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Nuevo comienzo en Nigeria, con ayuda de Suiza

Reuters

Miles de solicitantes de asilo han venido de Nigeria a Suiza en la última década, a menudo echándose a los hombros las esperanzas de toda su familia. Cuando llegan se les propone dar media vuelta, volver a casa con 7.000 dólares para emprender una nueva vida. ¿Pero qué hay detrás de ese trato a primera vista generoso?

“La mayoría de los que vuelven (a casa) se sienten fracasados, porque no son los grandes empresarios exitosos y con mucho dinero quienes retornan”, señala Katharina Schnörring, de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que coopera con Suiza en la aplicación de programas para el retorno de migrantes irregulares, más conocidos bajo la apelación de “retorno voluntario asistido y reintegración” o AVRR por su sigla en inglés.

La opción de retorno a Nigeria otorga a quien elige ese camino una cantidad máxima de 1.000 dólares, en efectivo, al dejar Suiza, y otros 6.000 dólares para iniciar una empresa o mejorar su situación. La idea detrás de ese programa es dar a los nigerianos otras opciones, fuera de la del retorno obligado en un vuelo custodiado que se denomina “repatriación forzosa”.

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Nigeriano, homosexual, atrapado entre políticas de asilo

Este contenido fue publicado en Tras la negativa a su solicitud de asilo pasó a la clandestinidad, cayó en prisión y ahora está en espera de saber si será obligado a volver a Nigeria. En la actualidad, el hombre sentado al otro lado del vidrio parece cansado pero alerta, ansioso de hablar con alguien –con quien sea-, y enterarse de…

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 “Se trata de un retorno digno que por lo menos te permite volver con algo y construir una nueva vida”, precisa Schnörring. Según la Oficina Federal de Migración, 90% de los ciudadanos nigerianos que debían volver a su país en el 2012 lo hicieron independientemente. Y en 2013, un total de 544 solicitantes de asilo nigerianos optaron por irse a casa con el programa de retorno voluntario.

El programa AVRR para Nigeria ha conseguido que los migrantes retornados empiecen proyectos pequeños como peluquerías y tiendas de cosméticos o de repuestos y electrónica. Muchas -aunque no todas-, se han convertido en empresas rentables. Los retos de la vida cotidiana en Nigeria, -desde la inestabilidad política, pasando por el alto costo de la vida hasta el tener que pagar por adelantado varios años de alquileres caros-, dificultan el despegue de una empresa y obligan a estirar los fondos hasta el máximo posible.

Tanto Schnörring como Karl Lorenz, jefe de la División para terceros países y países de origen en la oficina de migración, argumentan que el éxito del programa AVRR para Nigeria tiene muy poco que ver con el dinero – otros 26 estados de la UE y Noruega gestionan programas de retorno voluntario para solicitantes de asilo con montos diferentes-, y Suiza ha aplicado programas similares para otros países como Irak y Kosovo con esquemas de financiación distintos.

Lo que diferencia el trabajo de Suiza con Nigeria es la cooperación amplia (partenariado) de los dos países en materia de migración, y el programa de retorno es apenas una pequeña parte en ese contexto. Esa asociación permite que altas autoridades de los gobiernos de Nigeria y Suiza se reúnan periódicamente para abordar asuntos vitales de ambas naciones.

“Me parece que lo singular es el enfoque holístico de Suiza (con Nigeria) para reunirse, conversar y hacer que el programa (AVRR) esté inserto en el enfoque global de asociación que tiene Suiza sobre migración y no como algo aislado”, precisa Schnörring.

“Esa conducta es algo que en nuestras conversaciones con otros países europeos citamos siempre como la mejor práctica”.

La necesidad de una actitud colaboradora surge cuando las relaciones entre Nigeria y Suiza se ponen tensas después de la muerte de un solicitante de asilo, poco antes de abordar un vuelo de repatriación en el aeropuerto de Zúrich. La normalización de relaciones fue un paso importante para conseguir que Nigeria aceptara el retorno de migrantes irregulares a su país.

“Con la aceptación del gobierno nigeriano ha mejorado nuestra política de retorno”, explica Lorenz a swissinfo.ch. “Ellos entienden que promovemos el retorno voluntario de manera constante y, por ende, les es más fácil aceptar el retorno forzoso, porque comprenden que hay una opción seria y creíble. Hay una alternativa. La gente puede elegir”.

Iniciada en el 2011, la amplia asociación entre los gobiernos de Suiza y Nigeria consta de muchos elementos, incluyendo:

       

Un proyecto de expatriados nigerianos en Suiza para enseñar a los jóvenes en Nigeria.

       

Un proyecto piloto de cooperación policial en el que muchos policías nigerianos visitaron Suiza para realzar la cooperación operativa con autoridades cantonales escogidas en la lucha contra el narcotráfico.

         

El aumento de la capacitación por parte de las autoridades nigerianos de inmigración y el apoyo de Nigeria en la aplicación de la política de protección a los desplazados internos.

         

Un grupo de trabajo para examinar todo lo concerniente a la migración irregular.

