UE multa con 330 millones a farmacéutica francesa Servier por colusión
La Comisión Europea infligió este miércoles una multa de 330 millones de euros al laboratorio francés Servier por colusión y abuso de posición dominante.
El laboratorio francés fue sancionado junto a cinco fabricantes de medicamentos genéricos por haber frenado el ingreso al mercado de versiones más baratas de su remedio para la hipertensión cardiovascular, el perindopril.
«Recurriendo a la compra de tecnologías y a una serie de acuerdos relativos a las patentes suscritos con los competidores de fabricantes de genéricos, Servier elaboró una estrategia que apuntaba a excluir a sus competidores y a retrasar el ingreso en el mercado de los medicamentos genéricos más baratos», explicó la Comisión en un comunicado. «Tal comportamiento es contrario a la competencia y abusivo», afirmó el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, citado en el comunicado.
La multa global contra Servier y los cinco fabricantes de genéricos(Niche/Unichem, Matrix hoy Mylan, Teva, Krka y Lupin) asciende a 427,7 millones de euros.
En un comunicado, el laboratorio francés cuestionó la decisión de la Comisión, que «constituye un obstáculo al ejercicio legítimo de los derechos de propiedad intelectual». «La decisión de la Comisión crea un precedente lamentable», señaló.
Según Servier, que considera haber actuado de «manera transparente y legítima» para proteger sus patentes, «la entrada de genéricos no se vio retrasada» por los acuerdos con los fabricantes de genéricos, que estuvieron disponibles «apenas fue revocada la patente».
La Comisión explicó que la patente que obtuvo Servier para la molécula del perindopril expiró en 2003, pero los competidores se vieron obligados a lidiar con patentes «secundarias» que ofrecían al laboratorio francés «una protección menos elevada del producto». Los productores de versiones genéricas del perindopril preparaban entonces activamente su ingreso al mercado, según la Comisión, tanto en el terreno de las autorizaciones de las autoridades de Salud o en el judicial, recurriendo las patentes de Servier.
En 2004, Servier adquirió la tecnología más avanzada, lo que dejó fuera de la carrera algunos proyectos de los fabricantes de genéricos, pero el laboratorio francés, según la explicación del caso por la Comisión, reconoció que la adquisición de esta tecnología tenía por objetivo «reforzar el mecanismo de defensa» y nunca se utilizó.
En los tribunales, entre 2005 y 2007, cada vez que un fabricante de genéricos estaba a punto de obtener el ingreso al mercado, el laboratorio francés «y la empresa en cuestión concluían un acuerdo». Pero éste, indica la Comisión, no era una «transacción ordinaria» a través de la cual ambas partes resolvían un litigio sobre una patente, sino que «los fabricantes aceptaban abstenerse de competir en el mercado a cambio de una parte de la renta de Servier».
Según la investigación de la Comisión, que comenzó con redadas en las farmacéuticas en 2008, esto sucedió en al menos cinco ocasiones entre 2005 y 2007.
«Un fabricante reconoció que se hacía ‘comprar su desinterés por el perindopril'», otro que todo acuerdo con el laboratorio necesitaba «masas de dinero» o incluso Servier ofreció a un tercer fabricante licencias en 7 mercados nacionales a cambio de que éste «sacrificara» todos los otros mercados de la Unión Europea y «frenara todos sus esfuerzos para lanzar el perindopril en esos países», reveló la Comisión. En total, Servier pudo haber pagado a los fabricantes de genéricos decenas de millones de euros, según la Comisión. «Es legítimo -y deseable- solicitar patentes, incluso las llamadas de procedimiento, de hacerlas respetar, de transferir tecnología y solucionar los litigios de manera amigable. Pero Servier abusó de estas herramientas legítimas» para dominar en el mercado, lo que constituye un abuso de posición dominante, concluyó la Comisión.
Servier, laboratorio que no cotiza en bolsa y tiene el estatuto de fundación, es el segundo fabricante farmacéutico francés, por detrás de Sanofi, y ha estado envuelto en los últimos años en otro escándalo, el de los efectos de un medicamento para diabéticos, el Mediator, que estalló en 2010. En 2013, el grupo registró un volumen de negocios de 4.200 millones de euros, con un beneficio neto de 325 millones de euros.
En su comunicado, el grupo Servier anunció que recurrirá la decisión de la Comisión ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), dado el «carácter excesivamente novedoso e infundado de las hipótesis adelantadas» por el Ejecutivo comunitario.