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¿Cómo hablar de sexo en la escuela?

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Esta mañana, los chicos acuden más animados a la secundaria: van a hablar de sexo. No es una lección típica ya que en Suiza las directivas pedagógicas son cantonales, no nacionales. En educación sexual, expertos piden mayor homogeneidad, mientras que medios conservadores quieren prohibir el tema hasta los 9 años de los educandos.

Pero este día, en esta escuela de los alrededores de Basilea, el curso se inicia entre risas forzadas y algunas mejillas sonrosadas. Cada estudiante recibe una tarjeta con una palabra que debe definir sin utilizar el término en cuestión.

“Esto nos permite determinar la terminología familiar a los alumnos”, señala Cécile Notter, de la sección Basilea de la organización Ayuda Suiza contra el SIDA. Coordina un equipo de educadoras con formación especial para explicar en las escuelas los puntos clave de la prevención contra el VIH.

Los estudiantes, de entre 13 y 15 años, parecen relativamente bien informados porque ya han recibido información básica. Pero hay un poco de vacilación sobre los términos “clítoris”, “Viagra” y “un rapidito”. Cuando se le pregunta acerca de esta expresión, un muchacho responde: “eso es cuando hacemos el amor, con la ropa puesta”.

No necesariamente, señala Notter y añade algunas explicaciones antes de que su colega conduzca a los chicos a otra aula para una sesión entre hombres. Tras su salida, una joven pide más aclaraciones al respecto. Abordan luego el tema principal del día: las relaciones sexuales protegidas.

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No existe un programa nacional

La asociación sin fines de lucro Santé Sexuelle Suisse (Salud Sexual Suiza) deplora la falta de directivas federales en materia de educación sexual, sobre todo acerca de los temas que deben ser tratados y a qué edad.

“El sistema no está suficientemente formalizado y generalmente son las escuelas las que deciden lo que quieren hacer. A menudo, alrededor de los 12 años los alumnos reciben (o han recibido) alguna información sexual”, dice Rainer Kamber, de Santé Sexuelle Suisse. Agrega que, en general, “las escuelas hacen un buen trabajo”.

Sin embargo, “habitualmente” o “en general”, no es suficiente para la organización, que pide a la Confederación garantizar formalmente una educación sexual integral para todos los niños y adolescentes. Rainer Kamber señala diferencias importantes en la manera de abordar el tema de una escuela a otra, de un cantón a otro y, en particular, entre las regiones de habla francesa y alemana.

Por ejemplo, la educación sexual tiende a ser más sistemática en los cantones de habla francesa. Desde el jardín de infantes, los alumnos de 4 a 6 años reciben  informaciones de base acerca de las diferencias entre las niñas y los niños, sobre cómo nacen los bebés, así como sobre la forma de responder a contactos físicos indeseables.

Un estudio de 2009 encargado por la Comisión Federal para la Infancia y la Juventud (CFEJ) encontró que los jóvenes no son más activos hoy que hace veinte años. Entre 1500 personas de 12 a 20 años, más de la mitad eran sexualmente activos desde los 17. De éstos, la mayoría de las jóvenes había tenido su primera relación sexual a los16, y los varones, a los 15.

La mayoría de las chicas dijeron haber sido informados sobre la sexualidad  por sus colegas (27%) y revistas (18%);  los varones recurrieron al Internet (30%) y amigos (26%). En general, solamente el 13% de unos y otras indicaron haber sido informados por la escuela y el 8%, por sus padres.

Polémica y cierre de una institución

“En principio, nosotros deseamos que la educación sexual sea obligatoria, pero corresponde a los especialistas determinar qué edad es la más favorable”, agrega Kamber.

Existe una institución especializada al nivel nacional: el Centro de Competencia para la Educación Sexual en la Escuela. Pero va a cerrar a finales del mes en curso.

Creada por la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP) en 2006, en el seno de la Escuela Superior de Pedagogía de la Suiza central, en Lucerna (PHZ), esta estructura es responsable, a escala nacional, de la formación de enseñantes y de la selección del material pedagógico en función de la edad de los alumnos.

