Salvini recibe a un grupo de inmigrantes como gesto de “generosidad” de Italia
El ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, conocido por su política de mano dura contra la migración, recibió este miércoles en Roma a un grupo de africanos evacuados de Libia, como gesto de “generosidad”, mientras cientos de inmigrantes ilegales denunciaban las condiciones “inhumanas” en las que viven en la capital italiana.
“Somos un país acogedor, generoso y solidario, que me ha encomendado la tarea de fijar algunas reglas que garanticen orden y tranquilidad frente a un fenómeno que se nos salió de las manos desde hace años”, aseguró Salvini al recibir a los migrantes en la pista del aeropuerto militar de Pratica di Mare, cerca de Roma.
El ministro, que ha aumentado su popularidad con su política contra los inmigrantes, quiso dar un mensaje menos agresivo y xenófobo con respecto al lanzado durante los primeros cinco meses al poder.
“La única manera de que entren estas mujeres y niños a Italia es en avión, no en las lanchas que son manejados por criminales que a cambio de traficar con seres humanos compran armas”, aseguró.
Salvini dio la bienvenida personalmente a los 51 refugiados y solicitantes de asilo, en su mayoría familias o mujeres solteras con hijos, casi todos provienen del Cuerno de África (Etiopía, Eritrea, Somalia) y Sudán.
El grupo forma parte de los 2.300 migrantes trasladados en diciembre por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) de Libia a Níger.
“Se convertirán en pequeños italianos”, comentó Salvini al hablar de los programas para la integración que recibirán.
– Temor por los desalojos –
El gesto del líder de la ultraderecha choca con la controvertida ley sobre la seguridad y la migración que el parlamento está por ratificar y que endurece las medidas contra la inmigración.
La ley, impulsada por el ministro Salvini, recorta el acceso a los permisos de residencia por razones humanitarias, que son cerca del 25% de las solicitudes y autoriza los desalojos de edificios ocupados en general por inmigrantes ilegales.
Mientras el ministro recibía al grupo de refugiados africanos, cientos de inmigrantes, la mayoría también africanos, organizaron una cruel protesta al invitar a los medios de comunicación a recorrer la fábrica abandonada en las afueras de Roma donde residen.
El enorme complejo, lleno de basura y de productos químicos vencidos, con construcciones de asbesto y gatos y ratas que rondan, tiene una sola fuente de agua y un generador.
Unas 500 personas viven en ese lugar, entre ellos numerosos migrantes que han solicitado asilo y que mientras esperan una respuesta, que dura hasta dos años, no pueden trabajar.
“Lanzamos un grito de ayuda, somos seres humanos, no marcianos”, clamó John, el joven portavoz senegalés.
“Esta es una guerra contra los pobres”, denunciaron las asociaciones de voluntarios, alarmadas por las nuevas disposiciones.
El martes, alrededor de un centenar de migrantes quedaron sin ningún tipo de techo después de que la policía desalojara un campamento para los migrantes en tránsito, el Baobab Experience, gestionado por voluntarios.
Mientras Salvini promete que desmantelará otros 30 campamentos de la capital, Amnistía Internacional manifestaba su preocupación por las cientos de personas, entre ellos jóvenes y menores de edad, que quedarán “sin un refugio, ni asistencia ni protección”.
