Un público ávido de lo diferente
Inaugurado el 6 de marzo, el Festival Internacional de Cine de Friburgo (FIFF) se anticipa ya como un éxito por la diversidad de los filmes que presenta.
Unos cuarenta realizadores y cineastas de más de veinte países se dan cita en esta vigésimo novena edición.
Desde Marruecos y Filipinas, pasando por Brasil, Chile y Argentina, los cineastas del Sur pueblan otra vez las principales salas de esta ciudad universitaria suiza para presentar sus obras, intercambiar ideas y compartirlas con el público.
Esta edición está siendo “un verdadero éxito en cuanto a la calidad de encuentros”, enfatiza Rachel Brulhart, directora general del Festival, que concluirá el domingo (13.03.) con la entrega de los galardones.
Como ya es habitual en este evento cultural, el lunes 14 de marzo, el público local podrá asistir gratuitamente a la proyección de la película premiada.
Un público fiel
A pesar de una leve caída de afluencia de un 12 % en las primeras presentaciones, “todo anticipa un nuevo éxito en esta edición” señala Brulhart. “Luego de 25 años el público nos sigue siendo fiel”.
El incendio de las dos salas del Cine Corso, uno de los bastiones del festival, pocas semanas antes del inicio de esta edición, y la necesidad de “buscar un espacio alternativo en la sala de Nuevo Mundo, en las afueras de la ciudad, sabíamos que podía repercutir parcialmente en la concurrencia”, enfatiza.
Sin embargo, la gente se avalancha en las salas céntricas para ver producciones diferentes, no siempre fáciles, e impregnadas de esencias culturales diferentes a las nuestras, explica Brulhart.
Concepto compartido por Agnès Devictor, experta en cine, profesora de la Universidad de Avignon (Francia), y miembro del jurado internacional. “Estoy sorprendida por la avidez y la vivencia de este público de Friburgo”.
“Llenan las salas incluso para (ver) películas difíciles. Permanecen todo el tiempo y luego, incluso, se mantienen firmes en los debates con los realizadores al fin de la proyección”, subraya Devictor.
Afluencia de estudiantes
A punto de comenzar una de las funciones matinales nos encontramos con Enrique Ros, profesor de español del Instituto Neufeld de Berna, que llegó a Friburgo con casi 150 alumnos.
“Vengo desde años a cada edición con un grupo similar. Es un punto importante del programa de estudios del semestre. No sólo importante en el aprendizaje del español, sino también para empaparse de las dinámicas culturales latinoamericanas”, precisa.
¿Cómo se explica esta fidelidad del público? “Una de las causas es un capital histórico acumulado y el esfuerzo formativo que desde años estamos realizando, principalmente con el público joven de escuelas y colegios”, apunta la directora del FIFF.
Rachel Brulhart calcula que este año unos 6.500 escolares visitarán funciones especialmente programadas. “Vienen en grupo, con sus profesores, ven las películas y luego tienen la posibilidad de discutir con los realizadores o expertos”.
Un método histórico de este festival, para el cual el trabajo en las escuelas de la región se ha convertido en un eje clave. “Hay que pensar que los jóvenes de ahora son los ciudadanos y los consumidores de cultura de mañana”, destaca.
El apoyo económico del Estado para esta iniciativa “es fundamental”, explica Brulhart, quien recuerda que el FIFF tiene un presupuesto anual cercano a 1 millón 600 mil francos, en el cual son esenciales el aporte de la Oficina Federal de Cultura, de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y la Lotería de la Suiza de expresión francesa.
En el marco del FIFF el Jurado de Jóvenes entregará el premio “E-CHANGER” (intercambiar)el próximo domingo.
Laura Tejada, estudiante suiza-peruana de la Universidad de Berna y presidenta del jurado, comenta: “Estoy sorprendida por la diversidad y riqueza de las once películas en competición que debemos ver y evaluar. Cuando las veo, además de mi propio sentimiento, pienso en qué dirían sobre ese film mis amigos de Berna… Siempre lo tengo presente”.
Un festival caluroso
“Friburgo me sorprende por el calor humano y la hospitalidad de su gente, por la simplicidad de la organización y por la oportunidad inmensa que ofrece a cineastas del Sur”, señala a swissinfo Eduardo Quintín Antón, crítico cinematográfico argentino y durante años director de uno de los festivales más famosos de Bueno Aires.
En calidad de miembro del jurado internacional que otorgará el próximo domingo los principales premios, su evaluación sobre las películas en competición es cauta. “He visto obras de todo nivel y de las más diversas regiones geográficas. Es muy temprano para hacer una evaluación.”
“Friburgo es una buena síntesis de lo mejor de lo que se hace en el Sur y también es un buen espejo de la crisis que hay en el cine a nivel mundial en cuanto a identidad de producción”, señala.
Fuera de la producción hollywoodiana “se ve que hay como una repetición del modelo de las películas alternativas del Sur. Pienso que está ligado a las exigencias estéticas impuestas por las fundaciones que las financian”.
“Las televisiones europeas, las agencias de cooperación internacional, dentro de cada país y de la Unión Europea tienden a unificar y a hacer que las películas sean cada vez más repetitivas y previsibles”.
Un punto clave de la reflexión en torno al cine del Sur actual y que refleja el Festival de Friburgo en su edición del 2005: el riesgo de que la riqueza de lo alternativo claudique en lo repetitivo. Una señal de alarma y un grito preventivo para un cine que siempre aportó por ser diferente…
swissinfo, Sergio Ferrari, Friburgo
El Festival Internacional de Cine de Friburgo presenta
películas de África, Asia y América Latina, así como de los países del antiguo bloque socialista.
Cuenta con un presupuesto anual de 1 millón 600 mil francos y reúne a los realizadores de todas las obras en competición, tanto documentales como ficción.
Los 6.500 escolares que asisten a las funciones especiales en los cines de Friburgo tienen la posibilidad de conversar con el realizador tras la proyección.
La tendencia de los tres primeros días indica una baja de un 12 % en la afluencia de público. En el edición anterior el FIFF contó con cerca de 28 mil espectadores.
El FIFF es el festival de este género más importante de
Suiza y uno de los más reputados de Europa.
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