjera, extremismo y terrorismo. Ellos no tendrían que sufrir un ataque estadounidense", subrayó.
Demanda de la ONU
Por su parte y desde su sede principal en Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU exigió que los talibán apliquen lo más pronto posible una resolución de la organización que solicita la entrega de bin Laden y el cierre de los campos de entrenamiento terroristas en su territorio. Una resolución adoptada desde diciembre de 2000.
Entre tanto la Casa Blanca mantiene su amenaza de intervención militar contra el régimen afgano de los talibán para obtener a bin Laden, principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre y protegido por este grupo fundamentalista.
En Kabul, los talibán declaran que las exigencias de extradición de Osama bin Laden tienen por objetivo terminar con su régimen y mantienen su reclamo de pruebas sobre la autoría de bin Laden en los atentados a EE UU. Una decisión al respecto sería dada a conocer este jueves.
Incertidumbre en Afganistán y Pakistán
Mientras en el territorio afgano se escuchan repetidas voces de inmediata respuesta a un ataque estadounidense a través de la llamada Guerra Santa (Yihad), en el vecino Pakistán la situación se complica.
El gobierno paquistaní decidió apoyar a Estados Unidos en tanto que las autoridades religiosas de ese país también llamaron a la Yihad contra la Unión Americana, en el caso de ataque al vecino Afganistán. La mayoría de las embajadas occidentales en Pakistán han reaccionado ante la amenaza, solicitando a sus nacionales que salgan del país, pero advirtiendo que no se trata de operación de evacuación alguna.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advierte que en la región se vive un clima de mucha tensión. En Afganistán se encuentran mil empleados afganos del Comité mientras que el personal expatriado permanece desde hace tres días en Peshawar e Islamabad, en territorio pakistaní.
Macarena Aguilar, portavoz del CICR en su sede en Ginebra, explicó a swissinfo que, de acuerdo con las informaciones proporcionadas por sus compañeros desde Afganistán y Pakistán, la tensión crece y el miedo se hace notar por la población local.
"El CICR quiere regresar a Afganistán" declaró Aguilar advirtiendo que en caso de ataque, la organización querrá socorrer a las víctimas y proteger a la población civil.
Patricia Islas Züttel

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