Suiza se fortalece en el seno de la ONU
Algunos parlamentarios consideran que Suiza ha reforzado su posición desde su entrada, hace dos años, a la Organización de las Naciones Unidas.
Aparte de la derecha dura (UDC), los principales partidos aprueban la actuación de la Confederación en el seno de la ONU y no esperan un compromiso mayor.
“No hay mayoría en el Parlamento para poder hacer más en la ONU”, lamenta la socialista Liliane Maury Pasquier.
“A algunas ONG les gustaría que Suiza fuera más activa, pero para ello harían falta más recursos financieros y personal disponible”, añade la legisladora, integrante de la Comisión de Política Exterior (CPE) del Consejo Nacional (cámara bajara del Parlamento suizo).
“Como resultado de lo anterior, temo que Suiza no cuente con los recursos suficientes para cumplir eficientemente con algunos mandatos que la ONU le ha confiado”, agrega la diputada.
Liliane Maury Pasquier piensa en particular en la misión confiada en julio por la Asamblea General de las Naciones Unidas a la Confederación, a saber: efectuar una amplia consulta sobre el muro de seguridad que construye Israel y el respeto humanitario en el conflicto israelo-palestino.
De hecho, los recortes presupuestales previstos por la Confederación constituyen uno de los principales límites para un compromiso mayor de Suiza en el seno de la ONU.
Las críticas de la UDC
Pero esta perspectiva no incomoda a Ulrich Schlüer, integrante de la CPE por la derechista Unión Democrática del Centro (UDC). “El mandato sobre el muro de seguridad corre el riesgo de dañar la neutralidad suiza”, considera el diputado.
Vinculado al comité contra las naturalizaciones masivas (que acaba de levantar revuelo al estigmatizar a los musulmanes de Suiza), Schlüer estima también que la Confederación no cumplió con las promesas hechas durante la campaña para la adhesión de Suiza a la ONU.
“El Gobierno prometió que impulsaría la reforma de la ONU y de su Consejo de Seguridad, pero no ha iniciado nada serio”, acusa Ulrich Schlüer.
El diputado minimiza así el proceso de reforma emprendido por Kofi Annan desde su llegada a la ONU y la participación de Suiza en esa obra.
“Suiza está muy comprometida con la reforma del sistema de la ONU”, asegura, sin embargo, el legislador liberal Jacques-Simon Eggly.
“La UDC no es honesta cuando lanza ese tipo de críticas”, agrega, por su parte, el ecologista Geri Müller, quien, al igual que Eggly, forma parte de la CPE.
“Ese partido sabe muy bien que una reforma del Consejo de Seguridad tomará mucho tiempo. Es muy fácil, entonces, hacer críticas al respecto”, subraya.
Empero, Geri Müller no rechaza ese tipo de debate. “El Parlamento debería trabajar con la ONU y reaccionar a los temas que se debaten ahí”, estima el representante popular del cantón de Argovia.
Explica que, por el momento, el Legislativo se limita a probar o no la acción llevada a cabo por el Gobierno en la ONU desde hace dos años.
Lo humanitario en tela de juicio
La mayoría de los partidos aprueba las iniciativas emprendidas por Suiza en materia del derecho internacional humanitario.
“La nominación del jurista friburgués Nicolas Michel como consejero jurídico de Kofi Annan constituye una forma de consagración en ese área”, opina John Dupraz, diputado radical de la comisión.
Ulrich Schüler, insiste, por su parte, en que el derecho internacional humanitario y los Convenios de Ginebra –de los que Suiza es depositaria- fueron incapaces de responder al terrorismo y a las nuevas formas que la guerra ha tomado.
Su reproche es el mismo que hicieron los neoconservadores estadounidenses.
Algunas ONG, como Amnistía Internacional, estiman que, por el contrario, Suiza ha sabido ratificar, en el seno de la ONU, la importancia y validez del derecho existente frente a esa forma de guerra.
Una cosa es segura: las principales formaciones políticas (excepto la UDC) apoyan la línea seguida por el gobierno en la ONU y consideran también que Suiza ha sacado provecho de su ingreso a ese organismo.
Al resumir el sentir general, Neto Nause, secretario del Partido Demócrata Cristiano (PDC) considera que la imagen de Suiza y el papel de la Ginebra internacional han ganado credibilidad.
El fin de los buenos oficios
El legislador estima asimismo que, en su calidad de miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas, Suiza ha recuperado su papel de “buenos oficios”; es decir, de mediador en los conflictos armados.
Sobre este particular, Curt Gasteyer, experto del Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra, opina que “el papel de buenos oficios de Suiza ha disminuido considerablemente en los últimos años, ya que las partes interesadas se encuentran ahora en contacto regular”.
Agrega que “otros países mucho más influyentes pretenden jugar ese rol”.
Por esa razón, opina a su vez Xavier Contesse, directivo de la organización ‘Avenir Suisse’, la diplomacia suiza debe explorar nuevas vías.
“Más de 700 ONG se encuentran en Ginebra junto a organizaciones internacionales y misiones diplomáticas. Esas tres categorías de actores debaten sobre temas de importancia mundial, antes de que sean presentados oficialmente. Suiza podría favorecer y participar más en esa mezcla de ideas”, concluye.
swissinfo, Frédéric Burnand, Ginebra
(Traducción: Marcela Águila Rubín)
El 10 de septiembre del 2002, por aclamación de la 57 Asamblea General Ordinaria de la ONU, Suiza se convirtió en el 190 Estado miembro de la Organización de las Naciones Unidas.
El 3 de marzo del 2002, los ciudadanos suizos aprobaron la adhesión de la Confederación a la ONU.
Ese voto histórico obtuvo 54,6% a favor contra 45,4% en contra.
El texto fue aceptado por 12 cantones y rechazado por uno.
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