         

Un plan de acción conjunto sobre asilo y retorno, incluyendo el programa de retorno voluntario asistido. Los casos de solicitantes al asilo nigerianos son procesados con un nuevo sistema de trámite rápido (fast-track).

Presentar opciones

La alternativa es comunicada al postulante al asilo poco después de su llegada a los centros suizos de recepción. Se hace en una sesión completamente separada del proceso que sigue la evaluación de su caso. Aunque muy rara vez la quieren escuchar.

O.*, un solicitante de asilo que huyó de Nigeria tras ser perseguido por su homosexualidad, dice que a él y a otros que llegaron con él se les dijo que tenían “muy, muy pocas” posibilidades de obtener el asilo y le hablaron del programa de asistencia voluntaria al cual podrían acogerse. Pero esa alternativa no le parece nada positiva.

“Ellos ya te fallan desde antes de la entrevista”, declara a swissinfo.ch. O. No quiere beneficiarse del programa porque, afirma, “tengo dinero, no he venido por dinero. Huí por mi vida”.

O. escapó tras enterarse de que no se le concedía asilo; por temor a nuevas represalias en Nigeria. Actualmente está en prisión, en espera de su deportación. (En columna de la derecha: Nigeriano, homosexual, atrapado entre políticas de asilo).

Apoyo en el terreno

En realidad, señala Schnörring, el programa AVRR es raras veces atractivo para los solicitantes de asilo que hicieron todo a su alcance para llegar a Europa.

“Ni 7.000 dólares les parece suficiente; ellos invierten mucho más (en su viaje), y muchos arriesgan la vida”, precisa al tiempo de añadir que hay una carga adicional para los nigerianos, porque sus familias –“más que en otros países”-, esperan de ellos el pago de las deudas adquiridas para ir a Europa.

Las realidades cotidianas en el país africano más extenso van desde amenazas terroristas a violencia sectaria, persecución y pobreza extrema en muchos de sus pueblos y en ciudades de crecimiento desordenado como Abuja y Lagos. Boko Haram, un grupo terrorista aliado con Al Qaeda, ocupó recientemente los titulares en el mundo tras haber secuestrado a centenares de adolescentes para tenerlas de mujeres y venderlas como esclavas. Y el 20 de mayo, los terroristas mataron a más de 100 personas con dos bombas en la céntrica ciudad nigeriana de Jos.

Para obtener el asilo en Suiza, los nigerianos, como todos los solicitantes de asilo, deben demostrar que huyeron al ser perseguidos por razones de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social particular u opinión política. Las solicitadas de asilo de 413 nigerianos fueron examinadas en Suiza en el 2013; menos, con respecto a los 892 en el 2012. A 96 de los casos procesados en el 2013 se les concedió asilo provisional.

Aunque sabe que para los solicitantes de asilo es difícil cambiar de mentalidad y renunciar a sus sueños de vivir en Suiza por las realidades del retorno a su país, Lorenz piensa que contar con el apoyo adecuado en el terreno es la clave para que quienes eligieron el programa vean que es eficaz. Recuerda, a propósito, el fracaso de un esquema de retorno similar para la región del Cuerno de África cuyo monto de asistencia a cada migrante retornado era casi tres veces mayor, porque entonces no había la posibilidad de repatriación forzosa ni se contaba con el apoyo de gobiernos africanos. Por lo tanto, era obvia la permanencia en Suiza.

“Solamente tres de cada seis personas aprovecharon ese programa”, remarca Lorenz. “El dinero en sí no es entonces la parte más importante. En un ambiente sin la posibilidad de retornos forzosos, falta de apoyo en el terreno y sin contactos con el Gobierno no puedes conseguir retornos. Para que eso funcione hay que contar con otras condiciones.

Y esas condiciones han aumentado con las asociaciones (partenariados) de la migración, algo que el colega de Lorenz, Christopher Middleton, denomina “extraordinario”, especialmente porque existe recién desde el 2011. Desde que el gobierno nigeriano comprendió y aceptó la posición de Suiza sobre retorno voluntario y reintegración, ha sido más sencillo abordar otros aspectos de las relaciones entre los países, entre ellos los problemas del narcotráfico que en el marco del intercambio permitió a un grupo de policías nigerianos trabajar temporalmente en Suiza.

“Creo que otros países están muy interesados en ver lo que Suiza ha hecho con Nigeria en términos de identificación de instrumentos para cooperar y mantener discusiones abiertas”, dice Middleton. “Esas conversaciones al más alto nivel permiten a quienes toman las decisiones hacer las modificaciones verdaderamente necesarias”.

Lorenz advierte que la comunidad internacional es cada vez más consciente de que las asociaciones (partenariados) de Suiza con los llamados “países de origen de los solicitantes de asilo”, como Nigeria, son eficaces.

“Los países de origen tienen intereses y cuando se trata de la inmigración se ven a veces en situación difícil, sea debido a conflictos regionales o al desarrollo demográfico. Por lo tanto, no es un asunto unilateral. Sólo puede ser eficaz con la confianza y la cooperación”.


*Nombre no revelado

Traducción del inglés, Juan Espinoza

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