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Una semana para concluir acuerdo histórico sobre nuclear iraní

El presidente de Irán, Hassan Rouhani, el 13 de enero de 2015 durante una visita a la central nuclear de Busher afp_tickers

La recta final del maratón diplomático que busca impedir a Irán el desarrollo del arma nuclear comienza este martes, a una semana de la fecha límite prevista para lograr un acuerdo entre Teherán y las grandes potencias.

Para el grupo “5+1” (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania), así como para la República islámica, estos días y noches de negociaciones deberán poner punto final a 20 meses de intensas discusiones, a veces al borde de la ruptura.

El objetivo es simple: asegurar durante el mayor tiempo posible que el programa nuclear iraní sea únicamente civil, a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales que asfixian a la economía de este país con 78 millones de habitantes.

El medio es en sí mismo complejo: los diplomáticos cuentan con un documento de entre 40 y 50 páginas, rico en detalles que se negocian paso a paso.

Ambas partes, como es habitual cuando las horas corren, subrayan que subsisten desacuerdos importantes, al punto que la fecha límite del 30 de junio podría postergarse en algunos días.

El lunes, el jefe de los negociadores iraníes, Abas Araghshi, subrayó que “los progresos no se encuentran al nivel esperado”. Pero el jefe de la diplomacia de Teherán, Mohamad Javad Zarif, se congratuló en Luxemburgo por un “compromiso político” para avanzar hacia un acuerdo, al tiempo que demanda que cada parte “evite las exigencias excesivas.”

– Régimen de inspecciones –

Philip Hammond, su homólogo británico, pide que Irán se muestre “más flexible”.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exhortó este martes a ambos campos a “hacer todos los esfuerzos posibles” para concretar el acuerdo.

Asimismo, el guía supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, reiteró este martes las “líneas rojas” de su país en las negociaciones con las grandes potencias, exigiendo el “levantamiento inmediato” de las sanciones y su rechazó a la inspección de “sitios militares”.

Los “5+1” e Irán ya habían logrado en abril pasado un acuerdo marco a grandes trazos. En la práctica, Irán deberá reducir su capacidad nuclear y desembarazarse de numerosas centrifugadoras –máquinas que permiten enriquecer al uranio.

Las grandes potencias calculan que esta reducción llevaría a un año, en lugar de algunos meses como se consideraba en 2013, el tiempo necesario para que Irán procese material suficiente para desarrollar una bomba nuclear.

Para asegurarse de esto, apuestan por un estrecho régimen de inspecciones en los sitios iraníes llevadas a cabo por por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), un órgano de la ONU.

En caso de eventuales infracciones, se prevé el restablecimiento de las sanciones contra la economía iraní.

Este preacuerdo fue saludado como “histórico” por el presidente estadounidense Barack Obama, y de tal naturaleza que “haga al mundo más seguro”. También fue festejado en las calles de Teherán, en tanto el presidente iraní Hasan Rohani mencionó “una nueva página” en la historia de su país.

– Doce años de tensiones –

También hubo reacciones proporcionales a la tensión que, antes del comienzo de las negociaciones, envenenaron las relaciones internacionales durante doce años. La perspectiva de una bomba iraní inquieta a Israel, pero también a las potencias árabes sunitas de la región, en primer término a Arabia Saudí.

Desde abril, expertos y diplomáticos se afanan en convertir al documento de una sola página firmado en Lausana, Suiza, en un texto definitivo.

Este acuerdo deberá establecer el calendario preciso del levantamiento de las sanciones, y de las medidas esperadas de parte de Irán.

El sistema de control de las instalaciones iraníes, que podría incluir sitios militares, es una de las principales piedras de la discordia.

Un buen acuerdo, según el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, debe incluir “un régimen de verificación fuerte, que comprenda si es necesario los sitios militares”. Ante lo cual la República islámica se muestra muy reticente.

Araghshi y sus homólogos del 5+1 son esperados en Viena durante los próximos días. Casi inmediatamente se les unirán Zarif y los otros jefes de las diplomacias, entre ellos el estadounidense John Kerry.

Kelsey Davenport, una analista de la Arms Control Association, interrogada por la AFP, juzga “verdaderamente posible” un acuerdo para el 30 de junio, o algunos días más tarde, puesto que “muchas decisiones políticas difíciles ya fueron tomadas”.

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