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Un zuriqués ofrece en Locarno su viaje con LSD

En el centro del filme de Martin Witz, el químico suizo Albert Hofmann falleció a los 102 ans en 2008. © Festival del film Locarno

Sustancia tan alucinógena como mítica descubierta por el químico suizo Albert Hofmann, el LSD es el tema de una película documental de Martin Witz presentada en estreno mundial en el Festival de Locarno. El LSD cambió al cineasta lo mismo que a millones de seres humanos.

“No podemos hacer una película como esta sin saber lo que es, interiormente también. De  joven, en los años 80, lo probé varias veces con gran interés.  Hicimos eso mi novia de entonces y yo, guiados por un psiquiatra”.

Guionista y director de La sustancia – Albert Hofmann’s LSD, una película que compite en la categoría de Cineastas del Presente, Martin Witz propone  una odisea a la que le sorprende que nadie hubiera invitado antes que él al espectador . El destino del psicotrópico alucinógeno se inició en 1943 cuando lo descubrió, un poco por azar, Albert Hofmann.

Este científico “tuvo la clase de aceptar que en su descubrimiento no se entendía todo”, anota Martin Witz.  Hofmann tenía una mente abierta , curiosa, que toleraba el hecho de que no todo es explicable, sin ser con ello un limitado esotérico. Ese tipo de espíritus son ahora poco comunes en nuestra sociedad”.

Bien visto al principio

Witz parte del primer viaje con ácido experimentado por Hofmann, que el propio químico, fallecido en el año 2008, menciona en la película. Muestra cómo la sociedad y los medios de comunicación, en un primer momento, acogen con gran satisfacción esta nueva herramienta para la investigación psiquiátrica.

En Praga y en EE.UU., los experimentos van bien, como lo muestran los archivos. “Un miligramos y todo cambia”, dice un psiquiatra. El LSD se convierte en una herramienta para el descubrimiento de la conciencia y de tratamientos que, afinados, se hacen cada vez más eficaces. 

Con la Guerra Fría, los militares y las agencias de inteligencia comienzan a hacer experimentos. Con resultados hilarantes sobre las tropas, incapaces de obedecer y de moverse en orden. También con excesos cercanos a la tortura.

La investigación sigue su camino feliz y los artistas entran en el baile. Son cada vez más los que quieren probar ese “sentimiento oceánico”.  Los Merry Pranksters, las pruebas de ácido, el psicodelismo, la expulsión de Timothy Leary en Harvard, que se convierte en el gurú de una revolución espiritual bajo el ácido, Martin Witz lo muestra todo. Lo hace sentir con el apoyo de un montaje minucioso y la transposición de viajes en imágenes.

“Hacer el LSD puro es muy tedioso”, le confía Nick Sand. En retrospectiva, el químico de Leary confirma también: “¿Soy un criminal?  Por supuesto que soy un criminal”.  A mediados de los sesenta, el gobernador de California, Ronald Reagan, prohíbe el LSD, allanando el camino para una prohibición que pronto será general.

Los malos viajes se multiplican

Pero, mientras tanto, los hippies invaden San Francisco, el Verano de Amor explota las convenciones sociales con la guitarra ardiente de Hendrix y su lote de malos viajes con los que las víctimas desbordan los hospitales. El psicodelismo seduce al planeta.

“Sí, hubo abusos, nunca pensé que esa sustancia ganaría la calle”, declara más tarde Albert Hofmann, quien se mantiene hasta el fin en favor de la legalización del LSD para la investigación.

La experiencia extrema de Leary, al que Nixon califica como “el hombre más peligroso de Estados Unidos” probablemente dio el tiro de gracia al respaldo científico del LSD”, dice  un psiquiatra en la película. Llevará treinta años reanudar las investigaciones, tímidamente, en relación con el cáncer o la depresión.

 “Algunos hablan de un renacimiento de los alucinógenos en el campo de la psiquiatría, aunque el término de renacimiento me parece abusivo”, confirma Martin Witz. Hay investigaciones en curso en Suiza con LSD y la psilocibina (procedente de un hongo alucinógeno)  y en Estados Unidos con la psilocibina”. 

 El uso recreativo no ha desaparecido tampoco, de acuerdo con Martin Witz.  “Todo el mundo sabe que hay LSD en la calle, pero concierne a una franja muy especial de la población. Y creo que esta situación no va a cambiar a corto plazo”. Por su parte, el director de cine no la ha tocado desde hace por lo menos veinte años. Lo dice él mismo, se trata de una experiencia de la que uno se acuerda. 

Parte de nuestra historia

“Algunos dicen que el LSD cambió al mundo, algunos incluso creen que el mundo sería mejor si dejáramos al LSD existir libremente”, dice Martin Witz.  “Yo no estoy seguro. Sin embargo, tras la experiencia de un buen viaje, te sientes conectado con la naturaleza, con la creación.  Me hizo sentir parte de este planeta y me hizo prestar atención a mi vida y a la de los demás. Parece un poco romántico, pero es la realidad”.

El zuriqués no hizo sin embargo un filme de defensa. Considera su justificación muy simple: “El LSD fue probado por millones de personas en los años sesenta y setenta. Se trata de una experiencia colectiva y por lo tanto es parte de nuestra historia. Me parece que valía la pena narrarla en el cine”. 

Nacido en 1956, el suizo Martin Witz es a la vez director y guionista, activo tanto en películas de ficción y en documentales como en la televisión. Trabaja también como ingeniero de sonido y editor.

Autor de ‘Hugo Koblet – Pedalista con Encanto’, ha trabajado en numerosas películas, incluyendo ‘Carta para Anna’, de Eric Bergkraut, ‘Los viajes de Santiago Calatrava’, de Christoph Schaub y ‘Elisabeth Kübler Ross’ de Stefan Haupt.

Su primera película para el cine salió en 2007.  Intitulada ‘Dutti der Rise’, trataba sobre Gottlieb Duttweiler, el fundador de Migros, número uno de comercio al menudeo y piedra angular de la Suiza moderna.

The substance Albert Hofmann’s LSD

En Suiza, en los cines desde el 17 de noviembre

 Suiza, 2011, 35mm, 90 ‘,

VO Alemán / Inglés

 Guión y dirección: Martin Witz

 Producción: Ventura Film SA

 Distribución en Suiza: Frenetic Films SA

 Mundial: Autlook Filmsales

La 64 ª edición del Festival Internacional de Cine de Locarno se celebra del 3 al 13 de agosto.  En el programa, la proyección de 270 películas, entre ellas 40 estrenos mundiales.

Veinte películas de una docena de países, incluyendo 14 estrenos mundiales y tres primeras obras son seleccionadas para la competencia internacional.  En la competencia, dos películas suizas – Mangrove, de Frederic Choffat y Julie Gilbert, y Vol Spécial de Fernand Melgar – así como una coproducción suizo-argentina , Abrir las puertas y ventanas.

El concurso Cineastas del Presente cuenta con 14 primeras o segundas obras, incluidos nueve estrenos mundiales. Se trata de películas de Portugal, China, Argentina, Italia, Francia y Suiza.

En la famosa Piazza Grande la difusión de 20 películas, entre ellas seis de  Estados Unidos. Es de señalar un cortometraje suizo y una co-producción  Alemania/Suiza. En el menú ‘blockbusters’ de verano, películas de autor y populares, de todo el mundo.

Traducción, Marcela Águila Rubín

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