Sin embargo, algunos medios conservadores generaron controversia, lo que condujo a la OFSP a suprimir el mandato y el presupuesto del Centro de Competencia, bajo pretexto de que la educación sexual es competencia de los cantones y no de las autoridades federales. Y ello, a pesar de reconocer el buen trabajo de la institución, lo que confirman Cécile Notter y Rainer Kamber.

Titus Bürgisser, responsable del centro y del Departamento de Promoción de la Salud de la PHZ, reconoce que la educación sexual es un tema sensible y que existen divergencias sobre la manera de abordarlo. Pero lo que no puede entender es por qué algunas personas querrían prohibir totalmente la educación sexual.

“Hacen un tabú y eso no ayuda para nada a los niños, mucho menos en lo que atañe a su protección”, advierte.

“En Suiza, tenemos experiencia con diferentes modelos de educación sexual. A veces es el profesor de la clase, a veces un educador externo, o una combinación de ambos. Los modelos mixtos son, sin duda, los que dan mejores resultados.

Lo anterior, merced a que, a los adolescentes en particular, no les gusta hablar de sexo con sus profesores. Consideran que es muy íntimo, entonces no les hacen preguntas, sobre todo si no tienen una buena relación con ellos.

Por lo tanto, los expertos externos están en mejores condiciones de cumplir con esta misión, principalmente en términos de objetividad y neutralidad “.

Fuente: Rainer Kamber: Santé Sexuelle Suisse.

Iniciativa popular

“El cierre del centro fue un éxito para nosotros”, declara Dominik Müggler, padre de cinco menores y miembro de un grupo que hace campaña contra la educación sexual obligatoria para los estudiantes de la escuela primaria y maternal.

Intitulada ‘Sí a la protección contra la sexualización en el jardín de infantes y la escuela primaria’, la iniciativa busca prohibir la educación sexual para los niños menores de 9 años y que sea opcional para aquellos de 9 a 12. El texto propone también hacer obligatoria la enseñanza de la biología con énfasis en la reproducción y el desarrollo desde los 12 años.

“No estamos en contra de la educación sexual, pero estamos en contra del hecho de que sea obligatoria para los niños tan pequeños, como de 4 años. Nadie debe ser enfrentado, contra su voluntad, a contenidos relacionados con el sexo, y menos a tan corta edad”, dice Müggler. “Estamos en favor de medidas educativas para luchar contra el abuso sexual, pero no de contenidos de educación sexual y sin ideología”.

El grupo comenzó a recoger firmas en junio de 2012, un año más tarde cuenta con 70.000. En las ciudades de Friburgo, Basilea y Sion ha recibido el mayor apoyo y tiene hasta diciembre de 2013 para reunir las 100.000 requeridas para que la iniciativa pueda ser sometida a referéndum nacional.

“Si el texto es aprobado, muchos niños no recibirán ninguna educación sexual o exclusivamente aquella que les den sus padres, y sabemos que muchos padres no hablan de sexo con sus hijos o lo hacen de manera muy orientada”, subraya Kamber.

Notter puntualiza que si no se habla de sexo en la casa, es aún más importante hacerlo en la escuela.

“La educación sexual debería formar parte de la enseñanza escolar con base en  los derechos de los niños a la igualdad de oportunidades y a una formación adecuada, incluso si los padres también quieren abordar el tema en la casa”.

La Conferencia Suiza de Directores Cantonales de la Educación Pública no ha emitido recomendación alguna sobre la manera en que las escuelas deben tratar el tema. Los cantones de habla francesa ya han redactado su programa, mientras que los de habla alemán prometieron concluir un borrador el 28 de junio.

¿De qué tamaño?

Volvamos a Basilea, donde la lección de 90 minutos casi ha terminado. Las niñas intentan colocar preservativos en “penes” de madera.

“Si debiera tener un condón a la mano, por si acaso, ¿qué tamaño debería elegir?, pregunta una alumna. Llaman a la puerta, los chicos están listos para reintegrarse a sus lugares, pero Notter interviene: “¡Un momento!”

Un muchacho empuja de todos modos la puerta, arquea las cejas y se retira de inmediato al ver lo que hacen sus compañeras. Parece que a esa edad, tiene sentido recibir algunas clases mixtas y otras no. 

Traducción, Marcela Águila Rubín

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