Un museo bajo las nubes

'Sans Titre' (2015), Olivier Mosset. Rodrigo Carrizo Couto

La pequeña localidad de Môtiers acoge una imponente exposición de esculturas al aire libre. Creada en 1985 por Pierre-André Delachaux, un historiador y político local, Art Môtiers se celebra cada cuatro años y va por su séptima edición.

Los museos abundan en Suiza. De hecho, es posible que el país alpino sea uno de los que más de salas de exposición tienen en el mundo en proporción al número de habitantes.

Más inhabitual es que las obras de arte estén expuestas al viento y a la lluvia, puedan ser visitadas a pleno sol, o en medio de un bosque. Esto es justamente lo que propone la pequeña localidad de Môtiers, en el valle Val de Travers, en el cantón de Neuchâtel. 

De la desconfianza a la fascinación

Esta es la séptima edición de una iniciativa creada por Pierre-André Delachaux, un historiador y político local, quien junto con su mujer Marie tuvo esta curiosa idea hace ya 30 años.

“Al comienzo, la gente del pueblo me miraba con cierta desconfianza. Pero cuando empezaron a ver que venían visitantes y que la exposición era buena para los negocios, comenzaron a encontrarle sentido”, comenta riendo, mientras comparte con el cronista una absenta, la bebida típica de esta región que estuvo prohibida durante casi un siglo.

“Hay otros precedentes de muestras de arte al aire libre en Suiza, tales como Biel o Bex”, explica el historiador. “Pero, por alguna razón, Art MôtiersEnlace externo se ha consolidado en nuestro panorama cultural”.

Ciudad, montaña, campo

Art Môtiers propone piezas monumentales como ‘Atomik Magik Circus / Mamadu Tower’, de François Burland, una verdadera torre de Babel en una plaza a la entrada del pueblo.

Se inicia así un recorrido que nos lleva a visitar casas y granjas, donde descubriremos desde obras ocultas en la penumbra de un granero o una sala de teatro, hasta una fuente transformada en baño público, con toallas incluidas.

O la torre naranja de forma felina ‘Pollux’, de Christian Gonzenbach, que domina el valle desde la montaña, y que fue subida en helicóptero, según explica Delachaux.

O la hipnótica magia de ‘Neumarkt’, de los artistas de Zúrich Barbara Signer y Michael Bodenmann, quienes trasplantaron unos paneles de neón desde un centro comercial de San Gall a los húmedos bosques de Môtiers.

El recorrido llega a un prado donde nos encontramos con un inmenso enano de jardín, cortesía del conocido colectivo de artistas, editores y humoristas de La-Chaux-de-Fonds Plonk y Replonk. Acto seguido, podemos tomar algo en una cafetería antes de iniciar el descenso, donde nos esperan otras piezas en los campos de trigo que rodean Môtiers.

Entre las creaciones más singulares destaca ‘Protocole’, del reconocido artista ginebrino John Armleder. La obra consiste en siete piezas de vidrio enterradas aleatoriamente, sin indicaciones de ningún tipo, en distintos lugares de Môtiers.

Pierre-André Delachaux, fundador y director de Art Môtiers. Rodrigo Carrizo Couto

“Sin duda, una de mis piezas favoritas. Un trabajo conceptual… muy propio de mi época, con la que tengo una relación especial. Yo mismo me he encargado de enterrar las piezas siguiendo las indicaciones de Armleder”, confiesa entusiasmado Pierre-André Delachaux.

Libertad total

“Nos gusta mezclar artistas más y menos conocidos. Y también mezclar edades. Este año, el artista más joven tiene 27 años y el más veterano 85”, prosigue Delachaux.

“No les propongo un tema. Si das consignas a un artista, lo encierras. Pero uso mi condición de historiador para explicarles el valle de Val-de-Travers: la absenta, el tiempo que pasó aquí Jean-Jacques Rousseau, las minas de asfalto. Y a partir de esas premisas que ellos hagan lo que quieran y elijan el tema y el lugar que prefieran para instalar su pieza”.

Pierre-André Delachaux recuerda que en ediciones anteriores han pasado por Art Môtiers artistas suizos del prestigio de Jean Tinguely, Silvie Fleury, o Niki de Saint Phalle.

La Comisión Federal de Artes (una especie de “autoridad” suprema para las artes en Suiza, en palabras de Delachaux) trabaja junto con un jurado de Art Môtiers, que se encuentra en inferioridad numérica, para evitar los juegos de poder. “Esto lo hacemos intencionalmente, y es para evitar el compadreo y las influencias”, precisa con un guiño el responsable de la exposición.

“A la gente de Môtiers no necesariamente le gustan todas las obras que presentamos, pero adoran todo lo que pasa alrededor de la muestra y el eco que reciben en los medios de comunicación. Sobre todo les encanta recibir visitantes de toda Suiza. Y a los artistas les gusta conocer a la gente local, porque normalmente solo tratan con galeristas, periodistas y coleccionistas. Aquí pueden hablar con la gente común, para variar, y ver lo que piensan de su trabajo. Es un cambio de rutina interesante”.

Con los años, la iniciativa ha ganado en prestigio. “Y además, los artistas se dicen unos a otros: Venid a Môtiers, porque aquí te dejan hacer lo que quieras”, bromea Delachaux.

Art Môtiers

Es una exposición de esculturas y obras de arte al aire libre creada en 1985 por Marie y Pierre-André Delachaux. Tiene lugar cada cuatro años y va por su séptima edición.

Este año presenta obras de 62 artistas contemporáneosEnlace externo, en su gran mayoría suizos y cuenta con un presupuesto de 900 000 francos. Tanto los artistas como los colaboradores trabajan de forma voluntaria.

El presupuesto se destina a la producción y puesta a punto de las obras. Los artistas reciben alojamiento y comida durante tres semanas.

Las obras se encuentran expuestas en la pequeña localidad de Môtiers, y en los bosques, colinas y campos que la rodean. El recorrido a pie dura unas cuatro horas.

La exposición se puede visitar hasta el 20 de septiembre. La entrada cuesta 12 francos para los adultos, 2 francos para los jóvenes de 7 a 16 años y es gratuita para niños hasta los 7 años.