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Suiza dispuesta a flexibilizar el secreto bancario

El ministro de Finanzas, Hans-Rudolf Merz, advierte que no se termina el secreto bancario, pero sí la diferencia entre evasión y fraude fiscal. Keystone

Tras los anuncios de Andorra, Liechtenstein y Bélgica de aumentar el intercambio de información con otros países en caso de delitos tributarios, Suiza también tuvo que ceder.

El secreto bancario se mantiene, pero se acercará a los principios que exige la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Así lo ha anunciado este viernes el Gobierno suizo.

Suiza no tenía escapatoria. Tenía que salir al estrado a fijar su posición sobre el futuro del secreto bancario helvético. Su voz era aguardada en Europa como agua de mayo.

Especialmente después de que el jueves (12.03), los Principados de Liechtenstein y Andorra, dos países considerados como paraísos fiscales ‘no cooperadores’ por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se comprometieran a flexibilizar su secreto bancario y a suministrar más información a otros países en caso de fraude fiscal.

Y después de que Bélgica, sin ser paraíso fiscal, aceptara también ser más flexible en la materia, después de que sus socios de la Unión Europea (UE) lo criticaran por mantener vigente el secreto bancario.

Flexibilización en puerta

“Aunque el secreto bancario se mantendrá, Suiza ha aceptado retomar los estándares de la OCDE en materia de asistencia administrativa vinculada a temas fiscales, como lo marca el artículo 26 del Modelo de Convención de la OCDE”, anunció Hans-Rudolf Merz.

Y esto implicará, reconoció el presidente y ministro de Finanzas, eliminar la distinción entre evasión y fraude fiscal que la Suiza ha mantenido hasta hoy.

En conferencia de prensa, Merz aclaró que esto no implicará que Suiza dé información confidencial de los clientes de su plaza financiera sólo porque sí.

Intercambiará datos con otros gobiernos bajo la fórmula del “caso por caso”, es decir, sólo en respuesta a peticiones concretas y bien fundamentadas. “No habrá pesquisas fiscales masivas”, puntualizó.

Merz dejó claro que su decisión no implica la anulación del secreto bancario, y también precisó que los cambios se aplican sólo a clientes financieros que residen en otras naciones.

Los contribuyentes domiciliados en Suiza pueden estar tranquilos, porque gozarán de los beneficios del secreto bancario en los términos actuales.

Una nueva plaza financiera suiza

La decisión que ha tomado Suiza es un triunfo para Washington y Bruselas, pero también un gesto helvético que parecía indispensable de cara a la coyuntura actual.

Sobre la marcha, para la plaza financiera suiza implicará toda una revolución.

¿Está lista la plaza financiera suiza para lo que viene?, preguntaron los periodistas a Merz.

Sin duda, respondió, estoy convencido de ello. La distinción entre fraude y evasión fiscal va a cambiar muchas cosas, pero los banqueros sabrán reinventar sus estrategias. El mundo cambia permanentemente y ellos siempre han sabido adaptarse. Tengo mucha confianza al respecto.

Por otra parte, el anuncio hecho hoy implicará también la revisión de diversos convenios para evitar la doble tributación firmados entre Suiza y otros países.

Un proceso que tomará tiempo y que no debe precipitarse, a juicio de Merz. Por ejemplo, el acuerdo sobre fiscalidad del ahorro firmado con la UE tendrá que ser adaptado.

Al cuestionarle si pensaba que la distinción que hará Suiza, pero su decisión también de no aceptar un intercambio de información automático como lo pedía la UE, será suficiente para Bruselas, el presidente expresó:

“Lo desconozco. He salido directamente de un consejo para reunirme con la prensa, haré llamadas y espero que sea claro que pensar en un intercambio automático de información jamás será aceptado por Suiza”.

Reacción obligada

El jueves (12.03), Liechtenstein y Andorra, ambos incluidos en la lista de paraísos fiscales ‘no cooperadores’ de la OCDE, cedieron ante la presión internacional y anunciaron que flexibilizarían su secreto bancario.

