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Insurgentes de Irak capturan yacimientos crudo, atacan base aérea de EEUU

Por Raheem Salman

BAGDAD (Reuters) – Rebeldes suníes atacaron el miércoles una de las mayores bases aéreas de Irak y tomaron control de varios campos petroleros pequeños, mientras llegaban al país los primeros equipos estadounidenses para ayudar al Gobierno iraquí en su lucha contra el avance de la insurgencia.

El primer ministro de Irak, Nuri al-Maliki, que está luchando por mantenerse en su puesto en momentos en que aumenta la presión internacional para que genere un Gobierno más inclusivo, dijo que respaldaba el inicio del proceso de formación de un nuevo Gobierno dentro de una semana.

En el norte de Irak, extremistas suníes extendieron su avance de las últimas dos semanas, que está liderado por el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL) pero que también incluye a otros grupos suníes que se oponen a Maliki.

Los rebeldes culpan a Maliki de marginar a su secta durante los ocho años que lleva en el poder. El enfrentamiento amenaza con dividir al país apenas dos años y medio después del fin de la ocupación estadounidense.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, presionó a las autoridades iraquíes durante una visita este fin de semana para que formen un Gobierno “inclusivo” e instó a los líderes de la región autónoma kurda a sumarse a Bagdad en la lucha contra la insurgencia.

Está previsto que en una semana se lleve a cabo una sesión parlamentaria que iniciará el proceso de creación de un nuevo Gobierno a partir de los resultados de las elecciones de abril.

“Asistiremos a la primera sesión del Parlamento”, dijo Maliki por la televisión estatal, y añadió que su compromiso se basaba en la “lealtad a nuestro pueblo” y el respeto a un pedido del clero chií de Irak.

El gran ayatolá Ali al-Sistani, el clérigo más respetado entre la mayoría chií de Irak, hizo un llamamiento el viernes para que comience el proceso de formación de un nuevo Gobierno.

VIOLENCIA Y CRISIS POR DESPLAZADOS

Los enfrentamientos han impactado localidades y ciudades enteras en el norte y el oeste de Irak, arrebatándole el control al Gobierno central. La mayor ciudad del norte del país, Mosul, cayó en manos de los insurgentes suníes el 10 de junio.

Dos días más tarde, fuerzas kurdas avanzaron hacia Kirkuk, donde la violencia se incrementó el viernes cuando un atacante suicida se inmoló a la entrada de un atestado mercado, causando la muerte de seis personas y dejando 23 heridos, dijeron la policía y funcionarios médicos.

Según Naciones Unidas, más de 1.000 personas, principalmente civiles, han muerto durante el reciente avance de insurgentes suníes en Irak liderado por ISIL, que es un desprendimiento de Al Qaeda.

La cifra de la ONU incluye a soldados del Gobierno que murieron en emboscadas y fueron enterrados en fosas comunes por los insurgentes, además de numerosos incidentes reportados en los cuales los prisioneros fueron asesinados en sus celdas por fuerzas de Bagdad al momento de su retirada.

Además de la violencia extrema, cerca de 1 millón de personas han sido desplazadas en Irak este año. Amin Awad, director de la oficina de Oriente Medio y el Norte de Africa de la agencia de refugiados de la ONU, describió el miércoles a Irak como “la tierra de los desplazados”.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció hasta 300 asesores a Irak, de los cuales unos 130 ya fueron enviados. Los asesores podrán recabar información sobre los blancos para futuros ataques aéreos, aunque no se ha tomado decisión de que los estadounidenses empiecen a participar en estas ofensivas.

El secretario de prensa del Pentágono dijo el martes por la noche que se había enviado un grupo inicial para establecer un centro de operaciones, que incluye a analistas de inteligencia, expertos en logística y fuerzas especiales.

Otros 50 militares estadounidenses que trabajan en la región arribarían en los próximos días para crear cuatro equipos de evaluación adicionales, añadió.

La televisión estatal iraquí informó que los asesores que arribaron desde el Pentágono se reunieron con el comandante en Bagdad y acordaron poner en marcha un comando de operaciones conjunto.

El miércoles, extremistas tomaron control de la planta petrolera Ajeel, ubicada 30 kilómetros al este de Tikrit, en la que funcionan al menos tres pequeños campos de crudo que producen 28.000 barriles por día, dijo un ingeniero que trabaja en la instalación.

Ajeel está conectada con dos oleoductos, uno que va hasta el puerto turco de Ceyhan y otro que se une con la refinería de Baiji, que seguía siendo un frente de batalla el miércoles por la mañana.

Rebeldes combatían a las fuerzas iraquíes en la localidad de Yathrib, 90 kilómetros al norte de Bagdad, en las primeras horas del miércoles, dijeron testigos y un funcionario local, que afirmaron que cuatro insurgentes murieron en la batalla.

La insurgencia rodeó una base aérea cercana, conocida como “Campo Anaconda” durante la ocupación estadounidense, y la atacaron con morteros.

(Reporte adicional de David Alexander en Washington; Escrito por Alexander Dziadosz; Editado en español por Ana Laura Mitidieri y Marion Giraldo)

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