Primera votación por Internet en Europa
La primicia tuvo lugar el pasado fin de semana en el municipio ginebrino de Carouge y constituyó una prueba exitosa.
Los ciudadanos se pronunciaron en favor de la compra de un viejo cine de barrio, pero más allá de la experiencia quedan aún algunos interrogantes acerca del ‘e-voting’.
Los organizadores sacan una conclusión bastante favorable porque el sistema ensayado permitió al cantón de Ginebra ahorrar 1.000 francos y se ganó tiempo en el conteo de los 1.054 “cybervotos” emitidos desde un ordenador: El recuento demandó apenas 3 minutos y 23 segundos.
Es pues la primera votación realizada a través de la Red y, en esa condición, está sujeta a varios análisis y opiniones de entendidos y profanos en la materia.
Hay quienes ponderan la rapidez y la comodidad mientras que otros temen la exagerada ‘virtualización’ de los comicios y las consultas.
Relaciones comunitarias
Carouge es un suburbio ubicado al suroeste de la ciudad de Ginebra que cuenta con 9.000 votantes registrados oficialmente, aunque su población total llega a las 19.000 almas.
Los electores aprobaron en las urnas (virtuales y físicas) el desembolso de 1.700.000 francos para adquirir una sala cinematográfica considerada patrimonio cultural.
Con el 56% de los votantes que dieron su acuerdo, el cine podrá ser adquirido por la municipalidad; y las relaciones sociales tradicionales, conservadas.
Intervención de internet
Lo que es innovador para las autoridades y los estudiosos del comportamiento colectivo es que por primera vez, en Europa, se usó el voto por internet como un medio alternativo para facilitar la participación del ciudadano en las consultas.
Además de los sistemas tradicionales, como el voto por correspondencia, o el desplazamiento hasta la oficina de voto más cercana al domicilio del votante, los habitantes de Carouge pudieron dar su opinión a través de la red de redes, desde la comodidad de su casa o desde el primer café internet que encontraron.
Se trata de un experimento pionero en Suiza y en todo el Viejo Continente, que fue operado por el servicio de votación y elecciones del cantón de Ginebra, a cargo de Patrick Afcheri.
“Consideramos que la votación fue todo un éxito. Además de que los habitantes conservarán su cine tradicional, nosotros pudimos comprobar que es posible usar internet para efectuar una votación”, dijo Afcheri a swissinfo.
El funcionario cantonal informó que un votante sobre cuatro recurrió a este tipo de voto, lo que representó un 25% del total de los votantes (9,000).
Las autoridades no registraron incidentes tales como ataques informáticos o anomalías de otro tipo.
“En materia de seguridad tampoco. Los partidos políticos se responsabilizaron de garantizar el carácter secreto del voto mediante controles técnicos y de procedimiento. De manera que todo el proceso se desarrolló impecablemente”, añadió Afcheri.
Advertencia contra la virtualización exagerada
Consultado por swissinfo sobre la introducción del voto por internet, el sociólogo ginebrino, Claudio Bolzman, saludó esta forma de participación de los ciudadanos.
Pero advirtió que los mecanismos de emisión del voto, en elecciones o en referendos, no se deben limitar al uso de Internet.
“Es decir, el uso de Internet está bien como alternativa. Pero que no sea la única. Las autoridades deben mantener las oficinas de voto abiertas a los ciudadanos y seguir permitiendo el voto por correspondencia”, afirmó Bolzman, quien añadió que el uso exclusivo de la red en los casos de votación puede traer consecuencias no deseadas.
“Sí. Se corre el peligro de que el ciudadano pase a ser un fenómeno virtual, que hace todo a distancia sin conocer siquiera a sus representantes políticos, ni a los otros ciudadanos. No podemos permitir que esa tendencia se imponga”, dijo el también catedrático de la Universidad de Ginebra.
Tendencia que ya ha sido descartada por las autoridades responsables de estas operaciones. El propio Patrick Afcheri concede que no debe privarse al ciudadano de las diferentes maneras de ejercer el derecho de voto.
“En una votación siempre hay riesgos. Por ejemplo, que el correo pueda tener una huelga; que la correspondencia se pierda. O que el votante sufra un apagón en su casa o una caída en su computadora. Por eso creemos que las urnas deben seguir abiertas para recibir esos votos que, tal vez, no pudieron llegar por otros medios”, explicó Afcheri.
Con esta experiencia de Carouge en su favor, las autoridades cantonales piensan que esta forma de emitir el voto podría ser, algún día, puesto a disposición de los más de 600.000 suizos que viven en el extranjero.
En cualquier caso, una decisión de tal magnitud es competencia del Consejo Federal (gobierno).
swissinfo, Luis Vázquez, Ginebra
Un votante sobre 4 usó Internet.
56% de los electores dijeron sí a la compra del único cine de la comuna.
Votar por Internet permitió a la comuna el ahorro de 1.000 francos por gastos de correo.
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