Tras los combates, Trípoli tiene que sobrevivir a los permanentes cortes de energía
Con el fin de los combates cerca, Trípoli ha recuperado cierta calma, pero en la capital libia, ante los constantes cortes de electricidad, el ruido de los generadores que intentan alimentar barrios enteros rompe el silencio de la noche.
Desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011, Libia, inmersa en el caos, ha tenido que hacer frente a una escasez crónica de electricidad.
El problema, especialmente grave durante los cuatro meses de ola de calor, empeoró después del daño causado a las infraestructuras durante los 14 meses de combates en el sur de la ciudad.
Abulkasem Al Kikli se apoya en su bastón y da pequeños pasos hacia los técnicos encaramados en la cima de una grúa para reparar la electricidad en su vecindario, devastado por los enfrentamientos entre las fuerzas del Gobierno de Unión Nacional (GNA) y las del mariscal Jalifa Haftar.
Con botellas de agua fresca y jugo en la mano, el anciano describe a estos técnicos como «verdaderos soldados» que trabajan incansablemente durante largas horas para restaurar la energía para los cientos de hogares de Machrou al Hadba.
– Electricidad «es vida» –
Con el fin de los combates, la vida regresó a los distritos del sur de la ciudad, mientras que las autoridades gradualmente autorizaron a las familias de los desplazados a regresar a sus hogares, después de llevarse a cabo el desminado.
La ofensiva de Haftar, que controla parte del este de Libia, contra Trípoli terminó en un fracaso, pero dejó atrás campos minados que han terminado con decenas de vidas.
La familia de Al Kikli duda ante la idea de retornar a su hogar. Pero después del desminado, era imposible regresar sin electricidad, «necesaria para operar las bombas de agua y los aires acondicionados», en el horno de verano.
«La electricidad es vida», dijo Al Kikli.
Consciente de la espera, Jaled aAl Machay, gerente de mantenimiento de la Compañía General de Electricidad de Libia (Gecol), se asegura de que sus «equipos trabajen día y noche».
Pero ante «la magnitud del daño causado por la guerra, nos faltan profesionales y equipo», explica el ingeniero a AFP.
En los suburbios del sur de Trípoli, escenario de los principales combates, cientos de instalaciones de alto voltaje han sido destruidas.
Gecol también debe reparar el daño causado por los saqueadores, que aprovechan el caos para cortar los cables y extraer el cobre para venderlo en el mercado negro.
En total, según la compañía, las pérdidas sufridas en el sector eléctrico en los últimos seis años han excedido los 1.500 millones de dólares.
– Enorme déficit –
«Los ciudadanos deben ser pacientes, la tarea es dura», dice Machay.
Mohamad Al Tekuri, gerente de información de Gecol, estima que son necesarios varios meses de trabajo ya que el daño es significativo.
«La incapacidad de abastecer a la mayoría de las ciudades libias, especialmente durante los picos de calor, no es nueva», aseguró Al Tekuri, en la sede de Gecol en Trípoli.
Pero, desde la ofensiva de Haftar, también es difícil suministrar energía en la capital, donde viven dos millones de personas, por el «daño sufrido por las centrales eléctricas».
Con temperaturas que pueden llegar a los 50 ºC, la demanda supera los 7.000 megavatios, aunque Gecol solo puede suministrar 5.000.
«El déficit es enorme», dijo el funcionario.
El racionamiento produce cortes más de 12 horas al día, provocando graves interrupciones en las redes de telefonía móvil e internet. También afecta el suministro de agua y combustible.
A nivel de seguridad, la situación también es complicada y los técnicos de Gecol a menudo son atacados por grupos armados que les roban vehículos y equipos.
Estos incidentes llevaron a las compañías extranjeras a abandonar el país y retrasaron la construcción de cuatro nuevas centrales eléctricas con una capacidad total de más de 5.000 megavatios.
«Debemos proporcionar un clima de seguridad para alentar a las empresas extranjeras a volver y completar estos proyectos estratégicos», dijo Al Tekuri.