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Suiza, a salvo del ‘efecto Portugal’

UBS estima necesario estudiar si los países menos convergentes de la UE deben abandonar la unión monetaria. Keystone

La inestabilidad del vecino europeo no tendrá ningún impacto directo sobre Suiza ni su plaza financiera, pero sí podría afectar tangencialmente al franco, afirma el banco UBS.

En general, la debilidad de la zona euro ha tenido un alto costo para Suiza. El banco central confirma que registró números rojos en 2010 debido a su decisión de contener la apreciación del franco frente a la divisa europea.

Tras Irlanda y Grecia, Portugal se erigió este miércoles (06.04) como el tercer país de la zona euro en pedir ayuda financiera a la comunidad internacional para enderezar el timón del barco.

El Gobierno de Lisboa se había negado de forma reiterada a recibir rescate externo bajo el argumento de que podría salvar solo los escollos. No fue así.

Y el primer ministro saliente, José Sócrates –quien renunció al cargo el 23 de marzo, pero se mantiene en funciones hasta que sea relevado- reconoció que ante la “dramática” situación que vive su economía, el país requiere la asistencia de la Comisión Europea (CE).

¿Cuál es el impacto para Suiza? Prácticamente ninguno.

Impacto inexistente

Entrevistado por swissinfo.ch, Dirk Faltin, director de Investigación Temática de Wealth Management Research del UBS, descarta cualquier tipo de riesgo.

Concretamente, afirma que “el impacto es mínimo, por no decir inexistente”.

Suiza no tiene posiciones de riesgo en Portugal. No hay acreedores –individuales o bancarios- que corran el peligro de enfrentar un eventual incumplimiento de Lisboa.

Y sobre el proceso que vive actualmente la economía lusa, Faltin señala que, en general, los mercados han reaccionado con serenidad porque ya tenían descontado el ‘efecto Portugal’.

Según explica, todo el mundo sabía lo que estaba por venir. Estaba claro que, aunque Portugal expresó que podría resolver el problema por sus propios medios, esto era difícil debido a que las tasas de interés disponibles en el mercado para refinanciar su deuda eran poco propicias para sus finanzas.

Franco suizo y España

Faltin reconoce que la fragilidad de Portugal puede imprimir, no obstante, nuevas presiones sobre el franco suizo.

Aumentan las posibilidades de que la divisa helvética se mantenga apreciada, como de hecho ha sucedido durante los últimos meses. Y esto siempre tiene implicaciones para las empresas exportadoras, explica.

En su opinión, el siguiente gran tema que se perfila en la zona euro es el futuro de España. Ahora la gran pregunta que se hace todo el mundo es qué sucederá con la economía española, pero Faltin declina realizar pronósticos.

Sin embargo, hay factores positivos en el horizonte. Los inversores siguen otorgando un voto de confianza a este país europeo, lo que es una buena señal.

Por otra parte, afirma que la información económica que fluya en los meses por venir disipará dudas y definirá el desenlace de esta economía.

Números rojos para el banco central

La fragilidad de la zona euro ha tenido un coste claro para Suiza: una pronunciada apreciación del franco, en su calidad de moneda refugio.

El Banco Nacional Suizo (BNS), como consecuencia, ha sido uno de los principales perdedores.

Este jueves, el BNS rindió cuentas correspondientes a 2010 y confirmó que está en números rojos. Sus pérdidas ascendieron a 19.170 millones de francos el año pasado. La explicación: la cruzada que emprendió durante la primavera de 2010 para frenar la apreciación del franco helvético.

Una decisión que no rindió los frutos esperados, porque de todas maneras la paridad se encuentra hoy alrededor de 1,31 francos por euro, muy lejos del ideal 1,49 que piden los exportadores.

Un año antes, a pesar de que aún se sentían los efectos de la recesión, el BNS consiguió beneficios del orden de los 9.955 millones de francos porque no consideraba prioritario frenar la apreciación del franco.

En el discurso que acompañó al Informe Anual 2010 del BNS, Philipp Hildebrand, presidente del banco central, anunció que pese a las pérdidas, cumplirá el compromiso de pagar dividendos por 2.500 millones de francos suizos a la Confederación Helvética, y de 1.500 millones a los cantones.

Adiós a los más débiles

En opinión del UBS, el de la zona euro es un problema de fondo:

Los 17 estados que componen dicha unión monetaria no cumplen con las condiciones necesarias para que dicho pacto funcione, “razón que ha contribuido a la crisis de endeudamiento que se observa actualmente”.

El estudio La zona euro en tensión, que firman Andreas Höfert, director general de Wealth Management Research (WMR), y el propio Dirk Faltin, afirma que la región adolece de mecanismos para compensar la falta de tipos de cambio flexibles y de políticas de tasas de interés para cada nación.

Pero advierte que, dado que existe un fuerte componente político en la toma de decisiones de la zona euro, posiblemente los gobiernos se limitarán a combatir la crisis de deuda sin replantear a fondo el futuro de la zona.

Y UBS pone sobre la mesa la necesidad de estudiar si los países menos convergentes deben abandonar esta unión monetaria.

Habría impagos de deuda por parte de los países salientes, reconoce, pero se generaría también “un mejor rendimiento económico y una cooperación más estrecha en una zona euro más pequeña, y cuya moneda tendría oportunidad de existir más tiempo”.

Una perspectiva que, según estima UBS, sería mejor en el largo plazo.

El Artículo 5 de la Ley del Banco Nacional de Suiza le confiere el mandato de contribuir a la estabilidad del sistema financiero nacional e internacional.

Un compromiso que Berna materializa vía su participación en organismos como el FMI.

Concretamente, durante la primavera de 2009, Suiza anunció una línea de crédito por 10.000 millones de dólares para el FMI. Sin embargo, eran recursos que necesitaban el aval del Parlamento (Decreto sobre ayuda especial al FMI).

El Senado dio luz verde a dicha línea en mayo de 2009, pero la cámara baja aprobó dichos fondos en marzo pasado.

El Banco Nacional Suizo (BNS) conduce la política monetaria del país y toma decisiones autónomas.

Su misión primaria es asegurar la estabilidad de precios y la segunda, generar un entorno apropiado para el crecimiento económico.

El BNS estima que el 2% es el nivel máximo de inflación sano para la economía Suiza.

El banco central también provee al mercado de dinero de liquidez cuando es necesario: inyecta o retira francos suizos (u otras divisas que circulan en la economía) para que el sistema de pagos opere sin contratiempos.

Administra también las reservas internacionales que Suiza tiene constituidas en otras divisas.

Los 17 países de la zona euro son: Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Portugal.

El paquete de ayudas que podría requerir Portugal para estabilizar su economía podría ascender a unos 100.000 millones de francos suizos, según estimaciones de Bruselas.

El Ministerio de Economía de España, a cargo de Elena Salgado, excluye todo riesgo de contagio de la crisis portuguesa a la economía ibérica.

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