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Rigamonti: el destino de una gran campeona

El objetivo de Flavia es volver de los Juegos de Pekín con una medalla. Ti-Press

Con un palmarés que da envidia a cualquier deportista de alto nivel, Flavia Rigamonti es sin duda la perla más preciosa de la natación suiza y una de las cartas de éxito en los Juegos Olímpicos de Pekín.

“Es mi tercera Olimpiada, pero cada vez es como si fuera la primera”, decía la nadadora tesinesa. “Mi objetivo es subir al podio en 800 metros estilo libre”. Pero no fue posible…

Flavia nació en Breganzona, en 1981, y comenzó a nadar recién a los 10 años. Aquella pasión casual fue ciertamente facilitada por su físico excelente y una estatura que hoy supera el metro ochenta.

En realidad empezó su carrera deportiva vistiendo traje de bailarina con mucho de ‘tutú’ y algo de amazona en un caballo, experiencia singular de una jovencita predestinada para el agua.

Es allí donde exhibe elegancia, fuerza en cada brazada y el placer de demoler distancias que la han llevado a mantener un ritmo de entrenamiento fuera de lo común.

A los 16 años entrenaba a partir de las seis de la mañana para no descuidar sus estudios en el liceo. En la noche volvía a la piscina y luego a casa a retomar las lecciones escolares.

“Siempre ha sido una muchacha ambiciosa, con 200 por ciento de empeño para lograr sus metas”, relata su entrenador histórico Christophe Pellandini. “Se sabía poseedora de una calidad superior a las de sus coetáneas y de poder surgir en este deporte”.

“A veces era ella quien me alentaba”, dice sonriendo. “Si no estaba a tiempo en la pileta me reprochaba y me tenía en la piscina hasta tarde, hasta completar lo planificado”.

Una atleta en la ‘cresta de la ola’

La metrópoli estadounidense de Dallas se ha convertido desde hace algunos años en su segundo hogar. En Texas ha obtenido las licenciaturas en Publicidad y Finanzas y una maestría en Contabilidad. Sin desatender sus estudios, la nadadora tesinesa siguió entrenando bajo el control de Steve Collins y acumulando medallas.

El año pasado coronó una serie de éxitos estableciendo en el Mundial de Melbourne un récord europeo para los 1.500 metros estilo libre, con un tiempo de 15’55″38 equivalente a la quinta mejor marca hasta ahora. Flavia es la primera nadadora europea que supera la barrera mítica de los 16 minutos. El tiempo anterior de 16’00″18 data de julio de 2003 y pertenece a la alemana Hannah Stockbauer.

Flavia es una atleta que resurge con decisión tras un paréntesis negativo abierto en 2003 con la caída de bicicleta y la fractura de un brazo. Después de ese incidente no pudo entrenar varios meses y estuvo a punto de no asistir a la cita de 800 metros en la Olimpiada de Atenas 2004, donde pronto quedó fuera de escena.

“Antes hay que volver al máximo nivel, y podré hacerlo porque creo haber aprendido mucho de mis errores” declaró al día siguiente de aquella derrota. Y ha cumplido la promesa si vemos los excelentes resultados de la última temporada.

Las Olimpiadas, un reto asumido

En Pekín, Flavia compitió con rivales más jóvenes, más intrépidas, cuya evolución es, por tanto, impredecible. “Las atletas emergentes son como una manada de lobatos dispuestos a atacar”, reflexiona Christophe Pellandini. “A los 18 años, es fácil nadar kilómetros y mejorar su propio tiempo. Lo es un poco menos a los 26 años”.

“Los pequeños detalles marcan la diferencia en este nivel, porque cada atleta es una fuera de clase”. Su carta de triunfo, según el ex entrenador, es sin duda la experiencia, un valor añadido cuando la adrenalina llega a mil.

Terca y ambiciosa, Flavia no teme la competición. “Hay quienes la evitan, pero a ella la exalta. En las Olimpiadas de Sidney eran unas 50.000 personas, pero no se sintió atemorizada; el público le daba el impulso necesario para luchar a fondo”, recuerda Pellandini.

Una carga de adrenalina que la joven tesinesa llevó a Pekín en busca de la ola perfecta, de la carrera que le permitiera inscribir su nombre en el libro de oro de la natación mundial, un sueño que al final no llegó a convertirse en realidad.

Swissinfo, Stefania Summermatter
(Traducción: Juan Espinoza)

Flavia Rigamonti nació en Breganzona (cantón Tesino) en 1981.

A la edad de 10 años se acerca por primera vez a la natación, y en 1997 logra su primer triunfo significativo: campeona europea juvenil.

Durante su carrera deportiva ha obtenido numerosas medallas prestigiosas en las pruebas de 800 y 1.500 metros estilo libre.

Consiguió, además, preseas de oro en el campeonato europeo de Helsinki (2000) en 800 metros, y en Eindhoven (2008) en la distancia de 1.500 metros; medallas de plata en los mundiales de Fukuoka (2001), Montreal (2005) y Melbourne (2007) en la especialidad de 1.500 metros.

En el presente año participó en Australia, donde logró un crono de 15’55″3, equivalente a una nueva marca europea en los 1.500 metros. El récord mundial en esta disciplina fue establecido en 2007 por la estadounidense Kate Ziegler, con 15’42″54.

En las Olimpiadas de Pekín, Flavia está clasificada para las pruebas de 400 y 800 metros estilo libre. La de 1.500 metros no forma parte de las disciplinas olímpicas.

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