Andorra manifestó su interés de dejar la ‘lista negra’, y el primer ministro, Albert Pintat, se comprometió a aprobar antes de noviembre un proyecto de ley que elimine el secreto bancario y aumente el intercambio de información con otros países.

Más aún, ofreció que el Parlamento debata este tema antes del 15 de noviembre.

Liechtenstein, por su parte, que fue acusado en 2008 de promover y encubrir un millonario fraude de contribuyentes alemanes a través del establecimiento de fideicomisos que exentaron a muchos alemanes de pagar impuestos sobre sus fortunas, también ha decidido actuar.

“Es tiempo de adaptarnos a un sistema internacional en el que se fortalezca el apoyo administrativo y judicial en materia de fiscalidad”, expresó el príncipe Alois de Liechtenstein.

Definición antes del G-20

El próximo 2 de abril se celebra en Londres la próxima cumbre del G-20, grupo que aglutina naciones industrializadas, como Gran Bretaña, Alemania, Francia o Italia, pero también potencias emergentes de la talla de China, India, Brasil o México.

Suiza, no ha sido invitada.

Y el encuentro será vital para definir, de forma colegiada, cuáles son los pasos adicionales que han de tomar países desarrollados y en desarrollo para amainar el impacto de la presente crisis financiera. Pero también porque ahí se hablará sobre la nueva arquitectura que requiere el sistema financiero internacional.

A la cita están convocados también el Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE, el Grupo Internacional de Acción Financiera (GAFI) y la Comisión Europea (CE).

Y uno de los tópicos en la agenda es la necesidad de un sistema financiero más transparente. Esto implicará incluir a nuevas naciones en la lista de países ‘no cooperadores’ de la OCDE para presionarles a flexibilizar su legislación en torno al secreto bancario.

Y Suiza ha decidido no tomar el riesgo de sumarse a un listado que restaría prestigio a su ya debilitada plaza financiera.

swissinfo, Andrea Ornelas

En el año 2000, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) delineó una lista de países y/o territorios que, por sus características, debían ser considerados paraísos fiscales.

Les exhortó a hacer transparente su información financiera y fiscal, y les dio como plazo el 28 de febrero de 2002 para emprender acciones concretas.

En 2003, la OCDE definió qué siete países del grupo no manifestaron voluntad alguna de transparencia y constituyó la llamada lista de paraísos fiscales ‘no cooperadores’.

En 2005 la lista se redujo a tres países, los Principados de Andorra, Liechtenstein y Mónaco (vigentes hasta 2009 como ‘no cooperadotes’).

Pero la OCDE mantiene la supervisión sobre el resto de los paraísos fiscales originales y puede actualizar la categoría de ‘no cooperadores’ en cualquier momento.

Alemania y Francia piden que Suiza sea incluida en este apartado.

Es todo aquel territorio cuya carga tributaria es baja o inexistente. Cada circunscripción decide qué impuestos quiere reducir o exentar de pago. Así algunos paraísos fiscales son más interesantes para las empresas, y otros, para las personas.

Para gozar de las ventajas tributarias, suelen pedir al contribuyente la residencia o establecimiento de fideicomisos o fundaciones que les permitan aprovechar un limitado pago de impuestos.

Suiza está fuera de la lista de paraísos fiscales de la OCDE, pero es considerada como tal por la ONU, junto con países como Reino Unido, Luxemburgo, Hong Kong o Singapur.

La OCDE estima que los paraísos fiscales administran más de 8 billones de francos suizos cada año.

“Las iniciativas tomadas por varias plazas financieras (…) dieron un impulso bienvenido a los esfuerzos emprendidos para promover la transparencia y el intercambio de informaciones fiscales”, subrayó Ángel Gurría, secretario general de la OCDE.

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo que se trataba de una “sabía decisión” la que tomaron Suiza, Austria y Luxemburgo.

Para la Asociación Suiza de Banqueros la decisión helvética no sorprende y la califica de aceptable.

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