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Rechazo a la adopción para homoparejas, pero…

Maria von Känel (izquiereda) y Martina Scheibling frente al Tribunal Federal. Keystone

Un caso evaluado ayer por el Tribunal Federal de Suiza genera expectativas en la demanda de las parejas homosexuales para la adopción del hijastro.

Si bien el expediente fue rechazado, el argumento de la máxima instancia judicial helvética deja entrever que no permitiría argumentos discriminatorios en la decisión.

En Suiza no existe el “matrimonio homosexual”, pero sí el partenariado civil de parejas del mismo sexo, vigente desde 2007. Hay dos diferencias de base entre esos contratos civiles: la prohibición de adoptar y la de la procreación asistida para las ‘homoparejas’.

Bajo esta base legal, las autoridades de Greifensee, Zúrich, rechazaron la solicitud de Maria von Känels de adoptar a la hija de su pareja, Martina Scheibling, de dos años de edad, y procreada en el seno de su hogar en ese lugar.

Maria recurrió al Tribunal Superior zuriqués, pero también allí el rechazo fue claro, bajo el mismo argumento.

La última instancia donde recurrir en Suiza es el Tribunal Federal en Lausana. Y Maria lo hizo. Ayer recibió allí también una negativa, pero esta vez los argumentos abren esperanzas a la pareja y a todos aquellos que apoyan su iniciativa.

Con el argumento antidiscriminatorio

Si bien el Tribunal Federal explicó el rechazo con base en la ley del partenariado, agregó que no hay argumento discriminatorio en el fallo, pues la pareja tampoco cumple el criterio de 5 años de unión civil exigido para cualquier adopción.

Sí, en Suiza, un hombre y una mujer unidos en matrimonio no tienen derecho a adoptar a un menor si no han cumplido 5 años de esa unión civil y si son menores de 35 años.

Así es que tras el veredicto de Lausana, Maria ha dicho que esperará a que pasen otros dos años para volver con su caso. Entre tanto, decidió enviar su expediente al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo.

Si muere la madre natural

La preocupación principal de las familias homoparentales es que la madre biológica muera, y la otra madre que ha criado al pequeño, no pueda adoptarlo, cuando “de facto”, ha sido la otra madre en el hogar.

En Suiza, se estima que unos 6000 pequeños viven en estas condiciones “diferentes” al prototipo familiar heterosexual, contextualiza Chatty Ecoffey, copresidenta de la asociación Familias Arcoíris, quien se dice decepcionada por la decisión de ayer en Lausana. “Pero la sensibilización en Suiza sobre el tema debe continuar”. Y justo este sábado 7 de mayo su agrupación organiza en Berna una jornada de acción con el respaldo de representantes políticos locales.

Dos mociones en la Cámara Baja

A la manifestación también acudirán simpatizantes y representantes gays, como Uwe Splittdorf, de PINK CROSS, quien ha acompañado a la pareja de lesbianas que ayer recibieron la negativa de la Justicia.

“Yo veo un pequeño éxito en las explicaciones dadas por los jueces ayer. Debemos permanecer en el esfuerzo, debido a este argumento contra la discriminación mencionado por el Tribunal Federal que permite entrever caminos”, advierte Splittdorf, quien reitera que la ley debe adaptarse a las realidades sociales y a la cada vez mayor aceptación de la homosexualidad.

El llamado este sábado ante el Parlamento Federal de Suiza tiene objetivos claros pues en el Legislativo hay dos mociones pendientes en torno al tema: una que busca, justamente, permitir a la pareja adoptar el hijo engendrado por su compañero o compañera; y la otra quiere dar fin a la prohibición de ley de adopción para las parejas del mismo sexo que han oficializado su unión civil.

¿Qué dicen los heterosexuales?

Una encuesta realizada por PINK CROSS observa que si bien no hay total aceptación, la sociedad helvética no rechaza de forma radical la posibilidad de adopción de las parejas homosexuales.

Una madre de familia indica ante la espontánea pregunta de swissinfo.ch sobre el asunto que para ella “lo importante es que el niño esté bien atendido. Lo que ahora yo veo aquí en Suiza es que las formas del modelo familiar han cambiado mucho, los padres se separan, viven con una nueva pareja, así que lo relevante debe ser el respeto hacia el menor de edad en esas nuevas formas de hogar”.

Otro padre de familia indica que le resulta inimaginable que Suiza pueda apoyar el que un niño viva con una pareja homosexual, “pues no es natural, un niño necesita de un padre y una madre”.

“Pensamos que en este caso el bienestar del niño es el núcleo de la cuestión y no la orientación sexual de los padres”, opina por su parte, Anna Haussherr, secretaria central de la Federación Suiza de Familias Monoparentales.

Haussherr subraya además que las autoridades deben decidir conforme a la situación en cada caso concreto, sin mirar a la preferencia sexual de los adultos implicados.

Derechos del Niño

En el tema, “es irrelevante la orientación política, religiosa o sexual de los padres”, indica Urs Kiener, miembro de la dirección de la asociación suiza PROJUVENTUTE. Lo básico, subraya, es el interés del niño. Recuerda el artículo 3 del Convenio de la ONU sobre los Derechos del Niño:

‘En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño’

Un donante de esperma o la inseminación en el extranjero son las opciones para un embarazo en parejas de lesbianas en Suiza. En el caso de los hombres, la situación se complica puesto que la adopción no está permitida para aquellos que deciden formalizar su unión al inscribirse en el registro civil para parejas del mismo sexo.

Dos mociones están pendientes en la Cámara Baja del Parlamento de Suiza:

– Una busca suprimir la prohibición de adoptar para las parejas del mismo sexo que han oficializado su unión civil, depositada por el diputado socialista Mario Fehr.

– La otra abriría el camino para que la pareja homosexual pueda adoptar al hijo biológico de su compañero o compañera.

Suiza es uno de los países pioneros del movimiento de liberación homosexual.

Heinrich Hössli (1784-1864) fue un escritor cuya obra es considerada el origen del movimiento de liberación homosexual en Suiza: ‘Eros, el amor entre hombres en la  época de los griegos’, un compendio sobre la historia de las relaciones amorosas masculinas en los ámbitos de la educación, la literatura y la legislación desde la Grecia antigua hasta inicios del siglo XIX.

Se trata de la primera obra de la época moderna que defiende el amor entre hombres.

Este escrito tuvo un impacto considerable para el precursor del movimiento de liberación homofóbica europeo, el alemán Karl Heinrich Ulrichs.

En los años 30 del siglo pasado se crea la primera organización de gays y lesbianas en Suiza.

PINK CROSS, fundada en 1993, reúne a las organizaciones gays en Suiza.

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