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Un pueblo que crece a ritmo de ciudad

El mayor índice de crecimiento demográfico se registra en Bassersdorf, Zúrich. Keystone

La población suiza se aproxima a los ocho millones de habitantes. swissinfo.ch visitó la ciudad que ha experimentado el mayor crecimiento de la última década. No es ni Zúrich ni Ginebra, sino Bassersdorf, en la campiña de Zúrich, cuya población se ha disparado en un 50%.

El día empieza mal. En la estación de Bassersdorf, a veinte minutos en tren de Zúrich, dirección noreste, cuando le pregunto al conductor del autobús si se pasa por ese lugar, me responde que no está seguro. “Soy nuevo aquí”.

Anoto mentalmente de hablar de ello en mi lista de “inconvenientes” del desarrollo demográfico, pero, afortunadamente, un pasajero con buen oído confirma que este es el buen autobús y luego de dos o tres minutos, desciendo en una vieja plaza, un poco anticuada.

Al parecer en plena ampliación, la calle principal se encuentra en obras y los edificios históricos, en su mayoría granjas renovadas, traicionan el humilde pasado de la que fue una aldea agrícola.

Fundada en 1155, Bassersdorf se convirtió oficialmente en ciudad en el año 2007, cuando una familia de recién llegados ocupó los titulares de los medios locales de comunicación porque con su arribo se superó la cifra de 10.000 habitantes. En 1950 eran 2.150, y .7500 en el año 2000. Ahora son unos 11.200.

En comparación, la ciudad de Zúrich creció un 10% durante el mismo período;  Ginebra,  un 7%, mientras que la ciudad federal, Berna, se estancó en el 1,1%.

A pesar de sus 10.000 habitantes, Bassersdorf se mantuvo fiel a su nombre (‘Dorf’ significa pueblo en alemán) y no parece que se distinga por su vida nocturna.

Tampoco por su vida diurna. En este soleado mediodía de jueves, el centro está muerto. Me dirijo a un café, el Pub Rütli, que se autoproclama “el lugar de encuentro para todo el mundo”, pero no abre hasta las 16 horas.

Ciudad-dormitorio

De hecho, Bassersdorf es típicamente una población suburbana, donde las personas no hacen más que dormir y pasan sus días en las grandes ciudades cercanas.

“Bassersdorf forma parte del valle de Glatt, la región más dinámica de Suiza”, dice la alcaldesa Doris Meier, y me asegura que fuera del período de vacaciones, las calles están llenas. “Respondemos a la demanda de vivienda, no de trabajo”.

El aeropuerto de Zúrich-Kloten se encuentra a 5 kilómetros de distancia, difícil de olvidar ya que un avión aterriza o despega cada minuto.

“Muchas personas trabajan en el aeropuerto de Zúrich o en Winterthur. Son en su mayoría suizos de la clase media que dejan los centros urbanos para instalarse en casas individuales”, dice Doris Meier, quien se trasladó aquí en 1996.

La proporción de extranjeros es ligeramente superior a la media nacional (23,1% contra 22,4% en 2010), como la tasa de desempleo (3,4% frente a 3,1% en 2011).

La ciudad es rica. Los coches son nuevos y potentes, los comercios son más bien salones de belleza o centros de bronceado, con buenos restaurantes.

En auge

Caminé un poco más, resistiendo a la idea de un chapuzón en el arroyo bordeado de flores que divide en dos el centro de la ciudad, y lanzando una mirada furtiva a un par de encantadoras iglesias. Innegablemente es bonito, con una atmósfera de ciudad campestre. Pero el ruido de las construcciones en la calle y de los aviones me produce dolor de cabeza. Lo que necesito es una bebida y respuestas, en ese orden.

“Creo que a la gente le encanta la vida del campo y aquí es muy rural, explica Werner Wagner, el propietario del hotel-restaurante Frieden. El alquiler no juega un papel importante ya que los precios de la vivienda han aumentado. Pero Bassersdorf está en pleno auge, se prevé un nuevo centro comercial y la vieja autopista está siendo remodelada…”

Añade que el crecimiento demográfico ha sido sin duda algo bueno para el sector de la restauración, “pero yo estoy aquí hace apenas dos años”. ¿Nadie nació en Bassersdorf?

La pensión Frieden alquila habitaciones, pero es difícil imaginar que los turistas lleguen a este lugar. “Es raro. Hay personas que pasan una semana o un mes o más tiempo. De vez en cuando un viajero pasa la noche antes de un vuelo temprano, pero sin duda no vivimos del turismo”.

¿Mantener el crecimiento?

Ati Michos, presidente del FC Bassersdorf, el club local de fútbol, cree que el ‘boom’ “no tiene solamente aspectos positivos”. También hay problemas. “Cuando hay un crecimiento semejante en un pueblo – y sigue siendo un pueblo – las autoridades deben adoptar las medidas consecuentes”.

“Por ejemplo, más gente significa más tráfico. Y una mayor oferta en materia de instalaciones deportivas y recreativas. Eso es lo que la gente busca cuando se muda. Dicen que se necesita un centro deportivo, piscina para niños, suficientes  escuelas. Y es actualmente el mayor problema de Bassersdorf: no hay suficientes escuelas”.

¿El crecimiento debería continuar? “No lo creo. Cada vez más personas dicen  que ya basta, que no quieren a 20.000 personas aquí. Queremos mantenernos como pueblo”.  

Doris Meier no comparte su opinión. “Hay proyectos de vivienda cercanos a la estación para unas 3.000 personas; sin embargo, quedaron congelados luego de un referéndum. Pero desde el punto de vista del transporte público, Bassersdorf está tan bien ubicado que queremos construir alrededor de la estación”.

En la parada del autobús, se me une una mujer de unos setenta años. Seguro podrá decirme cómo ha cambiado Bassersdorf a través del tiempo.

“No sé, responde. Vivo con mi hijo y su familia que se mudaron aquí hace cinco años”.

Ciudades y comunidades urbanas se desarrollaron considerablemente en las regiones de Zúrich y del Lago Ginebra durante la última década, de acuerdo con la Asociación de las Ciudades Suizas.

Winterthur, Lausana y Zúrich han aumentado entre un 10 y un 14% desde el último censo, mientras que el crecimiento de la población media del país es de 9,2%.

El mayor crecimiento – sin contar la creación de nuevos municipios – se registró en Bassersdorf (Zúrich), con el 50,2% desde el año 2000. Seguido por la comunas de Ginebra Plan-les-Ouates (46,4%), y  Grand-Saconnex, (38,3%).

A finales de marzo de 2012, Suiza tenía 7.971.300 habitantes, 1,2% más que 15 meses antes.

En 2008, el incremento alcanzó la cifra de 103.363 – la cifra más alta desde 1961 – antes de retroceder ligeramente.

Alrededor del 23% de la población (1.828.400 personas) es extranjera.

La mayoría de los recién llegados a finales de 2011 eran alemanes (12,6%), seguidos por los portugueses (11,1%), los kosovares (8,9%), los franceses (4,4%) y eritreos ( 2,6%).

Dos terceras partes de los nuevos inmigrantes desde 2002 tienen entre 20 y 39 años y 53% tiene un título universitario.

La tasa de natalidad en Suiza es de 1,48 hijos por mujer.

La densidad de población en la región de la Meseta Central es de 400 personas por kilómetro cuadrado – comparable a la de los Países Bajos.

75% de la población suiza vive en zonas urbanas.

La esperanza de vida en 2008 era 84,4 años para las mujeres y 79,7 para los hombres.

(Traducción: Marcela Águila Rubín)

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