Un paso más hacia la vacuna contra la EEB
Científicos suizos e italianos lograron inmunizar células de ratones contra los priones patógenos. Se trata de un gran paso en la búsqueda de una vacuna contra padecimientos animales tales como la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) y su variante humana, el mal de Creutzfeldt-Jacob.
Las investigaciones son el fruto de la colaboración entre los Institutos de Neuropatología y de Inmunología del Hospital Universitaro de Zúrich, la compañía Prionics (también con base en Zúrich) y el Laboratorio Europeo de Biología Molecular de Roma. Los resultados fueron publicados por la revista Science.
Los priones son proteínas minúsculas -difíciles de detectar por el microscopio- y extremadamente resistentes. Pero hay de priones a priones. Si algunos son considerados responsables de la transmisión de enfermedades como la EEB o la Creutzfeldt-Jakob, otros no son patógenos. Entonces, el organismo tolera perfectamente su presencia, lo que complica enormemente la elaboración de una vacuna.
Muy pocos resultados
Desde hace 200 años, las vacuna se mantiene como el medio más eficaz para luchar contra los agentes responsables de enfermedades infecciosas, pero hasta ahora la ciencia dispone de muy escasos resultados que mostrarían la eficacia de una vacuna contra la enfermedad debida a los priones.
“Nunca ha sido posible obtener una fuerte respuesta inmunitaria contra los priones”, explica a swissinfo el profesor Adriano Aguzzi, del Instituto de Neuropatología del Hospital Universitario de Zúrich. “De ahí que no se haya podido determinar si las vacunas serían eficaces contra esas enfermedades”.
La importancia del reciente descubrimiento efectuado en Zúrich y Roma radica en esa situación.
“Logramos tratar ratones que desarrollan en forma espontánea una inmunidad contra los priones. Para hacerlo, reprogramamos sus linfocitos para hacer con ellos anticuerpos antipriones. Después de que les inyectamos la infección del borrego, constatamos que estaban inmunizados”.
Manipulación genética sofisticada
“Para lograr esa inmunidad, tuvimos que recurrir a una manipulación genética particularmente sofisticada”, continúa Adriano Aguzzi. Si se quiere desarrollar una vacuna, habrá necesidad de algo más simple. Todavía no estamos en eso. Pero yo, personalmente me siento optimista en cuanto a las posibilidades de llegar a un buen fin”.
Siempre de acuerdo con el profesor zuriqués, la próxima etapa será inventar sistemas para evadir la tolerancia natural del organismo a los priones no patógenos. La vacuna deberá ser capaz de “reconocer” los priones que provocan la destrucción de las células nerviosas de aquellos que no les producen mal alguno.
Vincent Landon
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